Catequesis - 10
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7. Abierto a lo humano<br />
• El título de este apartado puede parecer fuera de sitio. Pero<br />
estamos hablando del animador en cuanto que, además, es<br />
catequista. El documento El Catequista y su formación l1 dice:<br />
«El catequista no es un ser aislado que transmite una tradición<br />
muerta. Para transmitir el Evangelio, que es interpelación actual<br />
al hombre, necesita estar abierto a los problemas y deseos<br />
del hombre y del entorno social en que vive.<br />
»La apertura a lo humano es una exigencia del Espíritu ya<br />
que es Él "quien hace discernir los signos de los tiempos -signos<br />
de Dios- que la evangelización descubre y valoriza en el<br />
interior de la historia" (EN 75).<br />
»Enraizado en su ambiente, el catequista comparte "los gozos<br />
y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres<br />
de nuestro tiempo" (GS 1) Y se compromete con ellos. Precisamente<br />
es esta sensibilidad para lo humano la que hace que su<br />
palabra catequizadora pueda echar raíces en los intereses profundos<br />
del hombre e iluminar las situaciones humanas más acuciantes,<br />
promoviendo una respuesta viva al Evangelio. Su propio<br />
testimonio de compromiso social, compatible con su<br />
dedicación a la catequesis, tiene -ante los catequizandos- un<br />
valor educativo muy importante».<br />
• El catequista mantiene una postura de sensibilidad y de simpatía<br />
por todo lo verdaderamente humano y humanizante.<br />
• Desde la visión cristiana de la Pascua de Resurrección no<br />
es posible «andar por la vida» viendo sólo lo negativo y cómo<br />
todo va muy mal. En la mundo en el que evangelizamos y catequizamos,<br />
como en el pasaje bíblico (Mt 13,25), hay trigo y<br />
cizaña. Las dos realidades se mezclan y crecen juntas. La fuerza<br />
de la Resurrección nos da la certeza de que al final el trigo<br />
será recogido en los graneros del Señor del reino.<br />
11 Comisión Episcopal de Enseñanza y <strong>Catequesis</strong>, Edice, Madrid, 1985, nn. 75-76.