La fuerza del natural - AMPA Severí Torres

JULIO. Señor, yo no tengo tal.
DUQUE. ¿Qué has dicho, necio, qué has dicho?
JULIO. Míreme todo, si quiere.
DUQUE. (A los criados).
Llamadme a Carlos.
JULIO. Se ha ido.
DUQUE. ¿Carlos? ¿Adónde o por qué?
JULIO. Pienso que va por novillos;
que yo le hallé con Aurora,
y le reñí, y se ha escurrido.
DUQUE. ¿Qué has hecho, necio? -Buscadle;
que más a Carlos estimo
por su valor, siendo humilde,
que tan sin razón a un hijo.
JULIO. Yo tengo mucha razón;
porque él daba muchos gritos
y ella también, qué se yo.
DUQUE. (A los criados).
Pues así el cielo lo quiso,
llamen al punto a Roberto;
que esta noche determino
dejar a Aurora casada,
y que se vuelva a aquel sitio
este necio, y no me afrente
con el nombre de mi hijo.
Quedáos a llevarle luego.
JULIO. ¿Necio yo?
DUQUE. Y aun bruto indigno.
(Vase con Aurora).
ESCENA XV.
JULIO, DOS CRIADOS.
JULIO. Pues digo, ¿quién es más bruto?
¿El jumento o quien lo hizo?
CRIADO. Señor, ¿qué decís?
JULIO. Callad
que me he de ir al punto mismo;
que me matan de hambre aquí
con natas y pajarillos,
sin darme un día unas migas,
ni probar gota de vino.
Trae recado de escribir.
(Vase el criado 1.º, y vuelve con recado de escribir).
CRIADO 2º ¿Para qué?
JULIO. Para escribillo
a mi madre, y que me tenga
esta noche prevenido
para cenar un menudo,
con panzas y revoltillos,
y asadas dos horcas de ajos;