Pablo y su círculo. Representan una comente que, por sus consecuencias, se convertirá en un bien común del cristianismo primitivo. los discípulos de origen judío pue den practicar perfectamente los mandamientos (1 Cor 9,20), a condición de que reconozcan que la salvaClon no viene más que de la fe en Jesucristo (GáI2,15-21) Por el contrario, Pablo se opone vivamente a los «falsos herma nos» que tratan de Imponer la CircunCISión a los paganos <strong>El</strong> Apóstol subraya con satisfacCión que, en este punto, las «columnas» Santiago, Cefas y Juan lo apoyaron durante la asamblea de Jerusalén (Gál 2,3). Por otra parte, Pedro tiene las mismas concepciones que Pablo, aunque en An tloquía, baja la presión de los «falsos hermanos», tuvo que dar marcha atrás y reconstruir lo que había destruido (Gál 2,11-14). Por su parte, el autor de los Hechos de los Após toles presenta a Pedro como el primero que, no sin resIs tenCIa, pero baja la fuerza del Espíritu, se liberó de las leyes de pureza (Hch 10,9-33) <strong>Los</strong> falsos hermanos. Según el lenguaje paulina, atribuyen un valor salvífica a los mandamientos de la Ley, simbolizados por la CIrcunCISión, y tratan de arrastrar a los paganos a su práctica. No reniegan de Cristo, pero, dado que los mandamientos habían sido dados por DIOS, no les parece posible sustraerse a su puesta en práctica Estos falsos hermanos que tratan de destruir las comunidades de GalaCla no dudan en apelar a Santiago, el hermano del Señor (Gál 2,12), qUien, sin embargo, no comparte sus posturas (en Gál 2,12, gr. apo lakobou puede ser entendi do, bien como «enviados por Santiago», bien como «del entorno de Santiago»; la segunda soluCión conviene mejor al contexto). Santiago. Según la Carta a los Gálatas, en la asamblea de Jerusalén, Santiago se cuenta entre los que recono- 42 cen la gracia concedida a Pablo para la evangelización de las naciones; y él nunca ha tratado de Imponer la CIrcun CISión a Tito (Gál 2,1-10) Por el contrario, es sensible a la vlnculaClon de algunos cristianos de origen judío a las prohibiciones fundamentales (Hch 15,20); está preocu pado por considerar la posibilidad de una comunidad de mesa entre discípulos de origen judío y discípulos de Origen pagano (Hch 15,5-21). Durante la última subida de Pablo a Jerusalén, sugiere a éste que manifieste su vinculaCión con los ritos del judaísmo (Hch 21,17-26). San tiago es el símbolo de una comente ligada a las prácti cas judías a fin de faCilitar la comunión ecleSial, Sin embargo no considera que las obras de la Ley sean necesarias para la salvación <strong>Los</strong> helenistas. Frente a los falsos hermanos, enemigos declarados de Pablo, se encuentran los «helenistas», que guardan sus distancias con respecto al Templo ya las pres cripCIones ntuales, tal como le reprochan algunos Judíos a Esteban (Hch 6,13-14). Algunos discípulos que inspirarán el EvangelIo de Juan pertenecen también a este círculo. En efecto, este evangelio se abre de forma extraordinaria mente Simbólica: Jesús pone fin a las pUrificaCiones judías en Caná al ofrecer el VinO de los últimos tiempos en lugar del agua de las ablUCiones (Jn 2,1-11), Y se presenta a sí mismo como el nuevo Templo (Jn 2,13-22). Estas cuatro tendenCias estuvieron activas muy pronto en la comunidad de los dlsclpulos; este cristianismo plural es tallará, llegando Incluso a rupturas con la fe común por parte de algunos grupos. <strong>Los</strong> más radicales de los judeo cristianos verán en Pablo a aquel que predica la ruptura con el judaísmo, puesto que no Impone la CIrcunCISión a las naciones que entran en la comunidad de los discípulos y, con el peligro de endurecer sus tomas de postura, harán de Santiago su adalid.
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