rista y el extraño caso del señor ikea - CDD IMPIVA disseny
rista y el extraño caso del señor ikea - CDD IMPIVA disseny
rista y el extraño caso del señor ikea - CDD IMPIVA disseny
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
I.G. Siempre tienes que estar haciendo pedagogía. Yo les explico que por supuesto<br />
tengo un determinado gusto, como le ocurre a todas las personas, pero si estoy en<br />
esta profesión se debe a que he seguido unos estudios, he tenido que estudiar<br />
desde una teoría de la composición a la realización d<strong>el</strong> proyecto, que mi trabajo no<br />
es nada caprichoso o superficial. Por supuesto que si a esa persona , a ese cliente<br />
le gusta la madera, le pondremos la madera, pero sin duda, yo por mi formación y<br />
mi experiencia, te puedo decir como es mejor que la pongamos y como va a resultar<br />
mejor para <strong>el</strong> proyecto final.<br />
E.D.G. De alguna manera hay que educarles. Cuando conseguimos romper estas<br />
primeras barreras, notas que tu comunicación con esa persona se va abriendo y <strong>el</strong><br />
proyecto comienza a rodar mejor De todas formas <strong>el</strong> que viene a tí, <strong>el</strong> que te<br />
busca, siempre es más sencillo, más fácil.<br />
I.G. Tenemos los ejemplos clásicos en que es la mujer la que lleva la iniciativa d<strong>el</strong><br />
proyecto y <strong>el</strong> hombre tiene un pap<strong>el</strong> más secundario, se siente como “arrastrado”.<br />
O también al contrario, que <strong>el</strong> contacta contigo es <strong>el</strong> hombre, y me ha ocurrido, que<br />
por mi condición de mujer interio<strong>rista</strong>, he creído más conveniente para la buena<br />
marcha d<strong>el</strong> proyecto, que participe su mujer, que se sienta implicada desde un<br />
primer momento, porque así no nos llevamos sorpresas.<br />
C.G. En otras épocas, no muy lejanas, muchas mujeres llegaban a esta<br />
profesión como un hobby.<br />
E.D.G. Si que he conocido esa época en que esta profesión, la de decoración o<br />
interiorismo, era una profesión como para chicas, para mujeres que necesitaban<br />
llenar su tiempo y acudían a esas academias. Estaba bien visto y quedaba bien ser<br />
decoradora. Era una profesión representada por la típica decoradora que <strong>el</strong>egía<br />
las t<strong>el</strong>as para las cortinas, los colores, vamos a tapizar esto de flores o de cuadros<br />
o de rayas. Y eso se sustentaba en un tipo de revistas determinadas que ofrecían<br />
esa imagen.<br />
De ahí y en parte, surge toda esta reivindicación de la figura d<strong>el</strong> interio<strong>rista</strong> frente<br />
a esa figura d<strong>el</strong> decorador o la decoradora. Porque nosotros trabajamos con los<br />
mismos oficios que pueda trabajar un arquitecto, solo que personalizados,<br />
dándole un acabado personal.<br />
C.G. Cosa que igual se echa en falta en un arquitecto.<br />
E.D.G. Se nota cuando <strong>el</strong> interiorismo lo realiza un arquitecto, cuando lo realiza un<br />
interio<strong>rista</strong> y cuando lo realiza un decorador.<br />
Recuerdo que yo tuve un profesor que decía que había, decoradores,<br />
“decoractrices”, y “decoratroces”. Y realmente en nuestra profesión hay muchos<br />
“decoratroces”.<br />
228