- Page 5:
m •IIAOIVOI •шош 'i a a \ 3
- Page 9 and 10:
I. El lobo y el cordero. La señori
- Page 11 and 12:
M« *f-r. La señorita de Gavieros
- Page 13 and 14:
9 y no dejaba do ser una escena bá
- Page 15 and 16:
11 los tiempos pasados, ó forjaba
- Page 17 and 18:
13 sesperacion con alusiones, conse
- Page 19 and 20:
15 a se habia en cierto sentido cer
- Page 21 and 22:
17 ivirido: los nebulosos días del
- Page 23 and 24:
19 cortesanas que en la noche anter
- Page 25 and 26:
21 —Únicamente desearía hacerle
- Page 27 and 28:
23 se ocupaba en el suyo en llenar
- Page 29 and 30:
25 uso, pero nada puedo dar. »Por
- Page 31 and 32:
27 en estremo desgraciada!... Rogad
- Page 33 and 34:
29 Tengas á verme á Flambiers. «
- Page 35 and 36:
31 lia noticia, que le kabia sido a
- Page 37:
senil de despedida á Serafina, ocu
- Page 40 and 41:
3G cojo fondo ceniciento los árbol
- Page 42 and 43:
38 tras de uu cortinaje de ciprcses
- Page 44 and 45:
40 res del invierno: el suelo estab
- Page 46 and 47:
42 liguas criadas, que la miraban c
- Page 48 and 49:
44 do, dijo madama Dalangc, ayudand
- Page 50 and 51:
46 tenerle en esta soledad —Ay, a
- Page 52 and 53:
48 de de Albys. Esta idea la hizo s
- Page 54 and 55:
50 debajo de la servilleta una buen
- Page 56 and 57:
51 de haber velado hasta tan tarde,
- Page 58 and 59:
53 bia dejado la casa de Serafina.
- Page 60 and 61:
55 de le casa, daban sombra durante
- Page 62 and 63:
que estaban arando, y á unas mujer
- Page 64 and 65:
59 —Ahí tenéis al cazador verde
- Page 66:
61 —Y quién dice eso? preguntó
- Page 69 and 70:
04 de principiar el trabajo; levant
- Page 71 and 72:
66 el sol de color de púrpura y vi
- Page 73 and 74:
68 dio la anciana con sonrisa mezcl
- Page 75 and 76:
70 tas d« Fíambiers, y no solo es
- Page 77 and 78:
72 Cruzaron por las sendas que atra
- Page 79 and 80:
74 Con efecto, veinte pasos mas all
- Page 81 and 82:
76 su pie tocó aquel madero insegu
- Page 83 and 84:
78 (a antigua casa habia decaído n
- Page 85 and 86:
80 ¡qué cstraña casualidad! Entr
- Page 87 and 88:
82 a sus herederos buenos sacos, qu
- Page 89 and 90: 84 ]No obstante, á través de aque
- Page 92 and 93: 87 IV. Una tarde de tempestad. Seg
- Page 94 and 95: 80 bia pasado con pie lijero al lad
- Page 96 and 97: 91 —Qué estáis hablando, abuela
- Page 98 and 99: 93 de podía recordar sin temor ni
- Page 100 and 101: 95 á conocer que la soledad es una
- Page 102 and 103: 97 riombre: por la primera vez desd
- Page 104 and 105: 99 señoras, cubiertas de joyas, ni
- Page 106 and 107: 101 qne yo misrwa no I03 sé... No
- Page 108 and 109: 103 tillo de Maussane, con su guita
- Page 110 and 111: 105 campos, y caminaban casi á la
- Page 112 and 113: 107 sinos de aquel departamento con
- Page 114 and 115: 109 I„a hora fatal. La viuda se h
- Page 116 and 117: 111 —Y yo, señora, jamás me con
- Page 118 and 119: 113 tado el sombrero, y su hermosa
- Page 120 and 121: 115 —Sí, señora; pero prefiero
- Page 122 and 123: 117 puso con frialdad el cazador ve
- Page 124 and 125: 119 moño os esporicis á un peligr
- Page 126 and 127: 121 se y vencer la especie de terro
- Page 128 and 129: 123 y profeso opiniones que esa se
- Page 130 and 131: 125 Felicia agradeció aquella decl
- Page 132 and 133: 127 medio... acaso hubiera hccbo un
- Page 134 and 135: 129 ore abuela! Estoy segara de que
