revista ejército nº 816 abril 2009 - Portal de Cultura de Defensa ...

Juan Antonio Baena Polo. Brigada. Infantería Ligera.
Estrictamente hablando, debemos situar el comienzo
de la motorización en las Fuerzas Armadas
en aquel Peugeot Phaeton, fabricado en
1898, de color verde foncé, con un motor horizontal
de dos cilindros y 10 HP de potencia, y
que por donación de su propietario, el conde de
Cabrillas, fue el primer automóvil en prestar servicio
en el Ejército a partir de 1903.
Desde entonces, la evolución de conceptos y
materiales para hacer frente a las nuevas necesidades
y posibilidades, derivadas de la aparición
de los nuevos medios, llevó progresivamente
a la sustitución de la tracción hipomóvil, a la
compaginación de vehículos de ruedas y cadenas,
y a la creación y reorganización de servicios
y estructuras hasta llegar a la total motorización,
todos los cuales han sido hitos remarcables en la
modernización de los ejércitos.
Todo ello, no obstante, no deja de ser el reflejo
de la evolución de la motorización en la sociedad.
Esos hitos de los que hemos hablado, son
la imagen exacta de lo ocurrido con carácter general,
con la revolución del transporte, la diversificación
de modelos adecuados a diversas fun-
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ciones y la creación de infraestructuras y organismos
con la misión primordial de optimizar la
implantación del automóvil en el mundo actual.
Establecida la importancia del vehículo en el
concepto y organización de los ejércitos modernos,
se hace imprescindible referirse al modelo
de integración con el otro elemento de momento
insustituible: el conductor. En general, el personal
de las Fuerzas Armadas recibe algunas enseñanzas
relacionadas, en cierto modo, con la
seguridad vial, el empleo del automóvil y los movimientos
de las unidades, tanto sobre vehículos
como a pie por la vía pública. Estas enseñanzas
forman parte también, con algo más de profundidad,
de la fase de formación de todo militar de
carrera, dado que el mantenimiento y empleo de
los vehículos constituye una de las bases que
definen la operatividad de cualquier unidad militar
y del Ejército en su conjunto, por cuanto condicionan
su movilidad y el cumplimiento de sus
misiones.
La formación de conductores, por otro lado, se
establece sobre el modelo particular de permisos
de conducción de los vehículos de las Fuerzas