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<strong>para</strong> afinar <strong>el</strong> plomo marmóreo de sus cataplines se liquidó de golpe a los salteadores d<strong>el</strong><br />
expreso de Andalucía dándoles garrote. Al general no había quien le amenazara al filo de<br />
la bragueta.<br />
En la patria de hoy han aumentado las agresiones sexuales, se han multiplicado los<br />
actos de pedofilia, en especial la pornografía infantil, y dis<strong>para</strong>do los atracos a grandes<br />
superficies, así como los robos a domicilios privados. El destrozo no trasciende porque la<br />
información fluye solapada entre anuncios o noticias de gran interés d<strong>el</strong> cambio climático.<br />
Frente al crimen cambiante, <strong>el</strong> poderoso mundo d<strong>el</strong> principal <strong>el</strong>ectrodoméstico, la<br />
t<strong>el</strong>evisión, mantiene a sus adictos en <strong>el</strong> mundo mágico d<strong>el</strong> glamour, las peripecias de las<br />
reinas de pap<strong>el</strong> couché y las ocurrencias de los frikis, que si carecen de imaginación son<br />
estimulados por guionistas ocasionales. Parte buena <strong>para</strong> la diversión sería esa t<strong>el</strong>evisión<br />
d<strong>el</strong> entretenimiento, en la que por cierto reina Moreno, si no fuera porque lo invade todo<br />
y no deja espacio <strong>para</strong> la realidad. Mientras los espectadores viven en <strong>el</strong> cuento, sus<br />
posesiones y su integridad quedan amenazadas. Los ciudadanos están tan noqueados que<br />
ni siquiera reaccionan ante la pérdida continua de los mínimos de seguridad. Escuchen, si<br />
no, cómo se quejan los sindicatos de la policía.<br />
España es un lugar donde <strong>el</strong> crimen cada día es más complejo. De una forma sutil y no<br />
caballuna —de caballo d<strong>el</strong> Espartero—, como hacía Primo de Rivera, se ha convertido en<br />
signo de mal gusto <strong>el</strong> hecho de hablar de d<strong>el</strong>itos o d<strong>el</strong>incuentes. Si tienen un hueco en los<br />
magazines siempre se cambia hacia lo nuevo con la frase f<strong>el</strong>iz: «y ahora, a cosas más<br />
agradables».<br />
El país es <strong>el</strong> primer consumidor de cocaína de Europa, por él circulan cada vez más<br />
armas de fuego y menudean los atentados contra personas. También hay más asesinatos,<br />
fruto de enfrentamientos entre bandas, niños desaparecidos de los que no se sabe nada,<br />
actuación de sicarios y turbulencias criminales d<strong>el</strong> más variado jaez. Pero volviendo a<br />
nuestro buen amigo Moreno, la estr<strong>el</strong>la mediática d<strong>el</strong> muñeco Rockef<strong>el</strong>ler, ni siquiera él,<br />
inmerso en <strong>el</strong> mundo de ficción, con algunas de las mejores series t<strong>el</strong>evisivas en cart<strong>el</strong> : La<br />
que se avecina, Escenas de matrimonio, ha podido enterarse de que, hoy en día, si vives<br />
en un chalet (es decir, isla construida, rodeada de parc<strong>el</strong>a por todas partes), precisas de<br />
una completa seguridad estática y probablemente de un servicio de guardas armados,<br />
naturalmente, a prueba de fallos. Ya no es suficiente con ocuparse de la decoración y<br />
emplear grandes dosis de buen gusto, sino que se precisa de buen juicio y prudencia, en<br />
un mundo lleno de p<strong>el</strong>igro.<br />
Encima, Moreno, por lo que nos llega, le echó valor y se resistió al ataque, seguramente<br />
ayuno de que los d<strong>el</strong>incuentes de ahora son temibles, han cambiado y no se achican, sino<br />
que desprecian la vida humana. Les da lo mismo machacar un cráneo por dos de pipas. El<br />
gran José Luis estaba desinformado, como muchos hoy en día, creyendo tal vez que viven<br />
las horas f<strong>el</strong>ices de la segunda transición frente a la pequeña pantalla.<br />
Para que todos nos enteremos, y dicho por expertos en seguridad, en una casa es<br />
preciso utilizar los servicios d<strong>el</strong> especialista en detección de p<strong>el</strong>igro potencial; y no basta<br />
con una valla o un muro, que puede convertirse en una jaula imposible de traspasar. La