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LA MUJER EN LA SOCIEDAD MAPUCHE - FECRECOOP.cl

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eL PeríoDo PreCoLoMbiNo y LoS PriMeroS AñoS De CoNquiStA | 27<br />

canelo en las manos. Otros asistentes, algunas mujeres y niños, ocupan indistintamente los demás<br />

sitios de la habitación (...). La machi vigila los preparativos. Anda con sus mejores trajes i adornos; lleva<br />

sobre la cabeza un penacho de plumas coloradas i atados en la muñeca de la mano derecha unos<br />

cascabeles (...). Al ocultarse el sol tras las montañas del occidente, principia la ceremonia. La machi<br />

toma el tambor i preludia su canto, a la cabecera del enfermo i al lado derecho. Al propio dos jóvenes<br />

acólitos o acompañantes (llancañ), tocan sus pitos (püvulca). Un mapuche, de ordinario viejo i deudo<br />

de la machi, se levanta al frente de una fila de concurrentes. Es el maestro de ceremonias e intermedia-<br />

rio entre los espíritus i la familia del enfermo (...) La machi se arrodilla vuelta hacia el enfermo, sentada<br />

sobre sus talones. Vivirá –dice– con un buen remedio. Si soi buena machi sanará. Buscaré en el cerro el<br />

remedio mellico; sólo paupahuen buscaré; mucho remedio llanca, mui fuerte remedio. Venceré, dice el<br />

gobernador de los hombres. Con este tambor levantaré a mi enfermo” 47 .<br />

Los numerosos asistentes al machitún conforman –junto con la misma machi y el enfermo– una congre-<br />

gación ritual de variada importancia. De un lado, cumple con el objetivo inmediato de la ceremonia: la mejo-<br />

ría del enfermo. De otro, posibilita el encuentro y la comunión de vecinos, parientes y amigos. Por último, el<br />

machitún representa una actualización de la perpetua lucha entre el bien y el mal. De este modo, el triunfo<br />

de la machi y de las fuerzas positivas que ella encarna, permite la conservación del orden cósmico y, junto<br />

con él, el de la comunidad.<br />

Por otra parte, la machi cumplía –al interior de la antigua sociedad mapuche– un papel en la preservación<br />

del orden “terrenal”. Como representante de las divinidades y espíritus benefactores, la machi tenía un rol<br />

indirecto en la justicia mapuche. Pues era ella la que determinaba quién había hecho kalku (mal y, por exten-<br />

sión, brujo/bruja) y, por lo tanto, un daño al resto de la población. Se creía que el kalku era obra de alguna<br />

persona mal intencionada, y que debido a él se suscitaban las muertes, enfermedades y males que afligían a<br />

los mapuches. Cuando alguien enfermaba o moría –e in<strong>cl</strong>uso cuando sufría un accidente–, los parientes del<br />

afectado recurrían a la machi para averiguar quién era el culpable. Luego de efectuar una ceremonia, ésta<br />

señalaba al supuesto kalku –generalmente un miembro marginal de la comunidad– sobre quien los interesa-<br />

dos cobraban venganza 48 . Sin duda, la autoridad de la machi para identificar al responsable del kalku evitaba<br />

mayores disturbios dentro de la colectividad.<br />

La machi era también la portadora de conocimientos especiales de tipo medicinal. Como sanadora, debía<br />

recurrir a una gran diversidad de yerbas, de las cuales sabía sus nombres y sus usos, ciencia que se traspasaba<br />

sólo de machi a machi:<br />

47 Manuel Manquilef, citado por guevara, op. cit., pp. 133-135.<br />

48 “tan pronto como se notaba la enfermedad o sobrevenía la muerte, los deudos solicitaban el informe de la machi, del adivino o del cüpolave,<br />

conocedor de la anatomía patológica (...). Designaban todos éstos al autor de la muerte o daban indicios para que los parientes dedujeran lo demás<br />

relativo a las circunstancias y las personas. Conocido al dañante por brujería, se solicitaba al cacique de su reducción la entrega inmediata para el<br />

castigo tradicional. Si había negativa, la familia del extinto preparaba un malón.” (guevara, 1927: 233).<br />

49 ovalle, op. cit., p. 21.

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