Pensadores dominicanos del siglo XX - Claro

PORTADA DE UN EJEMPLAR
DE LA REVISTA «LA CUNA
DE AMÉRICA»
UN SIGLO DE LITERATURA DOMINICANA. MODERNISMO Y POSTMODERNIDAD, LIBERTAD Y VASALLAJE
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República Dominicana la trayectoria del modernismo no fue tan
rica como en otros países de Hispanoamérica. Los reparos de De-
ligne habría que buscarlos en la pobreza de expresión de algunos
de sus más connotados representantes, sobre todo en esa poesía
galante y versallesca que no logra la transmutación artística lo-
grada por los modernos a partir del conocimiento riguroso de la
lengua y de los recursos estilísticos. Años después, el movimien-
to de poesía social reavivaría las críticas a los modernistas, lo que
demuestra nuevamente que no existían delimitaciones estrictas
en la literatura de inicios de Siglo, ya que Federico Bermúdez,
uno de los más altos exponentes de la poesía social, no fue ajeno
a las influencias modernistas.
El modernismo llegó tardíamente a República Dominicana. Sólo
después de 1900, cuando ya había dado sus mejores frutos en gran
parte de Hispanoamérica, asoma en el horizonte de la poesía do-
minicana de la mano de Altagracia Saviñón, una jovencita de
apenas diecisiete años que el 3 de mayo de 1903 publica en La
Cuna de América «Mi vaso verde», una de esas joyas hermosas y
raras de la literatura dominicana:
Mi vaso glauco, pálido y amado,
donde guardo mis flores predilectas,
tiene el color de las marinas algas,
tiene el color de la esperanza muerta…
Las flores tristes, las dolientes flores
en el agua del vaso se refrescan,
y bañan sus corolas pensativas
en una blanca idealidad de perlas.