LA MUJER EN LA SOCIEDAD MAPUCHE - FECRECOOP.cl
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CoNvivieNDo CoN guerreroS, MALoqueroS y gANADeroS | 57<br />
sus labores tradicionales, sólo que aumentaro su fabricación de tejer ponchos y otras artesanías, no sólo para<br />
el consumo propio, sino también para la exportación, allende las fronteras 17 .<br />
el caballo, las nuevas rutas comerciales y la posibilidad de malones cuantiosos, llevaron a los hombres ma-<br />
puches bastante lejos de sus hogares, in<strong>cl</strong>uso hasta las pampas argentinas. Sus expediciones estaban llenas<br />
de peligros, por lo que se requería de destreza y fuerza física. Había que ser buen jinete y saber pelear. en cierto<br />
sentido, estas actividades exigían el derroche y la exhibición de cualidades “eminentemente masculinas”:<br />
“Lligllan pasó en seguida a la Argentina. Llevó a la niña cautiva. Allá se juntó con Nekulpang Zúñiga<br />
(José Antonio), que andaba con los montoneros Pincheira. Peleó mucho en esa nación. Cuando peleaba,<br />
llevaba coraza. Era un tigre en la pelea. Los indios decían que era brujo, que tenía polvos de huesos<br />
de león o de tigre en el cuerpo. Es langümchefe, decían. En una pelea soltó el caballo y, tomado de la<br />
cola, pasó por entre los enemigos <strong>cl</strong>avando su lanza para todos lados” 18 .<br />
Aquellos hombres que regresaban con éxito como Lligllan, adquirían fama, prestigio y riquezas. Ante el auge<br />
de las actividades de ‘frontera’ (maloca y tráfico), la actividad productiva de retaguardia, propia de las mujeres, tendió<br />
a desperfilarse. Llegó a percibirse, algo despectivamente, como ‘trabajo de mujeres’ o de hombres débiles. La<br />
sociedad mapuche había comenzado un proceso de estratificación, en el cual los toquis, caciques y ulmenes se<br />
ubicaron en el rango superior. el prestigio social, en consecuencia, se fraguó en relación a la guerra, el comercio y la<br />
riqueza material de los individuos. en este contexto, la matria perdió parte de su coherencia y contenido.<br />
A grandes rasgos, las actividades económicas de las mujeres continuaron siendo las mismas que durante<br />
el período anterior. Labraban la tierra, confeccionaban ponchos y producían las bebidas y los alimentos. Pero,<br />
tal como los hombres, ellas incorporaron otros usos, instrumentos y materiales a sus rutinas. Los animales<br />
medianos, como las ovejas y los chanchos (que habían sido rápidamente adoptados por los mapuches), quedaron<br />
a su cuidado. in<strong>cl</strong>uso el caballo, el principal instrumento de los hombres, se convirtió en un elemento<br />
familiar en el día a día de las mujeres. A mediados del siglo XiX, el viajero alemán Paul treutler nos refiere:<br />
“Tuve aquí la oportunidad de hacer algunos estudios sobre las costumbres de los indígenas. Ya muy<br />
de madrugada encontré a muchos de ellos acostados sobre cueros extendidos frente a sus rucas y<br />
dejándose calentar por el agradable sol de la mañana, mientras que todas las mujeres y muchachas<br />
estaban en sus quehaceres. Algunas limpiaban los potreros, otras cosechaban maíz, tejían ponchos,<br />
cocinaban, limpiaban los caballos y monturas o fabricaban chicha. Pero lo que más me admiró fue<br />
que las mujeres que tenían que cuidar niños chicos, los amarraban a una tabla, así les daban de mamar,<br />
y los transportaban de una parte a otra, fuese a pie o a caballo, los que montan las mujeres de la<br />
misma manera que los hombres” 19 .<br />
17 bengoa, La memoria olvidada, historia de los pueblos indígenas de Chile. Comisión bicentenario, Santiago: 2004.<br />
18 Mañkelef y guevara, op. cit. pp. 198- 199.<br />
19 Paul treutler, Andanzas de un alemán en Chile. edit. del Pacífico, Santiago: 1958. p. 331