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37<br />
CRIMEN EN FAMILIA<br />
Gregorio, de 59 años, llamado familiarmente <strong>el</strong> Culebro, vecino de El Real de San Vicente<br />
(Toledo), fue hallado cadáver en una calle de Talavera de la Reina, a los pies d<strong>el</strong> noveno<br />
piso en <strong>el</strong> que residían sus hijas, de 22 y 25 años. En principio, se creyó, por las heridas<br />
que presentaba, que había sido víctima de un atrop<strong>el</strong>lo. Más tarde se descubrió que era<br />
presunto autor de la muerte a hachazos de su madre, de 90 años, su esposa, de 62, y su<br />
hijo, de 27, en su pueblo de procedencia, así como d<strong>el</strong> homicidio frustrado de sus dos<br />
hijas. Ahora se investigan las razones que pudo tener <strong>el</strong> que era, generalmente<br />
considerado, buen hijo, esposo y padre, <strong>para</strong> arremeter contra toda la familia. Una de las<br />
hipótesis es la d<strong>el</strong> «cuidador quemado».<br />
Además de asombrarnos por los hechos increíbles que vivimos, en <strong>el</strong> aspecto criminal,<br />
tenemos la obligación de profundizar hasta comprender lo sucedido. La tendencia,<br />
habitual, no obstante, es solapar un crimen con otro y olvidarse de los grandes cambios<br />
que nos amenazan. Es una actitud irresponsable, pero como todos saben no existe un<br />
Instituto Nacional contra la Violencia, ni Fundación alguna de Estudio de las Raíces de la<br />
Violencia, que nos permita ahondar en los hechos más allá de la mera instrucción policial<br />
o judicial. Este mismo caso d<strong>el</strong> Culebro es probable que se extinga prácticamente en sí<br />
mismo a niv<strong>el</strong> jurídico puesto que los miembros que han quedado de la familia resultaron<br />
tan dañados por <strong>el</strong> hacha asesina que probablemente no dispongan de fuerzas o ganas<br />
<strong>para</strong> emprender la reconstrucción completa de lo sucedido. Les basta, como es lógico, con<br />
salir de esta. Sin embargo, <strong>el</strong> resto de la sociedad debería plantearse una investigación de<br />
altos vu<strong>el</strong>os <strong>para</strong> saber cómo un hombre, al que se le supone abnegado enfermero, d<strong>el</strong><br />
que se ha comprobado que, con renuncia de sus propios achaques, cuidaba de una<br />
hermana, necesitada de hemodiálisis durante décadas, atendía a su anciana madre,<br />
aquejada de demencia senil, a su esposa, que padecía artritis invalidante, a su hijo, que<br />
sufría enormes depresiones… de repente, un día, se ve sobrepasado por los<br />
acontecimientos, empuña <strong>el</strong> hacha de la leña y les abre <strong>el</strong> cráneo.<br />
Luego, este individuo, que según la investigación es <strong>el</strong> presunto autor d<strong>el</strong> desastre,<br />
monta en su vehículo y conduce durante más de veinte kilómetros hasta Talavera de la<br />
Reina, donde aparca ordenadamente, sube al noveno piso de un edificio de la calle Conde<br />
de Peromoro y la emprende a hachazos con sus hijas, provocándoles graves lesiones y un<br />
shock emocional de proporciones incalculables. Finalmente, de ser cierto lo que ha<br />
trascendido de la indagación, se arroja a la calle por una ventana provocándose la muerte.<br />
Fue un buen hijo, hermano, esposo y padre, pero también, de confirmarse las