gastronomía - Fundación Turismo para Todos

FUNDACIÓN TURISMO PARA TODOS
unas mínimas normas de higiene en el trabajo. Sobre todo en el ramo de
la restauración es muy importante la higiene debido a la gran cantidad de
bacterias y microbios que puede llevar unas manos sucias o un uniforme
sucio.
Debemos evitar el pelo largo y suelto. Si se lleva el pelo muy largo habrá
de llevarse recogido (en un moño por ejemplo) sólo cuando la empresa lo
permita, algo que sucede en muy pocas oportunidades. La manos y sobre
todo las uñas deberán estar siempre limpias, muy limpias.
Nuestra cara tendrá que estar siempre limpia y fresca, los hombres rasurados
diariamente y si es necesario dos veces en el día.
Cuide el sudor de su cara y del resto de su cuerpo. Lavarse la cara cuando
sea necesario y utilizar desodorantes eficaces o algún otro producto médico
ayuda a que permanezcamos dando una imagen fresca.
Vigile los lagrimales y los ángulos de los labios, suelen ser sitios en donde
se acumulan humores y humedad que resultan desagradables.
Respecto del maquillaje, si se lleva deberá ser ligero y discreto. Hay que
dar una imagen limpia y aseada, y no parecer que vamos a una gran fiesta
con maquillajes marcados y de vivos colores. Lo mismo con la boca y
dentadura que deberá permanecer en unas condiciones de higiene adecuadas
y sanas.
Respecto de las joyas, bisutería y complementos deberemos evitar, en la
medida de lo posible, llevar muchas; y si se llevan deberá ser algo sencillo
y discreto. Al igual que el maquillaje estamos trabajando, no acudiendo a
una gran fiesta.
Respecto de colonias, perfumes y desodorantes, si los utilizamos deberán
ser sin apenas aroma, para no molestar con nuestro “olor” a quienes estamos
atendiendo.
Tengamos también en cuenta el aliento. Muchas veces no lo creemos,
pero nuestros clientes lo perciben de una manera que puede resultar
desagradable. Visitemos periódicamente al odontólogo, cepillemos los
dientes antes de comenzar nuestra labor y tratemos de ser prudentes con
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los bocadillos que comamos antes de trabajar.
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GASTRONOMÍA
El uniforme deberá permanecer limpio sin manchas. Habrá de estar siempre
planchado y bien colocado en todas su partes. No dé sensación de
desaliño aunque vaya muy limpio.
Como dice un refrán popular “A veces no basta con ser bueno, si no que
hay que parecerlo”. En este caso podemos decir lo mismo: “A veces no
basta con ser limpio sino también aparentarlo ante el cliente”.
Es importante tener un juego de uniforme de repuesto, ya que manipulando
alimentos puede darse la situación de sufrir alguna mancha. En ese
caso se requiere un cambio inmediato.
Mantengamos el calzado limpio como parte de la imagen de higiene de
nuestro uniforme. También es conveniente ser cuidadosos a la hora de
elegir calzado para que este sea lo suficientemente cómodo como para
desempeñar nuestra labor, que significa muchas horas de pie.
Comportamiento y cortesía
Ante todo debemos ser educados y corteses tanto con nuestros clientes
como con nuestros superiores.
No debemos dejar que un mal día, un cliente “insoportable” o un niño
travieso nos hagan perder las buenas formas.
El personal de salón –con su imagen y servicio- es el reflejo positivo o
negativo del producto que entrega el restaurante.
Algunos puntos a tener en cuenta en este apartado serían:
1. Puntualidad: Debemos llegar puntualmente al trabajo, además de
por ética profesional y por disciplina, por respeto a nuestros compañeros
que no podrán abandonar su puesto, en muchos casos, hasta
que nosotros hayamos llegado.
2.
Amabilidad: Procuremos mantener una actitud sonriente, cortés
y servicial para con todos los clientes. Debemos tratar de hacer la