Liahona, mayo y junio de 1977 - LiahonaSud
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las palabras <strong>de</strong>l Señor, porque esto nos<br />
dará el mapa <strong>de</strong>l camino a seguir.<br />
¿Puedo alentaros hoy a estudiar las<br />
Escrituras? En el transcurso <strong>de</strong> mi vida<br />
he encontrado que en ellas están las respuestas<br />
para cada problema que he<br />
tenido. Permitidme citaros algunas experiencias<br />
personales que atestiguan <strong>de</strong><br />
su gran<strong>de</strong>za, ocasiones en las que he encontrado<br />
respuestas a problemas, y<br />
oportunida<strong>de</strong>s en la vida.<br />
Os mencionaré uno o dos simples<br />
ejemplos <strong>de</strong> cómo las respuestas no fueron<br />
halladas en las doctrinas <strong>de</strong>l hombre,<br />
sino en las Escrituras.<br />
Cuando fui ben<strong>de</strong>cido con mis primeros<br />
dos hijos, llegaron con solamente<br />
catorce meses <strong>de</strong> diferencia. La primera<br />
fue una niña, y el segundo un niño.<br />
¡Cómo disfrutaban al jugar juntos, durante<br />
esos primeros años! Sin embargo,<br />
pronto comenzaron a competir el uno<br />
con el otro; uno elegía un juguete, y el<br />
otro inmediatamente lo quería, y comenzaban<br />
á pelear para ganar control<br />
sobre él. Esto continuaba hasta que mi<br />
esposa o yo los separábamos. En esos<br />
días escuchamos un discurso pronunciado<br />
por un profesor muy conocido aconsejando<br />
a los padres cómo se <strong>de</strong>bía actuar<br />
con niños que se peleaban. Su consejo<br />
era <strong>de</strong>jar que se peleasen: "Tómenlos<br />
y pónganlos solos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un cuarto<br />
con el juguete; pronto se cansarán<br />
ambos <strong>de</strong> pelear, y entonces la paz retornará."<br />
Pusimos esta técnica a prueba,<br />
pero no surtió el efecto <strong>de</strong>seado; mis hijos<br />
parecían capaces <strong>de</strong> seguir peleando<br />
para siempre, y esto causaba <strong>de</strong>masiada<br />
confusión en nuestro hogar.<br />
Un día leímos en las Escrituras, algo<br />
diferente <strong>de</strong> lo que el catedrático nos<br />
había dicho. Encontramos que sus palabras<br />
eran contrarias a las <strong>de</strong>l Señor, y<br />
<strong>de</strong>cidimos tratar <strong>de</strong> seguir los mandatos<br />
<strong>de</strong>l Señor, Esto es lo que leímos:<br />
"Ni permitiréis que vuestros hijos<br />
an<strong>de</strong>n hambrientos o <strong>de</strong>snudos, ni que<br />
quebranten las leyes <strong>de</strong> Dios, ni que<br />
contiendan y riñan unos con otros y sirvan<br />
al diablo, que es el maestro <strong>de</strong>l pecado,<br />
o el espíritu malo <strong>de</strong> quien nuestros<br />
padres han hablado, ya que es el<br />
enemigo <strong>de</strong> toda justicia. Mas les enseñaréis<br />
a andar por las vías <strong>de</strong> verdad y<br />
pru<strong>de</strong>ncia; les enseñaréis a amarse mutuamente<br />
y servirse el uno al otro."<br />
(Mosíah4:14-15.)'<br />
Cuando enseñamos a nuestros hijos<br />
a amarse y servirse mutuamente, ¡qué<br />
30<br />
diferencia hubo en nuestro hogar! Cesaron<br />
las peleas y los argumentos. Como<br />
podéis ver, el método <strong>de</strong>l Señor fue<br />
más eficaz.<br />
Permitidme compartir otra anécdota<br />
con vosotros. Poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberme<br />
casado, fui trasladado por mi trabajo a<br />
una nueva comunidad. Me habían<br />
avanzado mucho más alto <strong>de</strong>l nivel para<br />
el cual estaba preparado, y fui trasladado<br />
a una ciudad <strong>de</strong> Idaho a ser administrador<br />
<strong>de</strong> una tienda. Había tomado este<br />
empleo seis meses antes, y el trabajo<br />
estaba muy por encima <strong>de</strong> mi capacidad.<br />
Dejé a mi familia atrás en mi primera<br />
casa mientras trataba <strong>de</strong> ven<strong>de</strong>rla,<br />
y el primer mes en ese trabajo, lo pasé<br />
solo. Había encontrado que tenía tanto<br />
trabajo que solamente podía dormir cada<br />
dos noches, y adquirí un horario <strong>de</strong><br />
trabajo que comprendía un día, una noche<br />
y un día; entonces dormía una noche,<br />
y nuevamente trabajaba un día,<br />
una noche y un día.<br />
Al final <strong>de</strong>l mes mi esposa me llamó<br />
para <strong>de</strong>cirme que había vendido la casa,<br />
y fui a buscarla para traerla a la nueva<br />
localidad. Le expliqué cuan difícil era el<br />
trabajo, y el horario que me estaba imponiendo.<br />
