AZ -MXCMO. SMWOM DON RAMÓN JOSEF DE ARCE, Arzobispo ...

264 EXERCICIOS ESPIRITUALES.
cienda , nada me aprovecha para el cielo todo esto,
si no me acompaña la caridad de Jesuchristo que lo
vivifica y hace digno de premio eterno. Todas aque-»
lias obras serian muertas, por estarlo mi alma por la
culpa : Nihil coinquinatis est mundum , decia el mismo
Santo. Debemos pues suponer para el mérito y pureza
de intención , el estado de gracia en el alma , y ayudados
de este don celestial ofrecer al Señor todas nuestras
obras y palabras , buenas é indiferentes : estas para
hacerlas buenas, aquellas para que sean mejores. Así
lo enseñaba también San Pablo quando decia: Omne
quodcumqus facitis in verbo aut in opere , omnict in nomine
Domini nostri Jesu Cbristi facite. Esta divina
doctrina practicaba excelentemente un Santo Padre del
Yermo , parándose un poco y estando en silencio muy
recogido en su interior al empezar qualquier obra. Preguntáronle
: ¿qué hacia entonces? Y respondió : estoy
haciendo la puntería para no errar el tiro ; demostrando
con esta sentencia que dirigía á Dios aquella
obra, para que le fuese agradable, y á él meritoria. ¡Con
quánta facilidad podéis imitar á aquel hombre santo,
deteniéndoos un poquito y dirigiendo al Señor todas
vuestras operaciones! ¡Con qué trabajo tan corto podéis
adquirir un mérito tan grande! Y mas, si al dirigir
vuestras obras las aumentáis y multiplicáis con
los deseos.
Este es el segundo medio de llegar á una grande
pureza de intención. El Espíritu Santo nos enseña en
las divinas Escrituras , que los pensamientos y deseos
de las almas robustas en la virtud, se aumentan y multiplican
mucho (a). Quiere decir: que sabiendo nosotros
lo débiles que somos, y que Dios es digno de un amor
eterno é infinito, debemos desear ardientemente amarle
como es digno de ser amado; y quando esto no sea
posible en la execucion , lo sea en los deseos , apete-
[a) Cogitaliones robusti semper in abundantia. Proverb. c. 21.