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LA MUJER EN LA SOCIEDAD MAPUCHE - FECRECOOP.cl

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eL PeríoDo PreCoLoMbiNo y LoS PriMeroS AñoS De CoNquiStA | 43<br />

interdicción conyugal para los que iban a la guerra, para los jugadores de chueca i los jinetes en vísperas<br />

de carreras” 88 . Así, por ejemplo, Pineda y bascuñan observó como, durante los días previos al combate, los<br />

hombres se alejaban de sus mujeres, debido a la creencia de “que se hallaba con más fuerza y vigor el que se<br />

abstenía del ordinario trato de mujeres” 89 .<br />

todos estos tabúes y creencias concernientes a las mujeres, dan cuenta de una apreciación dual de la<br />

mujer. Si por una parte se la consideraba como un bien valioso, una fuente de prosperidad para padres y ma-<br />

ridos, un lazo de unión entre diferentes familias; por otra, era vista como un “otro peligroso”, una transmisora<br />

de males que minaban la fuerza de los hombres, en fin: un eventual peligro.<br />

Las mujeres mapuche solteras<br />

La mujer mapuche soltera debía desempeñar muchas de las funciones de las casadas al interior de la familia.<br />

Participaba ella también en las faenas agrícolas y en la elaboración de diversos productos, además de ayu-<br />

dar en las tareas domésticas. Pero, al contrario de la mujer casada, la soltera disfrutaba de absoluta libertad<br />

sexual 90 . La virginidad no constituía ni un valor moral ni una obligación social, por lo que las muchachas<br />

jóvenes eran libres de tener diversas parejas sexuales antes del matrimonio:<br />

“Solamente las que no tienen marido son fáciles en la deshonestidad, por no tener a quien respetar,<br />

que en esa parte tienen poco temor a los padres y a Dios ninguno, porque no le conocen: antes en<br />

muchas ay ignorancia de que sea pecado la junta de solteros. Porque cuando sus caciques hazen exor-<br />

taciones a la gente, para que no aya en sus fiestas ruidos y pleitos; sólo afean el adulterio, por ser en<br />

offensa del marido, y ese castigan, o le pagan, lo que hazen como queda dicho atrás. Más la virginidad,<br />

ni se pide ni se paga” 91 .<br />

Las múltiples festividades y actividades colectivas, permitían a las mujeres solteras llevar una intensa vida<br />

social más allá de las puertas de sus casas. Durante el transcurso de ellas, las jóvenes tenían la suficiente inde-<br />

pendencia como para divertirse como quisieran. bailaban, conversaban y bebían del mismo modo que el res-<br />

to de los asistentes. Pineda y bascuñan describe como cosa frecuente la participación de muchachas solteras<br />

en las diversas fiestas mapuches. en ellas, las mujeres siempre tenían una actitud desenvuelta. Según Pineda<br />

–quien se “queja” constantemente del acoso femenino–, las mujeres podían invitar a bailar a los hombres, o<br />

in<strong>cl</strong>uso tomar la iniciativa para ir más allá:<br />

88 ibíd.., p. 162.<br />

89 Pineda y bascuñan, Suma y Epílogo, Cautiverio feliz y guerras dilatadas del reino de Chile. ediciones universidad Católica, Santiago:1984. p. 152.<br />

90 A través de las crónicas y testimonios revisados, es difícil saber qué ocurría con las madres solteras y sus hijos. Según tomás guevara, quien estudió<br />

principalmente la sociedad mapuche del siglo XiX, era frecuente la práctica de abortos mediante el uso de ciertas yerbas. ver: guevara, Historia de<br />

Chile, t.ii. barcells & Co. Santiago, 1927.<br />

91 rosales, op. cit., p. 153.

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