- Page 136 and 137: 131 cubierto de charcos y cortado p
- Page 138 and 139: 133 ció como nn relámpago. Felici
- Page 142 and 143: fl. E-«» «lias turbios. Felicia
- Page 144 and 145: 139 de aquel hombre la sostenían,
- Page 146 and 147: 141 adoptado esta resolución, Á
- Page 148 and 149: 143 saltar sobre su cama, si la tuv
- Page 150 and 151: 145 resoluciones, y sin querer ya d
- Page 152 and 153: 147 pifiáronse sos ojos de lágrim
- Page 154 and 155: 140 buscar la luz que había dejado
- Page 156 and 157: 151 conmover vuestro corazón y obt
- Page 158 and 159: 153 res en este cuarto?... ¡He aqu
- Page 160 and 161: ÍS5 roas se suspendía. No parecí
- Page 162 and 163: 157 rajos del sol dejaban brillar d
- Page 164 and 165: 159 —Un minuto no mas!... ¡una p
- Page 166 and 167: 1GÍ naba, y repaso con una espresi
- Page 168: 163 mecimiento involuntario. —Ha
- Page 171 and 172: •166 Ha indisposición no tuvo pe
- Page 173 and 174: 163 concluida la velada, se asomaba
- Page 175 and 176: 170 donarse á aquel vago deseo, á
- Page 177 and 178: 172 4o por lo bajo á Felicia: —M
- Page 179 and 180: 174 monedis, y volví» á sentarse
- Page 181 and 182: 17& «a, madama Dalaoge hablaba, re
- Page 183 and 184: 178 anciana criada, corria hacia la
- Page 185 and 186: 180 acontecimiento tan poco frecuen
- Page 187 and 188: 182 En aquel momento (lió el reló
- Page 189 and 190: 184 Dalange, tomando una luz, qujso
- Page 191 and 192:
186 dico y la joven fueron á senta
- Page 193 and 194:
188 Felicia llevaba justamente cons
- Page 195 and 196:
190 ban: después do mil tiernas pr
- Page 197 and 198:
192 euando Felicia se acercó, como
- Page 200:
DOS CUÑADAS NOVELA ESCRITA EN FRAN
- Page 203 and 204:
G do, descorna de tiempo en tiempo
- Page 205 and 206:
s —¿Estáis pensando en la hermo
- Page 207 and 208:
10 na en ese traje? En tal caso tra
- Page 209 and 210:
12 súbitamente, y esclamó, asomá
- Page 211 and 212:
u salones, en los que se estaban ya
- Page 213 and 214:
16 dadosamente: retiraos hasta que
- Page 215 and 216:
18 sallar el óvalo puro y encantad
- Page 217 and 218:
20 La viuda volvió la cabeza con a
- Page 219 and 220:
22 Serafina. Por lo tanto creyó de
- Page 221 and 222:
24 —Con efecto, replicó Serafina
- Page 223 and 224:
26 to de que el ayuda de cámara qu
- Page 225 and 226:
28 —¿Y qué me importa que me de
- Page 228 and 229:
31 II, Un encuentro inesperado. Era
- Page 230 and 231:
33 La señorita de Clavieres se hal
- Page 232 and 233:
35 rizándose; en seguida se volvi
- Page 234 and 235:
37 palco. Deseaba con impaciencia o
- Page 236 and 237:
39 trc las conjeturas involuntarias
- Page 238 and 239:
41 ciario es bien seguro que no esp
- Page 240 and 241:
43 una terrible desgracia en las fa
- Page 242 and 243:
45 El barón prolongaba su visita c
- Page 244 and 245:
47 — ¡Ha vuelto á encontrar á
- Page 246 and 247:
49 acerca, y no debemos pensar mas
- Page 248 and 249:
51 cian sus criadas. Pusiéronle es
- Page 250 and 251:
53 r/io con nuestro amigo. Nos hace
- Page 252 and 253:
espondió mos que con una inclinaci
- Page 254 and 255:
57 los países que lie visitado: al
- Page 256:
59 Necesito una esplicacion, y pode
- Page 259 and 260:
62 no le era de modo alguno agradab
- Page 261 and 262:
64 con el objeto sin duda de hacerm
- Page 263 and 264:
C6 fesíado basta entonces mas que
