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Actualidad COIIM
En el caso del sector de edificios, la política de ahorro actualmente está promovida
mediante la Directiva 2002/ 91/CE de eficiencia energética de edificios,
transpuesta en España mediante la aprobación de 4 Reales Decretos (Código
Técnico de la Edificación, nuevo RITE, Certificación Energética de Edificios
Nuevos, Certificación Energética de Edificios Existentes, pendiente de aprobación).
En el futuro la política de eficiencia energética en edificios estará basada
en la Directiva 2010/ 31/UE de Eficiencia Energética de Edificios y en la nueva
Directiva de Eficiencia Energética, que aún no han sido transpuestas en España.
EFICIENCIA ENERGÉTICA, IMPULSO A LA REHABILITACIÓN
Para la arquitecta Inés Leal, vocal de la Junta de Gobierno
del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM),
que analizó la eficiencia energética en la edificación, “la nueva
Directiva de Eficiencia Energética va a suponer un enorme
impulso hacia la cultura de la rehabilitación de edificios en
Europa y si se realiza a gran escala, consiguiendo que el parque
de edificios existentes sea más eficiente energéticamente,
será sin duda una oportunidad para un sector de la construcción
que difícilmente podrá desarrollarse sólo a través de la nueva construcción
en la coyuntura actual”.
La construcción de edificios de consumo de energía casi nulo se configura
como un reto importante para el sector de la construcción, “que va a necesitar de manera
constante mano de obra cualificada y profesionales que sepan abordar la eficiencia
energética en el entorno edificado y en la ciudad. El sector de la construcción debería
ver en esta situación una oportunidad de innovar y atraer a nuevos talentos”, precisó.
Inés Leal definió la eficiencia energética como “un motor para el sector de la
construcción”, que contribuirá a la creación de puestos de trabajo y a un crecimiento
económico sostenido. Dentro de esa estrategia se considera prioritario el
estimulo de condiciones favorables a la inversión, especialmente en la renovación
y el mantenimiento de edificios ya que “los edificios de bajo consumo de energía
son inversiones seguras y viables para la sociedad y para los inversores privados”.
EFICIENCIA ENERGÉTICA EN INSTALACIONES
Manuel Sayagués García, presidente de la Asociación
A3E, partió de la normativa vigente para abordar la implantación
de la nueva Directiva de Eficiencia Energética y
su implicación en el sector edificación a partir de las instalaciones
en los edificios. Sayagués prestó especial atención
a los temas más novedosos de la directiva, o a aquellos a
los que se ha querido dar mayor relevancia, como el concepto
de “proveedor de servicios energéticos”, la promoción de
la cogeneración de alta eficiencia, el desarrollo de sistemas urbanos de calefacción
y refrigeración eficientes, el fomento del mercado de los servicios energéticos.
Según comentó, “todos estos instrumentos, fundamentales para que la Unión
Europea alcance su compromiso de ahorro de energía del 20 % de ahorro para el
año 2020, son también herramientas que deben permitir a las empresas privadas y
a las administraciones públicas conseguir importantes ahorros energéticos y económicos,
además del consiguiente beneficio ambiental”.
Como reflexión final, indicó que “el mayor o menor éxito de las medidas planteadas
por la Directiva dependerá del grado de desarrollo e implicación que quieran
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adoptar los Estados Miembros durante
la transposición a la normativa nacional
correspondiente”.
ASPECTOS JURÍDICOS DE LA
NUEVA DIRECTIVA
Para Juan Miguel de la
Cuétara, abogado, catedrático
de Derecho Administrativo,
del Bufete
Ariño y Villar Abogados,
que abordó los aspectos
jurídicos de la Nueva
Directiva, ésta norma
es una “vuelta de tuerca” más dentro
de los esfuerzos comunitarios dirigidos
al ahorro y eficiencia energética.
Según De la Cuétara, “viene motivada
por la comprobación de que no se están
logrando los objetivos fijados para
2020 y trata de enderezar la situación
con un amplio abanico de medidas, retocando
algunas de las existentes y
añadiendo otras nuevas”.
En este sentido destacó que es importante
“separar las medidas que buscan
el ahorro de las que persiguen la
eficiencia energética” y que “afectan al
proceso de producción”, entre las que
resaltó el efecto demostración de la
introducción de eficiencia energética
en edificios públicos, las auditorias
energéticas o el estímulo a las Empresas
de Servicios Energéticos (ESEs).
A las Administraciones públicas
les recomendó “continuar con lo que
vienen haciendo” con algunos matices.
A la Administración del Estado le
recomendó tener cuidado en el manejo
de las nuevas “obligaciones de
eficiencia energética para distribuidores
y comercializadores”. A las Comunidades
Autónomas, que “eviten verse
como gestoras de subvenciones”. Y a
las Entidades Locales, que “aprovechen
el escaparate de los servicios urbanos
para demostrar que la eficiencia energética
es rentable a largo plazo y que
paga sus propios costes”.
Coincidió con Inés Leal en que es
necesaria la formación especializada