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argo, colid<strong>en</strong> mútua y sutilm<strong>en</strong>te con el Gran Vidrio.<br />

Cuando, <strong>en</strong> efecto, tras la muerte de Dreier, Duchamp, como<br />

su albacea, emplaza su propia obra <strong>en</strong> el museo de Filadelfia,<br />

practica una apertura <strong>en</strong> la pared próxima, no sólo para que la<br />

luz incida sobre el vidrio, sino para que, <strong>en</strong> transpar<strong>en</strong>cia, se<br />

vea una obra de Maria Martins que a la sazón se instala <strong>en</strong> los<br />

jardines del museo. La escultura se llama Iara y lleva como<br />

subtítulo la am<strong>en</strong>aza de un retorno: Não te esqueças que eu<br />

v<strong>en</strong>ho da Amazônia. Pues es, justam<strong>en</strong>te, Iara, la diosa de las<br />

aguas, la que ti<strong>en</strong>ta trágicam<strong>en</strong>te al héroe psicasténico, Macunaima,<br />

una vez derrotado, tras su experi<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la ciudad<br />

moderna, acogiéndolo por fin <strong>en</strong> el lecho inoperante del fondo<br />

del rio, con lo que se ha de repetir una vez más la relación <strong>en</strong>tre<br />

Dionisos y Ariana.<br />

Es útil recordar, llegados a esta altura, que el director de la galeria<br />

Corcoran, donde Maria Martins expuso por primera vez<br />

sus esculturas, al ver esa obra observo que<br />

In Yara (Waterspirite) a female figure rises as from a fountain,<br />

the base being decorated with fish and other sea forms. A rich<br />

background of palms and ferns showed this arresting work to<br />

particular advantage" 40 .<br />

En otras palabras, el suplem<strong>en</strong>to del Gran Vidrio es <strong>en</strong> verdad<br />

una figura fem<strong>en</strong>ina que, de un lado, emerge de una fu<strong>en</strong>te,<br />

una Fountain, pero sale, asimismo, de una apropiación antropofágica,<br />

no m<strong>en</strong>os ready-made que Fountain , la de Mário de Andrade,<br />

construida a partir de relatos etnográficos <strong>en</strong> los que<br />

re<strong>en</strong>contramos la cifra estelar del Gran Vidrio. Otro tanto se podría<br />

argum<strong>en</strong>tar de Dados y sus retornos de elem<strong>en</strong>tos arcai -<br />

cos fem<strong>en</strong>inos (cito sólo uno: la caída de agua que <strong>en</strong> la rapsodia<br />

macunaimica surge <strong>en</strong> la melopea de la Boiuna Luna). Se<br />

trata, sin duda, de una peculiar manera, diriamos, exhuberante<br />

y viol<strong>en</strong>ta, de configurar una experi<strong>en</strong>cia interior 41 .<br />

Mise <strong>en</strong> question, mise <strong>en</strong> jeu, mise à mort, mise à nu. Tales<br />

algunos de los conceptos que Bataille supo acuñar para mas<br />

cabalm<strong>en</strong>te d<strong>en</strong>ominarla 42 . Tomemos el de mise à nu , que<br />

designa el retorno de la mariée <strong>en</strong> el interior del corpus duchampiano<br />

pero también el de una transgresión que ti<strong>en</strong>de su<br />

arco hacia la vanguardia latinoamericana hasta, de vuelta, alcanzarlo<br />

al mismo Bataille. Diríamos que esa podría ser una<br />

cabal definición de la mathesis del magazin, su desnudami<strong>en</strong>to.<br />

Se trata de una operación que es, al mismo tiempo, totalizante<br />

pero especifica <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que exhibe esa totalización<br />

como un gasto infraleve.<br />

De esa manera, concluiríamos, se comprueba nuestra hipótesis<br />

inicial: el Pequeño vidrio y las estereoscopías son obras<br />

referidas a la ley, a una ley instituida para resistir a su misma<br />

viol<strong>en</strong>cia. Ese mecanismo alim<strong>en</strong>ta, precisam<strong>en</strong>te, la t<strong>en</strong>sión<br />

de Dados que no es una t<strong>en</strong>sión dialéctica o agónica, sino una<br />

t<strong>en</strong>sión asimétrica o pos-agónica. Lo que <strong>en</strong> ella trabaja no es<br />

la acumulación simbólica sino su desincorporación, el exceso,<br />

desdoblado <strong>en</strong> el retard y el regard. Todo, <strong>en</strong> última instancia,<br />

remite <strong>en</strong> ella al punto del que derivan la ley y la vida, el punto<br />

indecidible de un sujeto soberano pero <strong>en</strong> todo caso --o por<br />

eso mismo-- igualm<strong>en</strong>te sometido a la ley. Un sujeto cond<strong>en</strong>ado<br />

a la experi<strong>en</strong>cia como a una pesadilla.<br />

La transgresion de Dados consiste pues <strong>en</strong> que el infinito significante<br />

advi<strong>en</strong>e al lugar <strong>en</strong> el que algo puede, como la ley o<br />

