Devocionario - FUNDACIÓN OBRA CULTURAL Roger de
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En la noche <strong>de</strong>l 25 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1938 sucedió ese fenómeno en distintas partes <strong>de</strong>l<br />
mundo y con amplitud. Lucía cree ver en él la señal que precedía a la calamitosa guerra que se<br />
acaba <strong>de</strong> presenciar. La llama horrible, horrible.<br />
Por su parte Jacinta, <strong>de</strong> enero a febrero <strong>de</strong> 1920, como asegura la Superiora <strong>de</strong>l<br />
Orfelinato en que se encontraba la pequeña en Lisboa, <strong>de</strong>cía: Si los hombres no se enmiendan,<br />
Nuestro Señor enviará al mundo un castigo, como jamás se ha visto igual; y primeramente en<br />
España; y habla <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s acontecimientos mundiales que suce<strong>de</strong>rían hacia 1940. (Carta <strong>de</strong>l<br />
19 y 30 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1947, escrita por la Superiora, que recogió a la niña en los últimos días.)<br />
La tercera aparición concluyó así:<br />
No digáis esto a nadie. A Francisco podéis <strong>de</strong>círselo. Y añadió: Cuando recéis el<br />
Rosario. <strong>de</strong>cid al final <strong>de</strong> cada <strong>de</strong>cena: ¡Oh Jesús!, perdónanos, líbranos <strong>de</strong>l fuego <strong>de</strong>l infierno,<br />
lleva al cielo todas las almas, especialmente las más necesitadas <strong>de</strong> tu misericordia.<br />
Esto es lo que oyeron las dos niñas, Lucía y Jacinta. Por lo <strong>de</strong>más acojámonos al<br />
Inmaculado Corazón <strong>de</strong> María para no perecer y <strong>de</strong>sagraviémoslo cuanto podamos.<br />
CUARTA APARICIÓN (13-8-1917)<br />
En las apariciones se verificaba una disminución gran<strong>de</strong> en la luz <strong>de</strong>l sol, hasta el punto<br />
<strong>de</strong> verse las estrellas al mediodía; eso todos lo notaban. La cuarta aparición tuvo otro matiz<br />
<strong>de</strong>bido a la intervención masónica. Sus periódicos empezaron a escribir contra los pastores. Se<br />
trata, <strong>de</strong>cían, <strong>de</strong> casos epilépticos, exageraciones, sugestiones y aun <strong>de</strong> especulaciones con el<br />
milagro, como en Lour<strong>de</strong>s. Tales calumnias tuvieron efecto contraproducente. Hicieron más<br />
públicos los prodigios <strong>de</strong> Fátima.<br />
El día 13 <strong>de</strong> agosto había en la Cova <strong>de</strong> Iría unas quince mil personas. El alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> Vila<br />
Nova <strong>de</strong> Ourem, que era jefe <strong>de</strong> una logia, quiso acreditarse entre los suyos. Se presentó en<br />
Fátima, diciendo que quería ir a la Cova <strong>de</strong> Iría. Llegó a Aljustrel, habló con los padres <strong>de</strong> los<br />
niños; llamó a éstos. Dijo que los llevaría en su coche; respondieron que no tenían necesidad <strong>de</strong><br />
eso. Eran como las doce. Al fin los llevó a Fátima a la parroquia. El señor Párroco, don Manuel<br />
Marques Ferreira, en presencia <strong>de</strong>l señor alcal<strong>de</strong>, ya mencionado, don Arturo d'Oliveira Santos,<br />
advirtió a Lucía que si mentía haciendo tanto daño, iba al infierno. Respondió la pequeña: Según<br />
eso, no voy al infierno, porque no miento, y si la gente va a la Cova es por quererlo así; yo no he<br />
llamado a nadie.<br />
La autoridad eclesiástica había or<strong>de</strong>nado proce<strong>de</strong>r con mucha pru<strong>de</strong>ncia; <strong>de</strong> ahí la<br />
conducta <strong>de</strong>l señor Párroco.<br />
- Si usted quiere, le pido permiso a la Señora para <strong>de</strong>scubrirlo; entonces lo <strong>de</strong>scubriré.<br />
-¿Te ha dicho algún secreto la Señora? Insistió el señor Párroco en saberlo.<br />
-¡Sí!, contestó Lucía.<br />
El señor alcal<strong>de</strong> intervino:<br />
- Esto es sobrenatural – dijo -; vámonos.<br />
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