Devocionario - FUNDACIÓN OBRA CULTURAL Roger de
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Francisco <strong>de</strong> Asís se entrega a Cristo, y Jesús le lleva al Padre. Dios es nuestro Padre.<br />
Una <strong>de</strong> las cosas que marcan la vida <strong>de</strong> los hombres es la i<strong>de</strong>a que se tenga <strong>de</strong> Dios. El<br />
franciscanismo es alegre, libre y pobre porque vive una visión provi<strong>de</strong>ncialista <strong>de</strong> Dios. Si Dios es<br />
Padre, Francisco pue<strong>de</strong> vivir <strong>de</strong>sprendido, alegre, confiado, fraternal:<br />
- Si Dios cuida <strong>de</strong> las flores y las aves, más <strong>de</strong> él...<br />
- «Hasta ahora he llamado padre mío a Pedro Bernardone. Des<strong>de</strong> ahora diré: Padre<br />
nuestro que estás en los cielos...»<br />
Y lo <strong>de</strong>ja todo: vestidos, amista<strong>de</strong>s, diversiones, preocupaciones, dinero, alforjas... y se<br />
<strong>de</strong>sposa con «dama pobreza». Era la consecuencia <strong>de</strong> creer que Dios es Padre. Los antiguos no<br />
sabían <strong>de</strong>finir a Dios. Para ellos Dios era el sin nombre, el que es, el gran<strong>de</strong> y omnipotente, el<br />
señor <strong>de</strong>l mundo. Jesús nos trajo la gran noticia <strong>de</strong> que Dios es nuestro Padre, que nos ama, que<br />
cuida <strong>de</strong> nosotros. Tertuliano diría que «nadie es tan padre como nuestro Dios».Francisco <strong>de</strong><br />
Asís vivió especialmente esa realidad... y se echó en sus brazos paternales predicando un<br />
evangelio <strong>de</strong> libertad y <strong>de</strong> alegre pobreza, sin tachaduras ni añadidos. Que Dios es un Padre no<br />
era para Francisco un dogma frío, sino una experiencia religiosa profunda. Lo <strong>de</strong>más ya fue<br />
respuesta. Amor y egoísmo son incompatibles en un corazón. El amor exige renunciamientos y<br />
engendra <strong>de</strong>sprendimiento. El amor quiere ser libre y rompe todas las ataduras...<br />
¿Qué es para nosotros Dios? ¿Qué supone en nuestras vidas?<br />
Para muchos Dios es el gran olvidado, un <strong>de</strong>sconocido, un ser que está muy lejos, allá en<br />
las alturas. Para otros es el ser que crea, or<strong>de</strong>na y conserva. Para los cristianos <strong>de</strong>be ser un<br />
Padre que ama y cuida provi<strong>de</strong>ntemente. Somos responsables <strong>de</strong>l rostro que el mundo ve <strong>de</strong><br />
Dios. ¿Qué imagen proyectamos <strong>de</strong> nuestros Dios? ¿Un Dios juez, ausente, lejano o un Dios<br />
amigo y padre? ¿Muchas veces no tenemos olvidado que muy cerca <strong>de</strong> nosotros está El que<br />
espera para ten<strong>de</strong>rnos una mano amiga, para venir en nuestra ayuda?<br />
Medita brevemente y pi<strong>de</strong> la gracia que <strong>de</strong>sees alcanzar.<br />
ACLAMACIONES<br />
- Demos gracias a Dios, nuestro Padre, porque por medio <strong>de</strong> San Francisco <strong>de</strong> Asís nos<br />
ha llamado a vivir su verdad y su amor. (Padrenuestro...)<br />
- Demos gracias a Dios, nuestro Padre, porque ha querido que su mensaje salvador sea<br />
llevado a toda la tierra por medio <strong>de</strong> los franciscanos. (Padrenuestro...)<br />
- Demos gracias a Dios, nuestro Padre, porque quiere que Francisco <strong>de</strong> Asís tenga cada<br />
día nuevos seguidores e imitadores. (Padrenuestro...)<br />
ORACIÓN FINAL<br />
Señor, sumo Bien, todo Bien, tu enviado Jesús nos dijo que eras y te llamabas Padre,<br />
que nos has amado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la eternidad como se ama a un hijo. Hoy hemos querido apren<strong>de</strong>r <strong>de</strong><br />
San Francisco esa verdad y esa vivencia.<br />
Don<strong>de</strong> hay amor no <strong>de</strong>be haber temor ni preocupaciones, ansieda<strong>de</strong>s ni inquietud. Que<br />
te sintamos velando nuestros días.<br />
Danos el don <strong>de</strong> tu paz. Que tu luz penetre nuestras tinieblas y nos arrojemos<br />
confiadamente en tus brazos. Que vivamos filialmente tu presencia, pues a cualquier lugar a<br />
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