AZ -MXCMO. SMWOM DON RAMÓN JOSEF DE ARCE, Arzobispo ...

DÍA QÜARTO. i6t
minos y en las casas? ¿Las heridas y muertes mas
crueles? ¿Las desavenencias en los matrimonios? ¿Las
prostituciones mas vergonzosas? ¿Las maldiciones, ios
juramentos, las blasfemias mas execrables y escandalosas,
no provienen innumerables veces de que aburridos
los hombres por la pobreza, se entregan á los desórdenes
mas abominables de la vida? Ved, Señoras,
lo que es la pobreza en el siglo : volved vuestra consideración
á la felicidad de la pobreza evangélica, y
ella llenará de consuelo vuestro espíritu. Reunidos todos
los bienes en una sola masa , se distribuye de ella
á cada particular lo que cada una ha de menester: sus
urgencias son la medida de sus socorros , y renovando
la práctica de los primeros dichosos dias del chrisíianismo,
en que depositando voluntariamente en los
pies de los Apóstoles lo que poseian los fieles, recibían
después, prout cuique opus eral, según la necesidad
de cada uno, teniendo todos un corazón y una
alma , amándose todos como hermanos , como hijos
de un mismo padre , y como individuos de una misma
Iglesia, sin cism^a, sin bandos, sin divisiones ni
enemistades : Midtitudinis credentium erat cor unum,
et anima una (a). Bienaventurados los pobres de espíritu
, dice el Señor , porque de ellos es el rey no de
los cielos. Bienaventuradas las Religiosas, que fieles á sus
solemnes votos , profesan una pobreza de espíritu llena
de paz y descanso, de honor y gloria , de inocencia y
virtud ; quando los infelices pobres del mundo, de quienes
hicimos mención en el principio, pasan la vida con
ignominia, con disgustos , con inquietudes y pecados.
Beati pauperes spiritu i quoniam ipsorum esp regnum
ccelorum
¿Os parecen pequeñas , venerables Religiosas , las
ventajas de vuestra pobreza monástica sobre la pobreza
mundana? ¿Y qué seria si dieramos margen á la
(a) Act, 4. 32. (b) Matth. 5. v. 3.