A ella no le complacían mis<br />
prolongadas jornadas y se quejaba un<br />
poco cuando yo tenía que trabajar toda<br />
la noche. Mientras estaba envuelto en<br />
este tren <strong>de</strong> vida, un día vi llegar un auto<br />
a mi casa, y un hombre que yo jamás<br />
había visto llamó a la puerta, y me invitó<br />
a salir y sentarme con él en su automóvil.<br />
Pronto me enteré que este <strong>de</strong>sconocido<br />
era mi nuevo presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> estaca,<br />
quien me dijo que el próximo domingo<br />
iban a reorganizar el obispado <strong>de</strong> nuestro<br />
barrio. Mencionando el nombre <strong>de</strong><br />
quién sería nuestro nuevo obispo, preguntó<br />
si yo lo podía apoyar. Yo le contesté<br />
que había elegido un buen obispo.<br />
Entonces, me dijo que quería que yo<br />
fuera el segundo consejero. "¡Oh, no!"<br />
pensé. ¿Cómo me sería posible hacer<br />
eso? Como estaban las cosas, yo ya estaba<br />
durmiendo solamente noche por me- -<br />
dio. Mas él me aseguró que el Señor se<br />
ocuparía <strong>de</strong> mi trabajo si yo le servía a<br />
El en el obispado, y <strong>de</strong>cidí aceptar. .<br />
En nuestra primera reunión como<br />
obispado, nuestro obispo abrió las Escrituras<br />
y leyó ese gran pasaje acerca <strong>de</strong><br />
Moisés y Jetro, su suegro. Esto es lo que<br />
dice;<br />
"Entonces el suegro <strong>de</strong> Moisés le di<br />
jo: No está bien lo que haces. Desfallecerás<br />
<strong>de</strong>l todo, tú, y también este pueblo<br />
que está contigo; porque el trabajo es<br />
<strong>de</strong>masiado pesado para ti; y no podrás<br />
hecerlo tú solo." (Éxodo 18:17-18.)<br />
Esta escritura me impresionó profundamente:<br />
ése había sido mi problema<br />
en el trabajo; yo estaba tratando <strong>de</strong><br />
hacer <strong>de</strong>masiado por mí mismo; sin embargo,<br />
había muchas personas en la<br />
tienda que me podían ayudar. Así que<br />
comencé a observar cómo el obispo organizaba<br />
el barrio; entonces yo lo repetía<br />
en mi propia tienda. Cuando llamó<br />
a dos consejeros para ayudarlo, yo<br />
llamé dos consejeros en la tienda; cuando<br />
llamó a un secretario, llamé también<br />
a un secretario, y <strong>de</strong> repente las cosas<br />
comenzaron a funcionar más fácilmente.<br />
Una vez más había hallado la respuesta<br />
en las Escrituras. Esa es la forma<br />
en que el Señor quiere que entendamos,<br />
leyendo las Escrituras y aprendiendo<br />
sus vías.<br />
Quisiera alentaros a que comenzarais<br />
un programa sistemático <strong>de</strong> estudio<br />
<strong>de</strong> las Escrituras; esto <strong>de</strong>bería ser un<br />
proceso diario en vuestros hogares. Mi<br />
esposa y yo las estudiamos casi todos los<br />
días. Cuando ambos estamos en casa,<br />
tratamos <strong>de</strong> estudiarlas inmediatamente<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> levantarnos. Hemos <strong>de</strong>sarrollado<br />
un plan, estableciendo cuánto<br />
queremos estudiar <strong>de</strong> las Escrituras cada<br />
año, y hemos <strong>de</strong>cidido que cada año<br />
<strong>de</strong>seamos aumentar nuestro conocimiento<br />
<strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong> Mormón, <strong>de</strong> Doctrinas<br />
y Convenios, la Perla <strong>de</strong> Gran<br />
Precio, y el Nuevo Testamento. ¡Cuan<br />
soprendidos nos quedamos, cuando<br />
contamos todos los capítulos en esas Escrituras,<br />
y <strong>de</strong>scubrimos que podíamos<br />
completar todo nuestro plan <strong>de</strong> estudio<br />
en un año para completar esas cuatro<br />
Escrituras básicas!<br />
Cuánto ha mejorado mi entendimiento<br />
<strong>de</strong> las Escrituras, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que las<br />
leemos juntos en voz alta, porque el<br />
gran conocimiento que mi esposa tiene<br />
<strong>de</strong> ellas me ayuda a compren<strong>de</strong>rlas. Si<br />
las leyera a solas, tendría solamente una<br />
interpretación, la mía, que a veces suele<br />
no ser la mejor; pero cuando mi buena<br />
esposa me ayuda a enten<strong>de</strong>rlas, entonces<br />
me <strong>de</strong>sarrollo aún más.<br />
Quiero <strong>de</strong>safiarnos a tener un programa<br />
sistemático para estudiar las Escrituras<br />
y apren<strong>de</strong>r los caminos <strong>de</strong>l<br />
Señor, para <strong>de</strong>scubrir la esencia <strong>de</strong> lo<br />
que nos están enseñando, como han en-