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AZ -MXCMO. SMWOM DON RAMÓN JOSEF DE ARCE, Arzobispo ...

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174 EXERCICIOS ESPIRITUALES.<br />

medio del siglo, y veréis las grandes dificultades que<br />

se presentan para mantener esta pureza. Todos los sentidos<br />

del cuerpo y las potencias del alma, apenas encuentran<br />

mas que objetos peligrosos. Los ojos vuelan<br />

desde la elegancia de los vestidos , á la indecencia con<br />

que en nuestros dias se acomodan al cuerpo : los oidos<br />

escuchan con la mayor freqüencia las palabras torpes,<br />

las adulaciones mas lisonjeras, y las conversaciones<br />

mas seductivas : las manos exceden los límites del pudor<br />

en las concurrencias, en los encuentros estudiados,<br />

en las calles y las casas , y en las cartas amorosas : los<br />

pies corren apresurados á los teatros , á los bayles, á<br />

las romerías , á los paseos concurridos , y á mantener<br />

las amistades con freqüentes visitas de personas sospechosas.<br />

¡O Dios , y qué de peligros en los recuerdos<br />

de la imaginación ! ¡En las ideas formadas por un entendimiento<br />

corrompido! ¡En los afectos de una voluntad<br />

viciada! ¿Quintas veces se sienta una persona al<br />

lado de otra, á quien tiene por un modelo de virtud,<br />

y se encuentra en los brazos del pecado ? ¿Quántas espera<br />

oir un consejo prudente que la ilustre, y escucha<br />

una seducción maligna que la precipita? Pienso no ser<br />

menos prodigio vivir en medio de la corrupción del<br />

mundo sin contaminarse en punto de pureza , que no<br />

quemarse dentro del horno de Babilonia.<br />

Dad gloria á Dios, venerables Religiosas , y bendecid<br />

su santo nombre porque os sacó de tantos peligros,<br />

y os conduxo al asilo de la inocencia , á la ciudad de<br />

refugio para los perseguidos en la pureza , á la casa del<br />

Señor de las virtudes, á vuestro monasterio , donde los<br />

ojos no ven sino cuerpos amortajados, y acciones edificantes:<br />

donde los oidos no escuchan sino las alabanzas<br />

del Ser eterno á todas horas : donde las manos se<br />

emplean en la labor, y en los saludables rigores de la<br />

santa penitencia, y los pies caminan ai coro, ala enfermería<br />

, á las oficinas, y á los demás sitios señalados<br />

por la obediencia. ¡O vida verdaderamente dichosa,

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