- Page 265 and 266:
68 acredita por lo menos soma prude
- Page 267 and 268:
70 nos bastante serenidad para conc
- Page 269 and 270:
72 en medio del ruidoso bullicio de
- Page 271 and 272:
74 das de una amistosa corresponden
- Page 273 and 274:
76 —Me parece que el calor y el r
- Page 275 and 276:
78 ye le había hablado de miss Dia
- Page 277 and 278:
80 taban cien parejas, comunicaba c
- Page 279 and 280:
82 mcr movimiento fué el de un des
- Page 281 and 282:
84 M. de Altcíayc so habia levanta
- Page 283 and 284:
86 ñas del opíparo banquete, ni d
- Page 285 and 286:
88 do llegó á formarse una corte
- Page 287 and 288:
90 si tuvieseis ia desgracia de elc
- Page 289 and 290:
92 se hallaba cesó muy pronto, y u
- Page 291 and 292:
94 pieza, á fin de ponerse á dist
- Page 293 and 294:
96 ver á Flambicrs, pareciéndole
- Page 295 and 296:
98 AOS oirá sucrle... La dificulta
- Page 297 and 298:
100 impulsaba á vivir de un modo s
- Page 299 and 300:
102 momento después como una sombr
- Page 301 and 302:
104 peracion 6 de furor. El alma ma
- Page 303 and 304:
106 mó el ama de gobierno, dispert
- Page 305 and 306:
108 la dejéis, rajáis á decirme
- Page 307 and 308:
110 Felicia, arrodillada junto al l
- Page 309 and 310:
102 hubiese de por medio un testame
- Page 311 and 312:
114 consternación á la puerta de
- Page 313 and 314:
116 ma de Clavieres, no, gracias al
- Page 315 and 316:
118 muy mala... Venid... Ay! acaso
- Page 317 and 318:
120 sola persona: ella me lo ba afi
- Page 319 and 320:
122 bargo, debe haber hablado de mi
- Page 321 and 322:
124 el bosque Je Bolonia. Aunque no
- Page 323 and 324:
126 Á estas palabras so acercó á
- Page 325 and 326:
123 Ja, y salió con 61 por un inst
- Page 327 and 328:
130 constantes: ninguno dejó de co
- Page 329 and 330:
132 y á su sobrino... Pero anles,
- Page 331 and 332:
134 ñor conde de Albys nos había
- Page 333 and 334:
136 comprendia la razón de lo que
- Page 336 and 337:
TI. El /liliácea. Luego que Serafi
- Page 338 and 339:
141 lanzaba un lastimero ahullido.
- Page 340 and 341:
143 Prosiguiendo después con una p
- Page 342 and 343:
145 meritorio del padre Lachaisse.
- Page 344 and 345:
147 razón, estaba disfrutando del
- Page 346 and 347:
149 prendí en medio de un interesa
- Page 348 and 349:
151 conde ¡e hacia antiguamente ia
- Page 350 and 351:
153 mi pobre Luciano!... Voy á bus
- Page 352 and 353:
155 la joven una carta, que conteni
- Page 354 and 355:
157 teniendo que tratar de un negoc
- Page 356 and 357:
159 hito en el hito, y continuó le
- Page 358 and 359:
161 —Parece que os ponéis pálid
- Page 360 and 361:
163 dente amigo podia ausiliarla en
- Page 362 and 363:
YII, Abnegación. Á las nueve de l
- Page 364 and 365:
1G7 Diciendo asi, se levantó á to
- Page 366 and 367:
169 tiempos tan malos!... Haecdmc e
- Page 368 and 369:
171 de tan dulce satisfacción, me
- Page 370 and 371:
173 mis proposiciones, añadió el
- Page 372 and 373:
175 con la sangre fría y la modera
- Page 374 and 375:
177 en otra parte nos esplicarénio
- Page 376 and 377:
170 señores, que quiera servirme d
- Page 378 and 379:
181 ó, por mejor decir, el diablo,
- Page 380 and 381:
183 palabras una despedida. Los tes
- Page 382:
185 ra sostenerse. Ha muerto!... ¡
- Page 385 and 386:
138 —¿Te acuerdas, hija mia, de
- Page 388 and 389:
DOS CUNADAS, TOMO I. Pajinas. I. Un