Liahona, mayo y junio de 1977 - LiahonaSud
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obe<strong>de</strong>cer la ley <strong>de</strong>l esposo. El profeta<br />
Brigham Young instruyó a los esposos<br />
<strong>de</strong> la siguiente forma: "Permitid que el<br />
esposo y padre doblegue su voluntad a<br />
la <strong>de</strong> su Dios y luego instruya a la familia".<br />
El presi<strong>de</strong>nte Lee también dijo que<br />
la esposa <strong>de</strong>bería obe<strong>de</strong>cer la ley <strong>de</strong> su<br />
esposo, únicamente si el esposo obe<strong>de</strong>ce<br />
ia ley <strong>de</strong>l Señor. Ninguna mujer está<br />
obligada a seguir al esposo en la <strong>de</strong>sobediencia<br />
<strong>de</strong> ios mandamientos <strong>de</strong>l<br />
Señor. Me gusta la forma en que el presi<strong>de</strong>nte<br />
George Albert Smith <strong>de</strong>finió la<br />
relación <strong>de</strong> marido y mujer; dijo:<br />
"Para <strong>de</strong>mostrar esta relación con<br />
una representación simbólica, el Señor<br />
no dijo que a la mujer se le había sacado<br />
<strong>de</strong> un hueso <strong>de</strong> !a cabeza <strong>de</strong>l hombre<br />
para que ella pudiera dominarlo, ni<br />
sacó un hueso <strong>de</strong> su pie para que fuera<br />
atropellada, sino un hueso <strong>de</strong> su costado<br />
para ser su compañera, su igual y su<br />
ayuda idónea por el transcurso <strong>de</strong> .sus<br />
vidas."<br />
Me interesó muchísimo un artículo<br />
que apareció en el periódico <strong>de</strong> la Iglesia<br />
referente a la hermana Ruth Faust,<br />
una <strong>de</strong> mis mejores amigas. El artículo<br />
explica qué hace ella para apoyar a su<br />
esposo, teniendo su ropa lista para su<br />
uso, preparando a tiempo las comidas<br />
para que él pueda cumplir con sus horarios,<br />
no planeando otras activida<strong>de</strong>s para<br />
no interferir con sus diversas<br />
reuniones, ayudándole a pasar a máquina<br />
apuntes y agendas. Ella <strong>de</strong>cía:<br />
"Estas son algunas <strong>de</strong> las cosas que<br />
puedo hacer para ayudar a mi esposo en<br />
SUS responsabilida<strong>de</strong>s. Lo más importante<br />
es brindarle un amor sincero y la<br />
seguridad <strong>de</strong> que él es la persona más<br />
importante en mi vida. El premio que<br />
he recibido al sostenerlo, alentarlo y<br />
amarlo, ha sido tan abundante y abrumador,<br />
que es imposible <strong>de</strong>scribirlo."<br />
Hace tiempo oí a una hermana que<br />
habló en una reunión y relató una hermosa<br />
historia con respecto al apoyo que<br />
le había dado a su esposo. Decía que<br />
cuando ella tenía cuatro niños pequeños<br />
en la casa y su esposo era el obispo <strong>de</strong><br />
barrio, siempre se enfrentaba con algunos<br />
problemitas para cumplir con sus<br />
horarios. Ella recuerda un día en el que<br />
preparó para él una cena especial, que<br />
habría <strong>de</strong> servir <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un cuito sacramenta!.<br />
Ella le preguntó al esposo a<br />
qué hora regresaría. El le aseguró que<br />
iba a estar <strong>de</strong> regreso a las 14:45 hs. Ella<br />
tenía todo preparado para el almuerzo a<br />
esa hora, pero el esposo no llegó; a las<br />
tres tampoco había llegado, a las cuatro<br />
<strong>Liahona</strong>, <strong>mayo</strong> y <strong>junio</strong> <strong>de</strong> <strong>1977</strong><br />
tampoco.<br />
Finalmente tuvo que acostar a los<br />
niños para su siesta. La carne se había<br />
quemado, la comida se echó a per<strong>de</strong>r.<br />
La temperatura <strong>de</strong> su enojo estaba<br />
subiendo con la misma intensidad que<br />
la carne que estaba en el horno. Ella estaba<br />
pensando: "Estoy <strong>de</strong>seando que<br />
llegue a casa; entonces me va a oír". Pero<br />
cuando vio que el esposo había llegado,<br />
se sintió poseída <strong>de</strong> un sentimiento<br />
pacífico. Sintió que <strong>de</strong>bía darle la bienvenida<br />
a su esposo con amor y ternura.<br />
Cuando su esposo entró en la casa, sus<br />
primeras palabras fueron:<br />
"He tenido una experiencia maravillosa.<br />
Fui llamado para ir al hospital y<br />
ungir a una hermana que estaba muy<br />
enferma y no se le daban probabilida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> que sobreviviera, y bajo mis<br />
manos, ungiéndola, vi una vida preservada.<br />
Pu<strong>de</strong> ver las bendiciones <strong>de</strong>l<br />
Señor <strong>de</strong>rramándose sobre ella. ¡Qué<br />
experiencia más maravillosa ha sido esto<br />
para mí!"<br />
Luego ella pensó: "¿Qué habría pasado<br />
si hubiera arruinado su buen<br />
espíritu quejándome porque llegó tar<strong>de</strong><br />
