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Actualidad<br />
CPDs: la nube se posa<br />
en <strong>Cantabria</strong><br />
La entrada en funcionamiento del búnker del Santander otorga el mayor protagonismo<br />
a los data center y a toda la actividad que rodea el diseño y el mantenimiento de estas<br />
instalaciones. El llamado ‘cloud computing’ y la tendencia a externalizar los servicios<br />
informáticos otorgan un enorme potencial de desarrollo a estas plataformas tecnológicas,<br />
de las que hay noticia en <strong>Cantabria</strong> casi desde los albores del fenómeno Internet.<br />
La llama del logotipo del Santander<br />
lo es más que nunca desde<br />
que se inaugurara el búnker del<br />
banco en Medio Cudeyo, al sur de<br />
la bahía. Vista desde la capital de<br />
<strong>Cantabria</strong>, coronando la torre del<br />
complejo con la iluminación nocturna,<br />
luce como una hoguera encendida<br />
en las faldas del monte Castillo, y<br />
también como una metáfora de la visibilidad<br />
con la que el edificio construido<br />
por el banco ha dotado a<br />
unas instalaciones –los centros de<br />
proceso de datos (CPD) o data center–<br />
habituados a la discreta oscuridad<br />
de los sótanos. La inversión acometida<br />
por la entidad financiera para<br />
poner a punto el que es su quinto búnker<br />
de datos –los otros cuatro están en<br />
Madrid, Londres, Sao Paulo y Querétaro–<br />
ilustra la creciente importancia<br />
que están teniendo este tipo de instalaciones,<br />
por más que lo haga sólo en<br />
cantabria<br />
52 negocios<br />
FEBRERO <strong>2012</strong><br />
parte y en una medida que, por lo desmesurado,<br />
es sólo relativamente indicativa<br />
de las características de estos<br />
auténticos contenedores de información<br />
y de toda la actividad que se genera<br />
en torno a su construcción, gestión<br />
y mantenimiento.<br />
En común con cualquier otro data<br />
center, el construido por el Santander<br />
tiene el acoger servidores e información<br />
accesibles desde ordenadores situados<br />
en cualquier parte del mundo y<br />
durante las 24 horas. Menos coincidencias<br />
existen si tenemos en cuenta<br />
sus especificaciones de seguridad y,<br />
sobre todo, si atendemos a sus dimensiones,<br />
tanto las que tienen todo lo que<br />
está a la vista –el complejo coronado<br />
por la luz roja del logotipo del banco–<br />
como en todo aquello que ocupa las<br />
entrañas de los dos edificios, medible<br />
en capacidades de procesamiento y almacenamiento<br />
de la información. Son<br />
estas cuestiones las que marcan la línea<br />
divisoria con un amplísimo abanico<br />
de instalaciones que merecen, como<br />
la del Santander, la denominación<br />
de centros de proceso de datos, en muchas<br />
de las cuales es posible rastrear,<br />
a otra escala, las mismas características<br />
que han hecho del búnker de Medio<br />
Cudeyo, además de una referencia<br />
tecnológica, un motor de actividad y<br />
empleo.<br />
Que la información que llega a<br />
nuestros ordenadores no tenga que estar<br />
físicamente detrás de la pantalla, o<br />
en una torre bajo la mesa, es algo asumido<br />
desde los mismos albores de la<br />
informática. Con Internet y el llamado<br />
cloud computing –o computación en<br />
nube– lo que se plantea es que esos archivos<br />
con los que se trabaja no sólo<br />
no tienen por qué estar en las dependencias<br />
de la propia empresa, o del<br />
propio domicilio, sino que puede ser