Las Ciencias Sociales frente al Bicentenario - Universidad Nacional ...

Serie. Sociedad/Política
Aula Abierta
acomodarse a los nuevos tiempos mediante su inclusión en la moda predominante de
la época.
La alta tasa de suicidios y la búsqueda de “enmascaramiento” por parte de los
afrodescendientes demostraban las dificultades que tenía este grupo para poder
expresarse e insertarse a fines del siglo XIX.
Lenta pero exitosamente se fue gestando el “mito” de la desaparición de los
negros en lo que fuera el Virreinato del Río de la Plata. Podemos recordaremos por su
participación en “la gesta nacional” (Falucho en la guerra contra el Paraguay). O en su
participación en los carnavales con continuidad hasta principios de siglo XX, ámbito en
el cual las elites dominantes comenzaron a tener injerencias y performatividad. Las
imágenes de estos carnavales distaban de parecerse a aquellos de la época colonial,
retratados como espacios de sociabilidad, de inclusión de marginales. 2 A principios del
siglo XX se desarrollan las “representaciones de negro”, generándose confusión entre
la ficción y la realidad: “Los afrodescendientes […] asumían al personaje del negro
estereotipado que ayudaban a consolidar y que se ponía en escena en el tiempo de
carnaval; y creemos que al hacerlo reforzaban su blanquitud […] que incluía e igualaba
a todos los participantes en una “argentinidad” (que como sabemos era
blanca/europea) que se afianzaba poco a poco” (Geler, 2009: 16).
Acerca de los pueblos originarios 3
Sin ánimo de agotar aquí una extensa producción historiográfica,
simplemente pretendemos compartir la forma en que se implementó el “terror étnico”
2 “… En realidad, el carnaval es el poros o pasaje mismo, todo él umbral por el que puede producirse lo otro que lo
habitual, el excluido… Para su festejo, las “murallas”, que configuran, organizan y transforman el espacio de la
ciudad en un territorio social y políticamente ordenado, se abren transitoriamente. Por él irrumpe, de manera
pasajera, “lo de afuera”, desconocido y temido. …una quiebra del ordenamiento en lugares públicos y privados
convirtiéndolos en un espacio “urbano”…pero extraordinario y efímero. Espacio festivo que se torna cobijo temporal
de marginales y extraños, de heterodoxos y orilleros, que resplandece con la presencia de conjuntos unidos por
sentimientos fuertes…y cuyas relaciones, en su mayoría, suelen ser apresuradas, casi impersonales, instantáneas…”.
(César, 2005: 214-215).
3 Un número aproximado de la cantidad de indígenas que cayeron prisioneros entre 1875 y 1885 está representado
entre 15.000 y 18.000 (Mases, 2002: 12).
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