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LELIUS.— Mira, eso me gusta mucho.<br />
BARIONÁ.— Y a mí no me gusta nada. Es un vendido ese Mesías vuestro.<br />
EL HECHICERO.— No recibe dinero de nadie. Vive con una gran modestia. Hace algunos<br />
pequeños milagros. Convierte e! agua en vino en Caná. Yo lo haría igual de bien: es<br />
cuestión de unos polvillos. Resucita a un tal Lázaro.<br />
LELIUS.— Un colega. ¿Algo más? Seguro que algún episodio de hipnosis.<br />
EL HECHICERO.— Supongo. Hay una historia con unos panecillos.<br />
BARIONÁ.— Ya me doy cuenta de! estilo. ¿y luego?<br />
EL HECHICERO.— Por lo que respecta a los milagros, eso es todo. Parece que los hace contra<br />
su voluntad.<br />
BARIONÁ.— ¡Por Dios! No debe tener buena maña. ¿y qué más? ¿Qué dice?<br />
EL HECHICERO.— Dice: «El que quiera ganar su vida, la perderá».<br />
LELIUS.— Muy bien.<br />
EL HECHICERO.— Dice que e! reino de su Padre no está aquí abajo.<br />
LELIUS.— Perfecto, eso estimula la paciencia.<br />
EL HECHICERO.— Dice también que le es más fácil a un cam<strong>el</strong>lo pasar por e! ojo de una aguja<br />
que a un rico entrar en e! reino de los Ci<strong>el</strong>os.<br />
LELIUS.— Eso no está tan bien. Pero se lo perdono: si uno quiere triunfar entre <strong>el</strong> pueblo<br />
llano tiene que atreverse a arañar un poco al capitalismo. Además, lo esencial es que deje a<br />
los ricos <strong>el</strong> reino de la tierra.<br />
BARIONÁ.— Y después, ¿qué pasa?<br />
EL HECHICERO.— Sufre y muere.<br />
BARIONÁ.— Como todo <strong>el</strong> mundo.<br />
EL HECHICERO.— Más que todo <strong>el</strong> mundo. Es arrestado, arrastrado ante un tribunal,<br />
desnudado, flag<strong>el</strong>ado, despreciado por todos y, al final, crucificado. La gente se agolpa<br />
alrededor de su cruz y le dice: «Sálvate a ti mismo si eres <strong>el</strong> Rey de los judíos». Y no se<br />
salva. Grita con una voz fuerte: «iPadre mío! ¡Padre mío! ¿Por qué me has abandonado?».<br />
Y muere.<br />
BARIONÁ.— ¿y muere? ¿Quién, ése? ¿El maravilloso Mesías? ¡Hemos tenido otros incluso<br />
más brillantes, y todos han caído en <strong>el</strong> olvido!