AZ -MXCMO. SMWOM DON RAMÓN JOSEF DE ARCE, Arzobispo ...

DÍA O C T A V O . 299
cad, Señor, de mi pecho este corazón de piedra, para
que aprenda á amaros porque Vos me lo mandáis, y
por mi propia conveniencia.
P L Á T I C A
S O B R E EL AMOR DE DIOS.
Diiiges Bominum Deum tuum.
Luc. cap. 10.
Confieso con toda igenuidad, venerables Religiosas
, que si en algún dia debería yo tener el espíritu
de San Bernardo, de San Buenaventura , de mi Seráfico
Padre San Francisco , ó de San Felipe Neri, que
no solo amaban sino que se abrasaban y ardían en vivas
llamas del divino amor ; es seguramente en este
dia en que pienso hablar del amor que debemos tener
á nuestro amable Dios , nuestro Criador , nuestro Redentor
, nuestro conservador, nuestro único y sumo
bien. ¿Es posible que haya yo de tener un corazón tan
tibio , tan frío y tan helado, quando pretendo hablaros
de la mayor de todas las virtudes, del acto mas
heroyco del corazón humano , de la ocupación mas meritoria
de una alma en esta vida, esto es, de la caridad,
de la santa dilección que Dios nos manda? Teresas de
Jesús, Gertrudis de Islebia , Marías'Magdalenas prestadme
vuestro amor , comunicadme los encendidos deseos
de vuestro corazón , dadme vuestros suspiros , vuestros
afectos y vuestras lágrimas, pues de otra suerte mal
podrá hablar del amor el que no ama, decia San Bernardo.
No hallo mas consuelo que el de intimaros el
primero , el mayor de todos los mandamientos del Señor
: "Diiiges Dominum Deum tuum. No encuentro mas
alivio que el de persuadirme que el espíritu de Dio*
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