Liahona, mayo y junio de 1977 - LiahonaSud
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Ruego por la guia <strong>de</strong>l Espíritu<br />
Santo, para que lo que yo diga<br />
sea lo que el Señor quiere que sea dicho<br />
en esta ocasión. Ruego para que seáis<br />
iluminados por ese Espi'ritu a fin <strong>de</strong> que<br />
sintáis en vuestro corazón la verdad <strong>de</strong><br />
la doctrina que se enseña, y podáis<br />
saber que el testimonio que se da es verda<strong>de</strong>ro.<br />
Los que estamos reunidos hoy en esta<br />
sesión somos miembros <strong>de</strong> la Casa <strong>de</strong><br />
Israel, y estamos reunidos en el redil <strong>de</strong><br />
Jesucristo; hemos salido <strong>de</strong> la obscuridad<br />
a su luz maravillosa; tenemos las<br />
bendiciones <strong>de</strong>l evangelio a nuestro alcance.<br />
Pienso que puedo <strong>de</strong>ciros a vosotros<br />
así como el Señor dijo a los hijos<br />
<strong>de</strong>l padre Lehi, cuando El apareció y les<br />
ministró a ellos personalmente:<br />
"He aquí, vosotros sois los hijos <strong>de</strong><br />
los profetas; y sois <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> Israel; y<br />
sois <strong>de</strong>l convenio que el Padre hizo con<br />
vuestros antepasados, cuando dijo a<br />
Abraham: En tu posteridad serán ben<strong>de</strong>cidas<br />
todas las familias <strong>de</strong> la tierra."<br />
(3Nefi20:25.)<br />
Entonces hablando <strong>de</strong> sí mismo, Jesús<br />
dijo:<br />
"Porque el Padre me ha levantado<br />
para venir a vosotros primero, y me ha<br />
enviado a ben<strong>de</strong>ciros, apartando a cada<br />
uno <strong>de</strong> vosotros <strong>de</strong> vuestras iniquida<strong>de</strong>s;<br />
y esto, porque sois los hijos <strong>de</strong>l<br />
convenio." (3 Nefi 20:26.)<br />
Ahora, si soy correctamente guiado,<br />
me gustaría hablaros <strong>de</strong>l convenio que<br />
el Señor hizo con Abraham, que renovó<br />
con Isaac y Jacob, y que a su <strong>de</strong>bido<br />
tiempo, ofreció a todos los <strong>de</strong> la Casa <strong>de</strong><br />
Israel; convenio éste que ha sido restau-<br />
96<br />
El evangelio<br />
<strong>de</strong> Abraham<br />
por el él<strong>de</strong>r Bruce R. McConkie<br />
<strong>de</strong>l Consejo <strong>de</strong> los Doce<br />
Sesión General <strong>de</strong> la mañana<br />
rado en nuestros días, y que ahora nosotros<br />
hacemos con nuestro Padre Celestial.<br />
Abraham recibió el plan <strong>de</strong> salvación;<br />
lo recibió por revelación <strong>de</strong>l cielo.<br />
Este plan <strong>de</strong> salvación estaba diseñado<br />
para ayudar a Abraham a tomar el alma<br />
que tenía, y transformarla en la clase <strong>de</strong><br />
alma que podría vivir en la presencia <strong>de</strong><br />
Dios, su Padre Celestial. El nombre <strong>de</strong><br />
este convenio es "el evangelio <strong>de</strong> Jesucristo".<br />
Abraham y todos los profetas veneraron<br />
al Padre en el nombre <strong>de</strong>l Hijo; el<br />
Señor Jehová mismo les ministro; El<br />
era el Mesías prometido, el nacido <strong>de</strong><br />
María, a quien conocemos como el<br />
Señor Jesús. El dio las leyes, las or<strong>de</strong>nanzas<br />
y los principios necesarios para<br />
salvar y exaltar al hombre; se los dio<br />
a nuestros antepasados; se los dio a<br />
Abraham; El le dijo a Abraham que<br />
serían la herencia natural <strong>de</strong> toda su<br />
simiente, hasta la última generación.<br />
Dios prometió a Abraham que las bendiciones<br />
<strong>de</strong> la salvación eterna, las bendiciones<br />
<strong>de</strong>l evangelio, las bendiciones<br />
<strong>de</strong>l Santo Sacerdocio, las bendiciones<br />
que preparan al hombre para la exaltación<br />
eterna, todas ésas estarían disponibles<br />
