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ellas y nosotros! Siempre será igual: LA PAMPA NOS HACE<br />

HOMBRES Y LA GEOMETRIA HEROES”.<br />

Lux me confesó <strong>en</strong> esos días que mi texto hizo madurar su<br />

ideario. Las coord<strong>en</strong>adas estaban trazadas.<br />

Lo <strong>en</strong>trevistaron para la Voz de Bajo. Lindner declaró, luego<br />

de volverse a comparar con Kant: “Me aterroriza mi propia<br />

muerte. Me consuelo p<strong>en</strong>sando que, cuando suceda, se formará<br />

un cráter con mi cara y procesiones lo frecu<strong>en</strong>tarán”.<br />

Escribió, inmediatam<strong>en</strong>te después, su primer texto inspirado:<br />

un catalogo imperdible para su amiga Marcela Sinclair.<br />

Su tiempo favorito ti<strong>en</strong>e principio y fin: 1918, año que nevó <strong>en</strong><br />

Bu<strong>en</strong>os Aires y 1972, “el año más largo de la Historia de la<br />

Humanidad”. Le com<strong>en</strong>taba <strong>en</strong>tonces que, por unos pocos<br />

días (ya que desembarco <strong>en</strong> Bu<strong>en</strong>os Aires <strong>en</strong> setiembre) Duchamp<br />

no había visto nevar <strong>en</strong> Bu<strong>en</strong>os Aires. A Lindner la reflexión<br />

lo <strong>en</strong>tristecía. “Por ahí le hubiera parecido más civilizada”,<br />

me decía.<br />

Paralelam<strong>en</strong>te, com<strong>en</strong>cé a formar mi Archivo Lindner. Muy<br />

frecu<strong>en</strong>te sucedía que su <strong>en</strong>tonces esposa le regañara desord<strong>en</strong><br />

y acumulación de papeles y objetos. Cada vez que<br />

esto pasaba, Lindner me tocaba el timbre con inm<strong>en</strong>sos paquetes:<br />

“me imagino que puede interesarte”, decía <strong>en</strong> cada<br />

oportunidad, y me donaba <strong>en</strong>tonces dibujos, collages, obras<br />

de arte efímero (realizó ci<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> esos años) y manuscritos<br />

(prefiero, <strong>en</strong>tre ci<strong>en</strong>tos, el Xul Solarium, suerte de apostillas<br />

que escribió tomando como base uno de mis textos de esos<br />

días “Xularografías y xularo<strong>en</strong>igmas”). Una tarde se apareció<br />

con una caja de considerables proporciones que cont<strong>en</strong>ía<br />

gran parte de sus casetes de la adolesc<strong>en</strong>cia. “Si no se los<br />

dono a Ud., ella me los tira” me confesaba agarrándose la cabeza.<br />

Dosis industriales de Crhome (grupo californiano del<br />

cual fue presid<strong>en</strong>te del Fan club local), horas (meses, mejor)<br />

de rock sinfónico, ejercicios de piano de su autoría que titulaba<br />

Lindner Mixwerke.<br />

Meses más tarde dimos nuestra primera confer<strong>en</strong>cia juntos y<br />

pres<strong>en</strong>tamos a nuestro primer pupilo: Mario Polaquito Bortolini.<br />

Esto sucedió <strong>en</strong> un bar lésbico llamado Tasmania, que<br />

funcionaba <strong>en</strong> el pasaje Dellepiane, <strong>en</strong> el marco de unas jornadas<br />

coordinadas por Gabo Mariansky. Hubo una muestra<br />

que titulamos Las que pasaban, suerte de versión travesti del<br />

célebre libro de Paul Groussac. El temario que preparé <strong>en</strong> la<br />

fecha fue: Devastación por el detalle, Declinami<strong>en</strong>to efectivo<br />

y secular de la cultura del macho y Adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to pejerto. Beto<br />