al almuerzo? ¡Qué insignificante se hizo<br />
repentinamente ese tiempo perdido<br />
cuando consi<strong>de</strong>ré lo que mi esposo<br />
había estado haciendo!" Más a<strong>de</strong>lante<br />
aconsejó a las hermanas <strong>de</strong> la congregación<br />
diciendo: "No quiero oíros quejas<br />
nunca más porque vuestro esposo esté<br />
fuera <strong>de</strong> la casa en reuniones, haciendo<br />
el trabajo <strong>de</strong>l Señor. Eso es lo que hacen<br />
los buenos hombres; así que orad<br />
por él, vivid vidas dignas <strong>de</strong> él y luego<br />
madurad en el evangelio para que podáis<br />
apoyarlo completamente".<br />
Estoy enormemente agra<strong>de</strong>cido por<br />
las maravillosas mujeres que hubo en<br />
mi vida. Por mi madre, que nos enseñó<br />
cómo mantener y apoyar el sacerdocio.<br />
Ella tuvo una gran responsabilidad en<br />
su vida, ya que en los cuarenta y dos<br />
años que estuvieron casados mis padres<br />
antes <strong>de</strong> que mi madre muriera, mi padre<br />
fue obispo, miembro <strong>de</strong> la presi<strong>de</strong>ncia<br />
<strong>de</strong> estaca y presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> estaca. Durante<br />
esos cuarenta y dos años, sólo hubo<br />
dos años <strong>de</strong> su vida en tos que su esposo<br />
no tuvo una importante posición<br />
en la Iglesia. ¡Cómo nos enseñaba a<br />
apoyar y sostener el sacerdocio! Cuando<br />
mi padre tenía que asistir, o tenía<br />
reuniones y asignaciones especiales, se<br />
nos enseñaba a hacer lo necesario para<br />
ayudar y que la ausencia <strong>de</strong> mi padre<br />
no se sintiera tanto, para que cuando él<br />
volviera no se hubiera atrasado su tra<br />
bajo. Estoy sumamente agra<strong>de</strong>cido por<br />
una madre que nos enseñó a sostener y<br />
apoyar el sacerdocio.<br />
También estoy muy agra<strong>de</strong>cido por<br />
tres maravillosas hermanas, las tres <strong>mayo</strong>res<br />
que yo. Recuerdo cómo ayudaban<br />
y apoyaban a sus hermanos menores.<br />
Ayudaban también a nuestra madre a<br />
entrenar a sus hermanos. Siempre estaban<br />
fijándose si nuestras orejas estaban<br />
limpias o si nos habíamos lavado bien<br />
el cuello. Elias siempre nos apoyaron y<br />
sostuvieron en nuestras responsabilida<strong>de</strong>s.<br />
Mientras me encontraba en la misión,<br />
mis tres hermanas me escribían cada<br />
semana, para darme palabras <strong>de</strong><br />
aliento. Siempre podía confiar en mis<br />
hermanas quienes me enviaban cartas,<br />
muchas veces cuando aun ías <strong>de</strong> mi novia<br />
me fallaban.<br />
¡Cuánto apreciaba a mis hermanas,<br />
y cuánto aprecio la gran influencia que<br />
recibo <strong>de</strong> mi esposa, por ia forma en<br />
que ella me sostiene y me apoya! Por<br />
supuesto que las cosas rutinarias <strong>de</strong> las<br />
responsabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la casa se las agra<strong>de</strong>zco<br />
mucho, pero las tantas otras cosas<br />
que eila hace, son aún más importantes.<br />
Ella es mi "entrenadora" mientras yo<br />
hablo. Si observan cuidadosamente, verán<br />
que me está haciendo señales especiales<br />
con la mano. Si hablo <strong>de</strong>masiado<br />
fuerte pone la mano sobre la oreja; si<br />
hablo en voz baja, se tira <strong>de</strong> la oreja;<br />
cuando es hora <strong>de</strong> terminar se pone la<br />
mano sobre la boca. Son pequeneces en<br />
las que me apoya y sostiene, pero más<br />
especialmente creo que le agra<strong>de</strong>zco los<br />
momentos especiales que tenemos todos<br />
los días cuando nos arrodillamos juntos<br />
al comienzo y al final <strong>de</strong> cada día. Me<br />
encanta oírla cuando <strong>de</strong>rrama su corazón<br />
al Señor.<br />
Estoy convencido <strong>de</strong> que vosotras,<br />
hermanas, tenéis un cana! especial <strong>de</strong><br />
comunicación con el Señor. Vosotras<br />
sabéis cómo hablar con El y a través <strong>de</strong><br />
la comunicación <strong>de</strong> vuestras oraciones,<br />
edificáis la seguridad en vuestros esposos<br />
y un <strong>mayo</strong>r acercamiento <strong>de</strong> él con<br />
el Señor. Que el Señor os bendiga siempre,<br />
que podáis apoyar y sostener a<br />
vuestros esposos, que vuestra dulce<br />
influencia le estimule a adoptar su papel<br />
como jefe <strong>de</strong> familia en rectitud, y<br />
que se prepare para ser un lí<strong>de</strong>r para<br />
<strong>de</strong>sarrollar el reino <strong>de</strong>l Señor aquí en la<br />
tierra. Dios os bendiga en esta gran<strong>de</strong> e<br />
importante responsabilidad. Lo ruego<br />
humil<strong>de</strong>mente en el nombre <strong>de</strong> Jesucristo.<br />
Amén.<br />
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