revista ejército nº 816 abril 2009 - Portal de Cultura de Defensa ...

corporar a reservistas voluntarios,
e incrementar la periodicidad
de sus convocatorias de
acceso, al representar la asunción
libremente aceptada de
una permanente disponibilidad,
reflejada en el compromiso personal
adquirido por cada reservista
voluntario con las Fuerzas
Armadas. Se emplearán en
función de sus cualidades y formación
académica, como especialistas
al lado de los profesionales,
para complementar
su labor.
Después y gradualmente se
irán activando los reservistas
de Especial Disponibilidad, como
contingente dispuesto para
ser utilizado en caso necesario,
y a los que forman parte de la
Reserva Administrativa, hasta
alcanzar finalmente la generación
de unidades de combatientes,
con la declaración y
posterior movilización de los reservistas
obligatorios.
En todos los casos, el planeamiento,
la preparación, el desarrollo
y la puesta en marcha
de las acciones que conduzcan
a implantar tal decisión, serán
de índole puramente militar.
Una vez decidido el empleo de
los reservistas por el Gobierno,
serán las Fuerzas Armadas las
que lleven a cabo la aplicación
y puesta en marcha de los planes
de activación y su completa
ejecución.
LA RESERVA VOLUNTARIA
Y EL APOYO A LOS
EMPLEADORES
La existencia de los reservistas
voluntarios ha creado una
nueva situación en las empresas
y lugares de trabajo que se
ven afectados por la activación
periódica de los que ostentan
tal condición. Para el empleador,
público o privado, contar
con reservistas entre sus empleados
tiene consecuencias
positivas, o negativas, de importancia
suficiente como para
que se haga necesario tratar
de equilibrarlas, antes de cualquier
otra consideración.
Desde este punto de vista,
las implicaciones positivas serían
que los reservistas voluntarios
son personas maduras, responsables,
que no consumen
drogas y muy fiables, magníficos
líderes y gestores, excelentes
comunicadores, con la más
alta motivación y que presentan
cualidades adicionales (de la
milicia) directamente transferibles
a la empresa, siendo capaces
de trabajar en equipo y en
condiciones extremas.
Sin embargo, también presentan
implicaciones negativas
si se considera el coste o pérdida
económica que supone no
poder contar con ellos durante
los periodos de selección, formación,
entrenamiento y, finalmente,
de activación. Su exis-
Personal
tencia obliga al empleador a
formar a sus reemplazos y a
completar su formación civil
cuando regresan, siendo en algunos
casos «irremplazables»
en función del puesto de trabajo.
Los reservistas voluntarios
representan para los empleadores
una potencial merma de
sus empleados y su presencia
puede suponer un impacto negativo
para los demás trabajadores.
La Ley 39/2007, de 19 de
noviembre, de la Carrera Militar,
designa al Gobierno como
el responsable de establecer
las normas generales para el
establecimiento y la consolidación
de las relaciones entre los
actores fundamentales en la
implantación del modelo de Reserva
Voluntaria. En definitiva,
el Gobierno es el encargado de
definir la política del denominado
apoyo a empleadores, públicos
o privados.
Desde el punto de vista de
las Fuerzas Armadas, se entiende
como apoyo a los empleadores:
«La actividad que
desarrolla y sostiene las relaciones
de apoyo mutuo entre
las Fuerzas Armadas, los reservistas
voluntarios y sus empleadores
para que estos últimos
permitan a los reservistas
voluntarios asistir a los periodos
de su formación militar y
ser activados para: ampliar co-
Consecuentemente, los reservistas deben estar organizados,
dotados, instruidos y preparados para que en el momento en
que se requiera su acción, puedan ejercitarla en los menores
plazos posibles
REVISTA EJÉRCITO • N. 816 ABRIL • 2009 77