Desplazamiento y políticas públicas de restablecimiento en Colombia

en donde se entrega dinero para compra de insumos, maquinaria
o contratación de mano de obra y no se invierte en esos
rubros.
La discusión de la mesa permitió definir entonces que el
tema de fondo era la combinación de distintos elementos de
financiación. En este punto el moderador recogiendo las anteriores
inquietudes, puso a consideración la propuesta de
recomendar al Gobierno combinar las distintas formas de financiación,
lo cual implicaría reconsiderar la decisión de no seguir
proporcionando capital semilla y de otorgar exclusivamente
micro-crédito. Una propuesta concreta apuntó a sugerir que el
Estado financie los costos de preinversión, es decir las condiciones
que se generan para hacer factible el proyecto y para ubicar
la comercialización.
Por último, se discutieron y analizaron las propuestas concertadas
de la mesa: La primera fue crear un esquema de
articulación entre los recursos públicos y los de cooperación internacional
y de ONG. La segunda propuesta fue dividir
técnicamente el trabajo de manera que el Estado siga trabajando
el crédito y que la cooperación internacional se vuelque
exclusivamente al tema de capital semilla. Y por último, la de
crear un gran fondo específicamente para el tema de desplazados
donde concurran todos los recursos, cuya operación se diseñe
en función de las circunstancias concretas de la población desplazada.
Frente a la propuesta del fondo, el moderador planteó algunas
reflexiones: en primer lugar, hasta donde la cooperación
internacional y especialmente las ONG están dispuestas a poner
sus recursos en un fondo, pensando que en este esquema no
hay posibilidad de condicionar el uso de los mismos. Un segundo
punto, es el problema de la política del Estado y el tratamiento
específico de cada uno de los temas, por lo que la implementación
del fondo implicaría un proceso de concertación de buena parte
de los aspectos de política.
Para contextualizar mejor la propuesta del fondo, Marco
Boasso comentó la manera en que se manejó este tema en Guatemala.
Allí se constituyó un fondo en donde todos los donantes
pusieron sus recursos, que el fondo administraba y definía. Ahí
se tomaban las decisiones y la gente ejecutaba de acuerdo a una
graduación de las necesidades de la urgencia. De acuerdo con
su experiencia, la constitución del fondo podría tener dos direcciones:
en primer lugar, un fondo mixto que canalice dineros
públicos y privados, en donde este dinero sirva como garantía
de prestamos y también para créditos. Por otro lado, podría ser
Parte vi. Estrategias sostenibles
para la generación de ingresos
un fondo en donde se canalicen los 100.000 millones de pesos
que tiene el Estado, el dinero iría a las ONG quienes ejecutarían
los proyectos, y el fondo se encargaría de supervisar la ejecución
de los mismos.
Otro punto que se tuvo en cuenta, fue el tema de la relación
con el sector privado. Según el moderador el mejor ejemplo es
el proyecto Alianzas que ha logrado la implementación de experiencias
combinando iniciativas públicas y privadas. En este
sentido se propusieron dos ideas: realizar una campaña de promoción
y difusión entre las pequeñas y medianas empresas para
hacer integradores de proyectos con población desplazada, y
generar ejercicios de encuentros entre los empresarios y la PID.
A continuación, se abordó el problema de la dificultad de
los mecanismos para prever las contingencias producidas en la
estabilidad de los proyectos, especialmente cuando estos se ven
amenazados por las acciones de los actores armados. Un primer
problema es la sostenibilidad y la solvencia de los proyectos,
cuando hay bloqueo a los insumos o cuando se interrumpe el
ciclo productivo. Un segundo inconveniente tiene que ver con el
cobro de los seguros y las garantías de los proyectos cuando se
produce la irrupción del grupo armado. Frente a estos puntos se
propuso crear o promover espacios y diálogos “humanitarios”
entre los actores del conflicto para poder definir reglas que garanticen
el respeto a las propiedades de las poblaciones
desplazadas en torno a un proyecto productivo.
En la discusión, se presentó también el tema de los “corredores
humanitarios” y su impacto en la situación colombiana.
Para el representante de ACNUR, la implementación de estos métodos
de emergencia de uso común a nivel internacional, presenta
algunos problemas en Colombia: En primer lugar, un elemento
de la política del Gobierno Nacional es no generar iniciativas
regionales o aisladas, descontextualizadas de la política de paz
que maneja de manera muy centralizada el Comisionado de Paz.
Por otro lado, está el problema de la neutralidad; toda acción
humanitaria corre el riesgo de ser acusada por al menos uno de
los actores, de estar favoreciendo a sus contrapartes, por lo que
este tipo de estrategias son difíciles de implementar.
Por último, el jefe de la División de Emergencias de la OIM,
recalcó la importancia de posibilitar que los elementos materiales
de los proyectos puedan ser trasladados por los mismos
desplazados, es decir que en el momento de tener que abandonar
el lugar de recepción por cualquier motivo, el desplazado
pueda llevarse los implementos de trabajo para poder establecerse
en otro lado.
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