para todos los hombres por medio<br />
<strong>de</strong>l ministerio <strong>de</strong> Abraham y su simiente.<br />
Dios hizo un convenio con Abraham<br />
y ese convenio fue que si él entraba en<br />
el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l matrimonio eterno, si cumplía<br />
los términos y condiciones <strong>de</strong> ese<br />
convenio, sería levantado en inmortalidad<br />
y vida eterna.<br />
Y Dios hizo <strong>de</strong> él el prototipo y el<br />
mol<strong>de</strong>, y <strong>de</strong>cretó que todo aquel que<br />
fuera <strong>de</strong> la simiente <strong>de</strong> Abraham, aquel<br />
que dando un paso al frente hiciera el<br />
mismo convenio, entrara en el mismo<br />
or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> matrimonio, viviera la misma<br />
ley, y guardara los mismos mandamientos,<br />
sería como su padre Abraham.<br />
Tenemos el registro <strong>de</strong> cómo él hizo<br />
este convenio con Isaac y Jacob, y la revelación<br />
nos dice que éste mismo fue<br />
ofrecido a toda la Casa <strong>de</strong> Israel, que<br />
consiste en todos los <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong>l<br />
padre Jacob.<br />
Yo soy <strong>de</strong> la Casa <strong>de</strong> Israel, la sangre<br />
<strong>de</strong>l padre Jacob corre por mis venas;<br />
vosotros sois <strong>de</strong> la Casa <strong>de</strong> Israel, vosotros<br />
sois <strong>de</strong>scendientes literales <strong>de</strong> los<br />
patriarcas y profetas antiguos, y en su<br />
gracia y su bondad, el Señor nos ofrece<br />
todas las bendiciones, toda esperanza <strong>de</strong><br />
salvación, toda recompensa, toda gracia,<br />
todo don, toda cosa buena que ofreció<br />
a cada persona justa, a cada hombre<br />
santo en los días antiguos.<br />
Lo que ha ocurrido en nuestros días<br />
es que el evangelio <strong>de</strong> salvación ha sido<br />
restaurado para que nosotros podamos<br />
ser here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> las bendiciones que recibieron<br />
aquéllos en la antigüedad. Vosotros<br />
sabéis que el Señor guió a los hijos<br />
<strong>de</strong> Israel fuera <strong>de</strong>l cautiverio en<br />
Egipto, que El les dio una parte favorecida<br />
<strong>de</strong> la tierra escogida don<strong>de</strong> ellos<br />
pudieran morar; esta fue la tierra <strong>de</strong> Palestina,<br />
y se le llamó su "tierra prometida".<br />
El les dio el mandamiento <strong>de</strong><br />
amarle y servirle con todo el corazón, y<br />
en toda oportunidad en que así lo hicieron,<br />
envió su Espíritu entre ellos. Ellos<br />
vieron visiones, recibieron revelaciones,<br />
obraron milagros, vencieron a sus enemigos.<br />
Dios fue su Dios y ellos fueron<br />
su pueblo.<br />
Mas cuando Israel se reveló en contra<br />
<strong>de</strong>l Señor, cuando <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> cumplir<br />
sus leyes, cuando <strong>de</strong>sobe<strong>de</strong>cieron<br />
sus mandamientos, El los maldijo con<br />
gran maldición y permitió que sus enemigos<br />
se levantaran contra ellos. Fueron<br />
expulsados <strong>de</strong> la tierra favorecida<br />
don<strong>de</strong> habían sido colocados, y se dieron<br />
a la veneración <strong>de</strong> otros dioses, dioses<br />
<strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra y <strong>de</strong> piedra, los ídolos <strong>de</strong><br />
los amoritas y los cananitas; y porque<br />
abandonaron la verdad, perdieron sus<br />
almas. Con el paso <strong>de</strong>l tiempo, Israel<br />
fue dispersado por toda la tierra. Nefi<br />
dijo que en su día, la Casa <strong>de</strong> Israel fue<br />
dispersada por todas las naciones <strong>de</strong> 3a<br />
tierra, aun sobre todas las islas <strong>de</strong>l mar.<br />
(Véase Nefi 22:4.)<br />
Todo esto sucedió como parte <strong>de</strong>l