DUCHAMP EN BUENOS AIRES | PAGINA 11<br />

como la vida, tanto significar como volverse insignificante. Esa<br />

ambival<strong>en</strong>cia, que coincide puntualm<strong>en</strong>te con la ley del g<strong>en</strong>io<br />

y la ley del género, l' impossibilité du fer 43 , traza el exceso de<br />

modernidad <strong>en</strong> la región, sus borras y sus sombras.<br />

Como peculiar realización del eterno retorno, la mise à nu o<br />

desnudami<strong>en</strong>to se opone a la exist<strong>en</strong>cia discontinua. Es el<br />

medio celibatario de llegar a la expansión <strong>en</strong> puesta al desnudo<br />

soltero de una belleza de indifer<strong>en</strong>cia pero es tambi<strong>en</strong> un<br />

estado de comunidad que muestra la búsqueda incesante, laberintica,<br />

de una continuidad posible, un ser más alla del repliegue<br />

a sí. No hay <strong>en</strong> ese caso ni pudor ni posesión (del valor<br />

o de la historia) sino que, al contrario, la verdad se despliega<br />

como simple desposesión <strong>en</strong> el juego de intercambios que<br />

se suced<strong>en</strong> <strong>en</strong> el vaivén de las aguas.<br />

A través del desnudami<strong>en</strong>to, como vemos, cierto erotismo,<br />

cierta pasión, pasa, se pone a la vista. Se convierte asi <strong>en</strong> valor<br />

de pase o intercambio. Pero al pasar, al ser sólo punto de<br />

pasaje, es también experi<strong>en</strong>cia de pasado, significativa de la<br />

negación de todo objeto. Con lo cual diríamos que el desnudami<strong>en</strong>to<br />

que nos permite la mathesis del magazin es, al mismo<br />

tiempo, modesto y ambicioso, abstracto y especifico. En lo<br />

especifico, nos permite leer más cabalm<strong>en</strong>te ciertas experi<strong>en</strong>cias<br />

contemporáneas 44 . En lo g<strong>en</strong>érico, <strong>en</strong> cambio, nos persuade<br />

de que esas obras y sus eternos retornos, ya sean estésicos<br />

o anestésicos, configuran la explosión del cuerpo. El<br />

de una disciplina y el de una institución.<br />

Notas<br />

1. Carta a la esposa, Manola Garcia Huidobro, fechada <strong>en</strong><br />

Nueva York,10 de setiembre de 1945 in Epistolario. Ed. P.P.<br />

Zegers y T. Harris, Santiago de Chile, LOM, 1997,p.55<br />

2. WALD, Pinie - Koshmar, Bu<strong>en</strong>os Aires, s.l.e.1929. Traducción<br />

castellana: Pesadilla. Novela-crónica de la Semana Trágica.<br />

Bu<strong>en</strong>os Aires, Ameghino, 1998.<br />

3. <strong>Ver</strong>, a respecto del declive de la mirada, el estudio de Martin<br />

Jay, Downcast eyes.The d<strong>en</strong>igration of vision in XXth c<strong>en</strong>tury<br />

Fr<strong>en</strong>ch thought.Berkeley, University of California Press, 1993.<br />

4. Es interesante confrontar otros registros de la Semana Trágica.<br />

El realismo socialista, a través de Salas Subirat, apela a<br />

un deber ser revolucionario, el de la máquina sindical. En Pasos<br />

<strong>en</strong> la sombra (1926), novela severam<strong>en</strong>te juzgada por<br />

Juan B. González, aunque recibida con simpatía por Mário de<br />

Andrade, el futuro traductor de Ulysses trata de ret<strong>en</strong>er la<br />

complejidad de un wake, sin conseguirlo <strong>en</strong> absoluto. El liberalismo<br />

reformista, por su lado, contrataca con un deber ser<br />

pedagógico, el de la máquina cultural. En el editorial de Nosotros<br />

de <strong>en</strong>ero de 1919, leemos:"La tarea de reformar la m<strong>en</strong>talidad<br />

arg<strong>en</strong>tina, incumbe a la escuela, principalm<strong>en</strong>te a la<br />

secundaria. La vida es una misión que el hombre debe cumplir<br />

austeram<strong>en</strong>te. Nuestra escuela secundaria no lo <strong>en</strong>seña.<br />

La t<strong>en</strong>acidad <strong>en</strong> el esfuerzo,la contracción al trabajo, la disciplina<br />

rigurosa, son indisp<strong>en</strong>sables para el éxito. Nuestra escuela<br />

no lo <strong>en</strong>seña.Nada es estable, <strong>en</strong> el ord<strong>en</strong> moral como<br />

<strong>en</strong> el material, y es quimérico pret<strong>en</strong>der vivir <strong>en</strong> el pasado.<br />

Nuestra escuela no lo <strong>en</strong>seña.El porv<strong>en</strong>ir solicita a los hombres,<br />

y la utopia de hoy es la realidad de mañana. Nuestra escuela<br />

no lo <strong>en</strong>seña.El mundo de mañana será de los prácticos,<br />

de los técnicos.Nuestra escuela no lo <strong>en</strong>seña. La República<br />

Arg<strong>en</strong>tina está <strong>en</strong>ferma de burocracia. Nuestra escuela

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