revista ejército nº 816 abril 2009 - Portal de Cultura de Defensa ...

mantenimiento necesario de conocimientos, habilidades,
destrezas, actitudes y valores viales.
El conductor necesita una formación permanente
e integral, para no generar desequilibrio
entre las situaciones personales y las del entorno,
con el fin de, en todo momento, garantizar su
actuación de un modo armónico y responsable.
Otra de las razones que justifica la necesidad de
la formación integral de conductores, es que las
investigaciones realizadas ratifican un profundo
desconocimiento, por parte de los conductores,
de normas y señales de circulación, y, lo que es
más grave, ponen de manifiesto la carencia de
actitudes y valores viales, lo que genera componentes
indeseados (alcoholismo, falta de respeto
a las limitaciones, etc).
La formación, y sobre todo la educación, son
costosas por naturaleza, en personal, tiempo, dinero,
y esfuerzo. ¿Cuántas personas acuden a
la autoescuela civil para ponerse al día de sus
deficiencias en conocimientos, habilidades o hábitos
en la conducción? ¿Por qué la Administración
no establece la obligatoriedad de que todos
los conductores se reciclen periódicamente?
¿Por qué admitimos la ITV de los vehículos, el
reconocimiento psicotécnico y nos alarmamos
ante la posibilidad del reciclaje periódico de conductores?
Si verdaderamente se pretende ser
eficaz y eficiente en la educación y la formación
de los conductores, es fácil comprender que los
Instrucción y Adiestramiento
niveles de intervención deben ser constantes y
de manera integrada. Es mucho mejor y más
rentable invertir en educación y formación que
tratar de corregir o prevenir, a posteriori.
Esta educación y formación ha de realizarse a
lo largo de toda la vida, integrando a todos los
que intervienen (academias y escuelas de conducción,
unidades y conductores), relacionando
también todos los conocimientos, habilidades,
actitudes, valores, normas viales, para formar
conductores de calidad y no, simplemente, con
la finalidad de obtener el permiso de conducir.
Conseguir estos objetivos generales, una formación
integral y de calidad de los conductores, debe
llevar consigo la reforma del actual sistema
de formación de los conductores, que debe conducir
a una «profesionalización» total de la enseñanza
de la conducción en todos los ambientes y
en todos los niveles, haciendo que todos comprendan
que la prevención desde la intervención
(información, formación y educación de los conductores)
es la mejor fórmula de inversión a favor
de la seguridad vial y contra las secuelas físicas,
psíquicas, económicas y medioambientales,
que dejan los accidentes.
Estos artículos tratan de expresar la importancia
de una buena formación integral de los conductores
militares, tanto para la conducción por
carretera, como fuera de ella, tanto en territorio
nacional como en operaciones.
REVISTA EJÉRCITO • N. 816 ABRIL • 2009 39
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