Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
creído siempre que llegaría un día en que <strong>el</strong>la misma arrancaría d<strong>el</strong> leño sus manos y sus<br />
pies orturados y marcharía contra sus enemigos ensangrentada y soberbia. Tal era nuestra<br />
fe en <strong>el</strong> Mesías. ¡Ah!, si hubiese venido un hombre así, de mirada irresistible, cubierto de<br />
hierro fulgurante, si hubiese puesto una espada en mi mano derecha y me hubiese dicho:<br />
«¡Cíñete la cintura y sígueme!». ¡C6mo le hubiera seguido en medio d<strong>el</strong> estrépito de las<br />
batallas, haciendo saltar las cabezas romanas, como se decapita en <strong>el</strong> campo a las amapolas.<br />
Hemos crecido con esta esperanza, hemos apretado los dientes y si, por ventura, un romano<br />
pasaba por nuestro pueblo, le seguíamos con la mirada y murmurábamos a sus espaldas<br />
porque su vista alimentaba e! odio en nuestros corazones. Estoy orgulloso de no haber<br />
aceptado la esclavitud y de no haber cesado jamás de atizar en mí <strong>el</strong> fuego abrasador d<strong>el</strong><br />
odio. Y estos últimos días, viendo c6mo nuestro pueblo exangüe no tenía ya fuerzas para la<br />
reb<strong>el</strong>ión, ¡he preferido que se aniquilase para no verle plegado bajo <strong>el</strong> yugo de los romanos!<br />
LELIUS.— ¡Encantador! Éste es <strong>el</strong> tipo de discurso al que se expone un funcionario romano<br />
cuando le envían de servicio a un pueblo perdido. Pero no veo qué pinta este Mesías en<br />
medio de todo esto.<br />
BARIONÁ.— ¡No queréis comprender! Esperábamos un soldado y se nos envía un cordero<br />
místico que nos predica la resignación y nos dice: «Haced como yo, morid en vuestra cruz,<br />
sin quejaros, con dulzura, para evitar que se escandalicen vuestros vecinos. Sed dulces.<br />
Dulces como niños. Lamed vuestro sufrimiento despacio, como un perro apaleado lame a<br />
su amo para hacerse perdonar. Sed humildes. Pensad que habéis merecido vuestros<br />
dolores, y si son demasiado fuertes, soñad que son pruebas y que os purifican. y si sentís<br />
que crece en vosotros una cólera de hombre, asfixiadla bien. Decid gracias, siempre<br />
gracias. Gracias cuando os abofeteen. Gracias cuando os den de patadas. Engendrad niños<br />
para preparar nuevos culos para las patadas futuras. Hijos de viejos que nacerán resignados<br />
y rumiarán sus antiguos pequeños dolores marchitos con la humildad que conviene. Niños<br />
que nacerán expresamente para sufrir como yo: nacidos para la Cruz. Y si sois suficientemente<br />
humildes, si habéis hecho resonar vuestro esternón como una pie! de asno,<br />
golpeando vuestra culpa con insistencia, entonces, tal vez, tendréis una plaza en e! reino de<br />
los humildes, que está en los Ci<strong>el</strong>os ...•. ¿Que mi pueblo llegue a ser así? ¿Una nación de<br />
crucificados consentidores? Pero, ¿en qué te has convertido, Jehová, Dios de la Venganza?<br />
¡Ah! Romanos, si eso es verdad no nos habréis infringido ni la cuarta parte d<strong>el</strong> daño que<br />
nosotros mismos nos vamos a hacer. Vamos a secar las fuentes de agua viva de nuestra<br />
energía, vamos a firmar nuestra sentencia de muerte. La Resignación nos matará y yo la<br />
odio, romano, más aún de lo que os odio a vosotros.<br />
LELIUS.— ¡Eh, eh, eh! ¡Alto ahí! Habéis perdido vuestro buen sentido, jefe. Y en vuestro<br />
desvarío, pronunciáis palabras lamentables.<br />
BARIONÁ.— ¡Cállate! (Para sí mismo:) Si pudiera impedir eso ... Conservar en <strong>el</strong>los la llama<br />
pura de la reb<strong>el</strong>ión ... iOh, mis hombres! Me habéis abandonado y ya no soy vuestro jefe.<br />
Pero, por lo menos, haré esto por vosotros: bajaré a B<strong>el</strong>én. Las mujeres ralentizan vuestro<br />
paso y conozco atajos que ignoráis. Llegaré allí antes que vosotros. ¡y no hace falta mucho<br />
tiempo, imagino, para retorcer <strong>el</strong> frágil cu<strong>el</strong>lo de un niño, aunque sea <strong>el</strong> Rey de los judíos!<br />
Sale BARIONÁ.