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Los verbos seudo-impersonales del español. Una caracterización ...

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<strong>Los</strong> <strong>verbos</strong> <strong>seudo</strong>-<strong>impersonales</strong> <strong>del</strong> <strong>español</strong>. <strong>Una</strong> <strong>caracterización</strong> semántico-sintáctica 3<br />

a diferencia de los deónticos, no suponen la presencia de ninguna entidad hacia la cual se<br />

oriente la valoración enunciada. Las nociones de ‘certeza’ o ‘posibilidad’ que transmiten<br />

los epistémicos se pueden predicar de manera absoluta; no tienen el carácter relacional que<br />

manifiestan los conceptos deónticos. Con el verbo epistémico se expresa un juicio de verdad<br />

cuyo significado se basta a sí mismo. Por consiguiente, dado que estos <strong>verbos</strong> no requieren<br />

complemento alguno, tienen la capacidad –que no poseen los deónticos– de incluir al<br />

hablante-evaluador dentro de la oración bajo la forma <strong>del</strong> dativo. Obsérvese que no es necesario<br />

que se mencione al evaluador. En (38), por ejemplo, no obstante que parecer se utiliza<br />

sin dativo, entendemos que el juicio epistémico que predica la oración comunica el punto de<br />

vista <strong>del</strong> hablante:<br />

(38) Parece que va a llover.<br />

(≈ me parece que va a llover)<br />

Sin embargo, los epistémicos ofrecen la posibilidad de poner en perfil la participación<br />

<strong>del</strong> hablante y el recurso se aprovecha con frecuencia en el uso de la lengua. Cuando esto<br />

ocurre, como en (39), el significado no cambia en esencia, sino que simplemente se ‘subjetiviza’.<br />

Es decir, el hablante hace manifiesta su participación; se coloca en la escena, por<br />

medio <strong>del</strong> pronombre de dativo, con el fin de enfatizar que el juicio expresa su opinión personal<br />

y que él asume la total responsabilidad de su contenido (Dik 1989: 206, 251; cf. Gili<br />

Gaya 1961: §114): 23<br />

(39) (A mí) me parece que va a llover.<br />

<strong>Los</strong> <strong>verbos</strong> epístemicos permiten algo más –vedado en absoluto a los deónticos– que<br />

consiste en enunciar la actitud de otra persona:<br />

(40) a. A Juan le parece que va a llover.<br />

b. Le consta que hubo un fraude.<br />

Oraciones como las de (40) encuentran su explicación en el fenómeno de ‘empatía’ que<br />

se produce entre el referente <strong>del</strong> dativo y el hablante, según el cual el hablante se siente con la<br />

capacidad de transmitir lo que opina un tercero, o, mejor dicho, lo que él cree que es la actitud<br />

<strong>del</strong> otro (Porroche 1990: 142, nota 36). 24 En otras palabras, los ejemplos de (40) contienen<br />

23 Hay que puntualizar que nuestra discusión se ajusta al verbo parecer. Como se recordará, el otro <strong>seudo</strong>impersonal<br />

<strong>del</strong> mismo subgrupo, a saber, constar, necesita la presencia <strong>del</strong> dativo para que aflore su sentido<br />

epistémico (véase supra, 3.2.1.1).<br />

24 En el caso de los <strong>verbos</strong> deónticos, la transmisión <strong>del</strong> juicio ajeno impondría el uso de una estructura compleja,<br />

tal como Pedro piensa/opina/cree que a Juan le conviene salir temprano.<br />

VERBA, 2007, vol. 34: 7-57

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