AZ -MXCMO. SMWOM DON RAMÓN JOSEF DE ARCE, Arzobispo ...

2^3 EXERCICIOS ESPIRITUALES.
confesión mental que era absolutamente necesaria en
la ley natural, desde Adán hasta Moyses, y distinta
de la confesión ceremonial que 'prescribia la ley
escrita, desde Moyses hasta Jesuchristo. En todas
ha sido un requisito esencial para el perdón de los
pecados la contrición , el dolor sobrenatural, el sentimiento,
la pena de haber ofendido á Dios, la detestación
del pecado cometido contra Dios'", y el propositó
de no volverle á cometer y de satisfacer á
Dios con frutos dignos de penitencia. Sin esta disposición
de parte de los penitentes, jamas se le han
perdonado á ningún pecador sus culpas, ni en la ley
natural, ni en la ley escrita , ni en la ley evangélica.
En las dos primeras, se confesaban los pecadores
á solo Dios, con las mencionadas disposiciones.
Esto vemos con la mayor claridad en estos y otros
clamores en que se exálaba su corazón afligido: A ti
solo pequé: obré mal contra ti mi Dios, decia David:
todas las noches regaré mi cama con lágrimas;
lábame mas y mas de mis iniquidades: repasaré con
amargura de mi alma todos los años de mi vida, decia
Isaías, y arrojare de mi corazón todas las culpas
con que te ofendí. Tened, Señor, piedad y usad
de misericordia con este pácador, decia el Publicano.
Ved ahi las confesiones que justificaban á los pecadores
antes de la venida de Jesuchristo. Después
que este Dios hombre instituyó el adorable sacramento
de la Penitencia, como un juicio en que ha
de, haber reo y Juez, este no puede pronunciar-sentencia
, si aquel no le manifiesta las culpas y de aqui
nace la obligación de pedir á Dios misericordia y esperarla
diciendo al confesor los pecados. Parecería duro
este precepto , ya por la dificultad de decir todos
los pecados mortales, ya por la vergüenza' natural
de manifestar los mas secretos , los mas feos,'
dice el sacrosanto Concilio de Trento , si no se recompensase
esta dificultad superabundantementé con los