EL UTILITARISMO TÍMIDO DE SAMUEL PUFENDORF
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<strong>EL</strong> <strong>UTILITARISMO</strong> <strong>TÍMIDO</strong> <strong>DE</strong> SAMU<strong>EL</strong> <strong>PUFENDORF</strong> 295<br />
llamadas "leyes de la naturaleza" obedecen tan sólo a criterios de<br />
utilidad particular; esos criterios son similares a los de la ciencia<br />
y, por tanto, no poseen carácter normativo. En este sentido, el<br />
autor inglés se limita a presentar una descripción de lo que él<br />
entiende es el ser humano y, a partir de ella, a exponer unos<br />
consejos para conseguir una vida pacífica. Hobbes piensa que<br />
sería absurdo no seguir sus consejos si pretendemos vivir tranquilos,<br />
pero no quiere decimos que sea obligatorio regular la vida<br />
de acuerdo con esas directrices. De la misma forma, no es<br />
obligatorio seguir las teorías de las ciencias de la naturaleza<br />
acerca del movimiento de los cuerpos: quien no lo haga podrá ser<br />
irracional o ignorante, pero no inmoral 16 • Desde este punto de<br />
vista, la utilidad particular es el concepto básico del pensamiento<br />
hobbesiano. Seguramente por eso, el fundamento último de la<br />
obediencia es fáctico: si la república vigente es sustituida por otra<br />
victoriosa en una guerra, es a ese nuevo poder efectivo al que el<br />
ciudadano deberá obediencia pues es el único que puede<br />
imponerse con eficacia; el que ha desaparecido ya no puede<br />
cumplir su misión garantizadora del orden y, por tanto, el<br />
ciudadano nada le debe 17 .<br />
Hobbes ha declarado que la búsqueda de la tranquilidad es una<br />
"pasión" y que la ley natural contiene una serie de consejos para<br />
conseguirla; parece claro que ese deseo de paz no forma parte de<br />
la ley natural, ya que ésta es un producto de la razón creado para<br />
satisfacer la pasión. Esa "razón" aparece así como una facultad<br />
calculadora que proporciona unos medios técnicos para colmar<br />
los deseos individuales. La verdad es que no queda muy claro<br />
cómo es posible postular la existencia de una finalidad vital<br />
16. J.W.N. Watkins opina que Hobbes no presenta una auténtica moral,<br />
sino una serie de prescripciones para proteger el interés particular. No incurre<br />
en la "falacia naturalista", pues, aunque derive reglas de comportamiento de<br />
unos hechos psicológicos, tales reglas no son normativas. Cfr. Hobbes's<br />
System of Ideas. Hutchinson, London 1965, págs. 76 y 84.<br />
17. Vid. Leviathan, p. 11, cap. XXIX, págs. 321-322.