Los Judeocristianos – Testigos Olvidados.PDF - El Mundo Bíblico
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no de Dios, y los relatos englobantes de los evangelios, que narran<br />
los acontecimientos de la vida/pasión/resurrección de aquel<br />
que pronuncia las parábolas. Así, los evangelistas ponen en relación<br />
las parábolas con las situaciones de controversia con ocasión<br />
de las cuales Jesús las pronuncia, y establecen los fenómenos de<br />
parabolización, de los que el conjunto de los evangelios está marcado,<br />
mediante los intercambios que se producen entre los relatos-parábolas<br />
y aquel que los ofrece: son las parábolas del Crucificado<br />
(cf. L'herméneutique biblique, pp. 305-319).<br />
Más ampliamente, los discursos y los relatos «apocalípticos y metafóricos»<br />
de las acciones de Jesús, con los rasgos de «intensifIcación<br />
paradójica» que les caracterizan -la lógica del Reino que viene<br />
a trastornar la lógica ordinaria (cf. el gran estudio dedicado a<br />
las parábolas y traducido en L'herméneutique biblique, pp. 147<br />
255)-, entran en interacción con los relatos de la muerte de Jesús.<br />
<strong>El</strong>los proporcionan su clave de interpretación acrecentando el<br />
escándalo de la pasión de Cristo y entregando su significado simbólico<br />
de misterio de redención para la humanidad.<br />
Una intención teológica<br />
Lo que distingue a la Biblia de otras obras poéticas o utópicas<br />
es el mundo que despliega: el Reino de Dios, Padre de Jesús, que<br />
el kerigma reconoce como Cristo y Señor. Así lo sintetiza el crítico<br />
J. van der Hengel: «Es una historia que no disocia lo divino<br />
de lo humano, pero insiste en el hecho de que lo teológico es<br />
histórico» 16.<br />
Tanto en el Nuevo como en el Antiguo Testamento, la confesión<br />
de fe es la que preside el acto configurador de los acontecimientos:<br />
la historia de Israel es una historia de salvación y los relatos<br />
evangélicos incorporan la proclamación cristológica a sus estrategias<br />
narrativas. Siguiendo a J. van der Hengel, se podrían resumir<br />
así las posturas de Ricoeur sobre la historicidad de las Escrituras<br />
(ibid., p. 139): «En resumen, Ricoeur ha adoptado la postura (1) de<br />
que estos textos no son históricos ["historiográficos"] en su forma,<br />
a pesar de que el conjunto articula la conciencia histórica de<br />
Israel; (2) la forma englobante es narrativa, indicación de esa com-<br />
16 J. VAN DER HENGEL, «Jesus between Fiction and History», en D. E. KLEMM<br />
/ W. SCHWEILER (eds.), Meanings in Texts and Actions: Questioning Paul<br />
Rlcoeur. eharlottesville-Londres, 1993, p. 145 (traducción nuestra).<br />
prensión histórica de sí, aunque no es exclusivamente narrativa 17;<br />
(3) sólo los textos o segmentos que descubren "un parentesco estructural<br />
y temático con la antigua historiografía griega" deberían<br />
ser llamados históricos en sentido estricto 18; (4) los otros relatos<br />
deberían ser calificados de history-like y no de históricos; y, finalmente,<br />
(5) la forma narrativa -además de su intención historiográfica-<br />
es capaz de articular la intención principal de estos textos,<br />
que es teológica».<br />
Contingencia episódica y designio divino<br />
Tanto para la historia del pueblo hebreo como para los relatos<br />
de la pasión, Ricoeur pone de relieve la intención teológica de las<br />
narraciones bíblicas mediante el juego de interacción entre el designio<br />
divino «ineluctable» y la «resistencia humana» (su «recalcitrancia»),<br />
sin que se excluya la intención histórica 19. Para configurar<br />
la identidad del Jesús de la historia con el Cristo de la fe,<br />
los redactores construyeron su evangelio como un relato interpretativo,<br />
es decir, como la interpretación teológica de los acontecimientos.<br />
Ricoeur toma el ejemplo de Marcos, que, como los otros evangelistas,<br />
por lo demás, entrecruza sin cesar elementos de la historia<br />
«episódica» (Jesús, víctima inocente de la traición de Judas)<br />
con elementos de «inevitabilidad» teológica (era necesario que el<br />
Hijo del hombre fuera entregado para llevar a cabo el designio divino).<br />
Ricoeur establece así que esta identidad narrativa desdoblada<br />
de Jesucristo como ser humano histórico y Cristo eterno es<br />
engendrada por la compleja temporalidad del segundo evangelio,<br />
en el cual «los aspectos de la contingencia histórica (Jesús sufre)<br />
y de la necesidad escatológica (Jesús debía sufrir) son ficticiamente<br />
entrelazados» 20. Así pues, nuestro autor presenta, al<br />
contrario que las objeciones de sus críticos, la conciencia históri-<br />
17 ef. 105 oráculos proféticos, 105 dichos sapienciales; en el Nuevo Testamento,<br />
las cartas y el Apocalipsis.<br />
18 Es lo que hacen los LXX con los libros de Jos, Jue, Rut, 1-2 Sam, 1<br />
2 Re, 1-2 er, Esd, Neh, Tob, Jdt, Est y 1-2 Mac, reconociendo igualmente<br />
en estos libros su intencionalidad teológica, como a los otros.<br />
19 ef. «Le récit interprétatif. Exégése et théologie dans les récits de la<br />
Passion», en Recherches de Science Religieuse 73 (1985), pp. 17-38.<br />
20 ef. M. WALLACE, «Rlcoeur, Rorty and the Question of Revelatlon», en<br />
D. E. KLEMM / W. WERKER (eds.), Meanings In Texts and Actions, p. 244<br />
(tradUCCión nuestra).