Los Judeocristianos – Testigos Olvidados.PDF - El Mundo Bíblico
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<strong>Los</strong> Hechos de los Apóstoles confirman esta función eminente<br />
desempeñada por Santiago durante la asamblea de<br />
Jerusalén: su argumentación, apoyada en la versión griega<br />
de Am 9,11 s, resulta deCiSiva, se muestra partidario de<br />
la apertura a las naCiones, pero cUida para que algunas regias<br />
prácticas permitan la comunión de mesa entre diScípulos<br />
de origen judío y creyentes procedentes de las naciones<br />
(Hch 15,13-35) En el momento en que Pedro<br />
desaparece de la vida de la comunidad de Jerusalén, Santiago<br />
se convierte en la referenCia (Hch 12,17), y, durante<br />
la última subida de Pablo a Jerusalén, está en el primer<br />
plano (Hch 21,18),<br />
Su Influencia y su proximidad al judaísmo están confirmadas<br />
por la carta que se le atribuye Aunque él no sea<br />
ciertamente su autor, algunos pensamientos y datos es<br />
tilísticos pueden remontarse a él<br />
Según Flavio Josefo. En las Ant/guedades de los JUdíos<br />
(20,197-203), hacia el año 100, el historiador judío<br />
Flavlo Josefa hace el relato de la muerte de Santiago.<br />
Lo presenta como «el hermano de Jesús, llamado<br />
Cristo».<br />
Según este testimonio, Santiago es víctima en el 62 de la<br />
fogosidad de Anás el Joven, último retoño de una Ilustre<br />
familia de sumos sacerdotes. Anás aprovecha un vacío de<br />
poder para hacer que le juzguen y lapidario. Acusa a Santiago<br />
y a algunos otros de haber «transgredido la Ley»,<br />
pero Josefa se apresura a afirmar que la aCCIón de Anás<br />
SUSCItó las energlcas protestas de «todos aquellos habitantes<br />
de la Ciudad que pasaban por los más justos y estrictos<br />
observantes de la Ley». Así pues, a deCIr de un jU<br />
dío, Santiago era estimado por los hombres vinculados a<br />
la Ley.<br />
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Según Eusebio de Cesarea. En su HIstoria eclesIástIca,<br />
Eusebio presenta a Santiago, apodado «el Justo a causa<br />
de la superioridad de su virtud», como el primer obispo de<br />
Jerusalén. Cita un pasaje de las HIPOtIPOSIS de Clemente,<br />
que refiere su InstalaClon en el cargo «Pedro, Santiago y<br />
Juan -dlce-, después de la ascensión del Salvador, en<br />
cuanto particularmente honrados por el Señor, no reivindicaron<br />
para ellos este honor, SinO que eligieron a Santiago<br />
el Justo como obispo de Jerusalén» (HE 2,1,3). A Santrago,<br />
lapidado por orden de Anás, le sucedió 5rmeón,<br />
también él pariente del Señor (HE 3,11; 4,22,4). En la memOria<br />
judía y cristiana de los orígenes, Santiago ha dejado<br />
un VIVO recuerdo<br />
La valoración de Santiago por los ambientes judeoCrls<br />
tlanos ha sido subrayada a menudo. Hegeslpo, un judeocristiano,<br />
le dedicó una verdadera hagiografía (según Eu<br />
sebio, HE 2,23,4-18) La Carta de Clemente a 5antlago lo<br />
presenta como «señor y obispo de ObiSPOS, que dirige en<br />
Jerusalén la santa Iglesia de los hebreos» ASimismo, en<br />
el libro 7 de las HIPOtIPOSIS, Clemente de Alejandría sitúa<br />
a Santiago antes que Juan y Pedro: «<strong>El</strong> Señor, después de<br />
su resurreCCIón, transmitiÓ la gnosls 10 a Santiago el Jus<br />
to, a Juan y a Pedro», antes de precisar: «Hubo dos Santlagos:<br />
uno, el Justo, que, habiendo sido arrojado desde el<br />
pináculo del Templo, fue muerto a bastonazos por un batanero,<br />
y otro que fue decapitado» (HE 2,1,4-5) <strong>El</strong> calificativo<br />
de «Justo» dado a Santiago es comente en los ambientes<br />
jUdeoCrlstlanos, y Significa su fidelidad a la práctica<br />
de la Ley.<br />
10 Aqul la gnosls tiene un sentido pOSitiVO el conOCimiento que paso<br />
del Señor a los apostoles y despues a los dlsclpulos