de Volder nos filmó para la videoteca de Gustavo Bruzzone.<br />

PALABRA DE ARTISTAS | PAGINA 53<br />

Por <strong>en</strong>tonces sufríamos la persecución de un admirador dem<strong>en</strong>te<br />

del cual nunca supimos el nombre. Con Lindner lo habíamos<br />

bautizado El Gordo Fantasía, y muy pronto se transformó<br />

<strong>en</strong> El Gordo Pesadilla. Rep<strong>en</strong>tinam<strong>en</strong>te, se esfumó y<br />

jamás volvimos a verlo ni a saber de él. La ex mujer de Lux le<br />

t<strong>en</strong>ía pavor.<br />

Sincrónicam<strong>en</strong>te, Nicolás Guagnini abandonaba el país y se<br />

radicaba <strong>en</strong> Estados Unidos.<br />

Lindner ingresó, a los meses y por gestión de R<strong>en</strong>ato Rita, a<br />

la Galería Klemm, con la que estuvo ligado laboralm<strong>en</strong>te durante<br />

algún tiempo. Para su debut, Cuadrante del Pampero<br />

(título de uno de los libros de Martínez Estrada) publiqué <strong>en</strong><br />

un diario y a su pedido, un <strong>en</strong>sayo sobre su perfil de mom<strong>en</strong>to:<br />

inspirado yo <strong>en</strong> Coco Madariaga, soñé a Lindner como procerófago,<br />

devorador de próceres, mistificado <strong>en</strong> las modas de<br />

la patria. Una vez más, líneas mías sobre su obra lograban<br />

una amplísima repercusión.<br />

En los preámbulos de su inauguración, recuerdo haber hablado<br />

largam<strong>en</strong>te a Luis sobre el Payo Roqué, sibarita y editor,<br />

personaje finisecular seductor de alto estilo, sobre qui<strong>en</strong> planeaba<br />

escribir una novela que aún no escribí del todo: Mis<br />

raids v<strong>en</strong>usinos (una suerte de adelanto se publicó <strong>en</strong> la desaparecida<br />

revista El Libertino).<br />

Lux quedó tan impresionado que me dedicó un cuadro al que<br />

tituló: La bestia G<strong>en</strong>ovesa admirando el mausoleo del Payo<br />

Roqué.<br />

Luego de eso, arrasó con todos los premios (el de la Bi<strong>en</strong>al de<br />

Bahía Blanca, el del Consejo Deliberante, la beca Guggh<strong>en</strong>geim,<br />

el premio Braque) y se separó.<br />

Una vez instalado <strong>en</strong> Europa, se hizo tejer una gorra cuyo<br />

frontispicio rezaba “Poronga peronista al universo”, frase que<br />

yo utilizaba para darle ánimos <strong>en</strong> mom<strong>en</strong>tos duros.<br />

En la cité des Arts conoció a Graziella Berger, su novia actual.<br />

En tierras suizas (Graziella es suiza) se fascinó con el Goetharium,<br />

antro teosófico de Rudolf Steiner, ídolo de Xul.<br />

Recuerdo haberlo iniciado <strong>en</strong> el estudio de los estudios de Ignacio<br />

Pirovano, no sólo sobre el Arte G<strong>en</strong>erativo, sino de la<br />

correspond<strong>en</strong>cia del Part<strong>en</strong>ón griego con las medidas antropométricas<br />

de las Averde<strong>en</strong> Angus.<br />

En Francia craneó la muestra sobre el Mundial 78 (vivía allí <strong>en</strong><br />

tiempos del Mundial francés) que constituyó, sin lugar a dudas,<br />

su primera muestra verdaderam<strong>en</strong>te madura (histórica y<br />

temáticam<strong>en</strong>te) y se exhibió <strong>en</strong> la galería del Rojas ya <strong>en</strong><br />

tiempos de curación de Londaibere. T<strong>en</strong>go el honor de poseer<br />

algunas de esas obras, que Lux g<strong>en</strong>erosam<strong>en</strong>te me obsequió<br />

<strong>en</strong>tonces.

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