AZ -MXCMO. SMWOM DON RAMÓN JOSEF DE ARCE, Arzobispo ...

DÍA N O N O . 337
vida del cuerpo, ¿por qué no amamos mas la del alma?
Si tantos afanes tomamos por conservar la vida
del cuerpo, y procurarle alguna comodidad, ¿cómo no
hacemos siquiera otro tanto por gozar la vida eterna
y bienaventurada de nuestra alma? Esta es permanente,
aquella transitoria : esta es estable, aquella momentánea:
esta es inmoble , aquella mudable: esta
exenta de toda corrupción y molestia, aquella sujeta
á trabajos y miserias : esta es libre de toda calamidad
y zozobra, aquella cautiva y cercada de enfermedades
y trabajos : esta es vida verdadera , vida dichosa,
vida feliz y bienaventurada , que vive en Dios, se
mueve por la voluntad de Dios, y esta conforme con
el querer de Dios, y aquella es un tormento , y un
morir prolixo y desgraciado. ¿Cómo es esto, Dios
inmortal? Si esta es una vida tan feliz ¿cómo no, se
procura , cómo no se busca, cómo no se ama? Si
aquella es una sombra de vida transitoria y frágil,
¿cómo nada se omite por conservarla? ¡Ay, alma mia!
Mira el efecto que producen los pensamientos de los
hombres quando no están dirigidos por las verdades
eternas del Evangelio. ..-Í
Unos suspiran por las "riquezas, otros anhelan por
los honores : estos claman por los empleos, aquellos
sudan , se afanan y fatigan por los placeres groseros
proporcionados á los sentidos del cuerpo. En esto piensan
y nada dexan de hacer por conseguir lo qué pensaron.
Pero qUando lo consiguieran, ¿qué alcanzarían?
¿Qué paz, qué dulzura, qué descanso, qué felicidad?
¿Qué le importa al hombre , dice el Espíritu Santo,
ganar todo el mundo si pierde su alma? Ningunas fatigas,
ningunos desvelos ó trabajos que no haga dulces
el amor, son menester para salvar el alma. Ama á Dios
de todo tu corazón y la salvaste. ¡O Criador de mi
alma! ¡ó amable Redentor de mi alma! Vos Señor podíais
haberme impuesto preceptos duros y afanosos para
dar vida á nuestras almas, como nos los impusisteis