CULTURA Y PODER EL ARTE EN LA VIDA POLÍTICA - Instituto ...
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FOLIOS<br />
33<br />
lugar al cuadro, capaz de asumirse como pieza de mercado,<br />
objeto de compraventa. Ese legado se exhibe en<br />
museos y galerías, que suelen tener asientos dispuestos<br />
para contemplar, para que el espectador viva el tiempo<br />
del disfrute en posición sedente, a corta distancia de su<br />
intocable objeto de contemplación. Por el contrario, el<br />
grabado, capaz de ser reproducido en copias idénticas,<br />
rompió con la unicidad del cuadro y permitió una difusión<br />
multiplicadora. El arte político encontró en el<br />
grabado un punto de anclaje. Goya, como el francés<br />
Daumier, se sirvieron de él logrando llegar a un mayor<br />
número de espectadores con un alcance no masivo,<br />
pero mayor que el del lienzo contenido en su marco,<br />
como pieza única.<br />
AL CABO DE QUINI<strong>EN</strong>TOS AÑOS del cuadro, es necesario revisar<br />
la vigencia del soporte. La Revolución Soviética<br />
–como en sus comienzos la Revolución Cubana– juzgó<br />
al cuadro como bien de consumo burgués. Propuso<br />
revivir el muralismo y usó el cartel –capaz de multiplicarse<br />
industrialmente– como expresión de un arte con<br />
una función pública y política, destinada a las masas y<br />
con discurso funcional a la Revolución. El mural sobre<br />
un plano recto o en forma de “panorama” –pared circular<br />
que rodeaba al espectador– fue un germinal sistema<br />
de realismo que ofrecía una pintura que pudiera<br />
experimentarse. Comparar estos pinitos de realismo con<br />
la cinematografía 3D nos obliga a esbozar una sonrisa.<br />
En ambas Revoluciones se ignoró –y proscribió– el<br />
lenguaje del naciente modernismo (la abstracción) y se<br />
sustantivó el realismo socialista, descriptivo. Su fin: llegar<br />
a una masa que no necesitara interpretar la obra.<br />
Soberbia forma de minusvalorar al pueblo, gran error<br />
de la Revolución que abortó, en el caso de Rusia, una<br />
vanguardia floreciente. 1<br />
D<strong>EL</strong> MURALISMO SOVIÉTICO bebieron los celebérrimos artistas<br />
mexicanos que hicieron propio ese discurso, patrimonio<br />
nacional, probando que era posible un muralismo<br />
político que no resignara del lenguaje modernista.<br />
Ese, su gran legado.<br />
DAVID ALFARO SIQUEIROS LLEGA A ARG<strong>EN</strong>TINA y difunde la<br />
potencia expresiva del muralismo. Natalio Botana, entonces<br />
director del diario Crítica, lo invita a realizar<br />
un experimento pictórico en el sótano de su quinta de<br />
las afueras de Buenos Aires. Resultó ajeno a la mirada<br />
pública que tenía como fin el muralismo. Siqueiros,<br />
convocó a Antonio Berni –el pintor “político” más paradigmático<br />
argentino– a Lino E. Spilimbergo y Juan<br />
1 La Revolución Cubana siguió el mismo derrotero cultural que la soviética, pero en<br />
las últimas décadas experimentó una significativa apertura hacia todas las disciplinas<br />
del arte.