La fuerza del natural - AMPA Severí Torres

que se mató no sé cómo.
Yo la saco, y con mi mano
me he de meter una vara;
no hay que habrar, hoy me matara,
aunque fuera yo mi hermano.
GILA. Decís bien; dé a vuestra queja
la espada el fin que intentó.
JULIO. Es vieja, y no quiero yo
matarme con una vieja.
GILA. Mirad que salen, Señor,
Aurora, el Duque, Camila,
y todos.
JULIO. ¡Ah ingrata Gila!
Vénguerne de ti el amor.
ESCENA IX.
EL DUQUE, AURORA, ALEJANDRO, CARLOS, CAMILA.-DICHOS.
DUQUE. En aqueste sitio ameno
divertirme solicito,
depuesta la autoridad
en las manos del cariño.
Aquí entre discretos temas,
variamente discursivos,
divertida la fatiga.
Hallará el ingenio avisos,
y Julio acompañará,
para mayor regocijo,
las ingeniosas porfías
a que agora os apercibo.
El gusto de la familia
es de las penas alivio,
donde desarma el cuidado
lo severo de sus tiros.
Carlos también, pues su ingenio
es tan capaz y advertido,
ayudará cuerdamente
a los combates festivos.
JULIO. Y ¿no me alabais a mí?
¿Pensáis que so algún pollino?
DUQUE. (Ap.) ¡Oh, si con la competencia
corrigiera sus delirios!
CAMILA. (Ap. d Alejandro.)
De explicar vuestros afectos
la justa os dará motivo.
ALEJANDRO. Yo solo a tus ojos muero.
(Ap. Y es verdad; que en otros vivo).
AURORA. (Ap. ¡Que el Duque ayude al despeño
en que yo me precipito,
y que ponga en tanto aprieto
mis ojos y mis oídos!