Devocionario - FUNDACIÓN OBRA CULTURAL Roger de
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Aprendamos siempre a saber "estar" en todo lugar. El cristiano tiene que estar presente<br />
en todas las activida<strong>de</strong>s humanas.<br />
gozo <strong>de</strong>l Señor.<br />
A todos los invitados pro Dios al banquete <strong>de</strong> su misericordia y su Eucaristía, la paz y el<br />
Oración Final<br />
INTENCIÓN PERSONAL DE LA NOVENA<br />
PADRENUESTRO, AVE MARÍA, GLORIA<br />
OH Dios, que por la Concepción Inmaculada <strong>de</strong> la Virgen preparaste digna morada a tu<br />
Hijo, te suplicamos, que, así como por la muerte prevista <strong>de</strong> este Hijo la preservaste <strong>de</strong> toda<br />
mancha, por la intercesión <strong>de</strong> María nos concedas llegar a ti enteramente limpios . Por el mismo<br />
Jesucristo nuestro Señor<br />
DIA NOVENO<br />
INVOCACIÓN INICIAL E HIMNO PARA CADA DÍA<br />
P/Alégrate, María, llena <strong>de</strong> gracia<br />
R/El Señor está contigo<br />
¿A quién <strong>de</strong>bo yo llamar vida mía, sino a ti, Virgen María?<br />
Duélete, Virgen, <strong>de</strong> mí,/mira bien nuestro dolor/que este mundo pecador/no pue<strong>de</strong> vivir<br />
sin ti/ no llamo <strong>de</strong>sque nací vida mía, sino a ti, Virgen María?<br />
Tanta fue tu perfección/y <strong>de</strong> tanto merecer/que <strong>de</strong> ti quiso nacer/quien fue nuestra<br />
re<strong>de</strong>nción/ No hay otra consolación vida mía, sino a ti, Virgen María?<br />
El tesoro divinal/en tu vientre se encerró/tan precioso, que libró/todo el linaje humanal/¿A<br />
quién quejaré mi mal vida mía, sino a ti, Virgen María?<br />
Tú sellaste nuestra fe/con el sello <strong>de</strong> la cruz,/tú pariste nuestra luz/Dios <strong>de</strong> ti nacido<br />
fue/Nunca jamás llamaré vida mía, sino a ti, Virgen María?<br />
¡Oh clara virginidad, /fuente <strong>de</strong> toda virtud!, no ceses <strong>de</strong> dar salud/ a toda la cristiandad./No<br />
pediremos piedad, vida mía, sino a ti, Virgen María?<br />
REFLEXIÓN DEL DÍA<br />
Es muy fácil centrar toda nuestra atención en la escena <strong>de</strong>l Calvario. De pie, María, junto<br />
a la cruz <strong>de</strong> Cristo, en compañía <strong>de</strong> un hombre joven, Juan; <strong>de</strong> unas piadosas mujeres; <strong>de</strong> una<br />
pecadora penitente; <strong>de</strong> dos ladrones crucificados; <strong>de</strong> dos conversos <strong>de</strong> última hora: Judas, el<br />
buen ladrón, y Longinos, el soldado.<br />
Todos estamos cobijados por la Cruz que tiene un signo <strong>de</strong> apertura eterna. Todos<br />
unidos en Cristo bajo su mirada. No hay almas <strong>de</strong> segunda clase. A todos busca y llama a la<br />
Iglesia porque todos somos hijos <strong>de</strong> Dios. No pue<strong>de</strong>n haber en la Iglesia monopolios ni<br />
socieda<strong>de</strong>s limitadas., ni exclusivas. Los brazos <strong>de</strong> Cristo, abiertos, lo indican y la compasión que<br />
tiene la Virgen lo <strong>de</strong>fine solemnemente.<br />
L Virgen goza <strong>de</strong> la maravillosa variedad <strong>de</strong> los hijos <strong>de</strong> Dios. La Iglesia es bendita por<br />
esa maravilla <strong>de</strong> la variedad en la unidad. No es cristiano rechazar lo que no nos va o no hemos<br />
tenido la humildad <strong>de</strong> conocer. Si la Iglesia, que es Cristo, aprueba, nosotros, con los brazos<br />
abiertos, también.<br />
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