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Historia Bíblica Por: Martha L. Restrepo
El pueblo hebreo y los imperios
En Génesis 12:1­3, Dios revela Su
plan de rescate para la humanidad.
El hombre se había multiplicado
sobremanera sobre la tierra y en
esa misma medida se había apartado de
Dios. Entonces, Dios llama a Abraham y
a la descendencia que de él saldría, para
que fueran ellos los que les hablaran a las
naciones acerca de Dios y las trajeran a la
reconciliación con Él.
No obstante, Génesis 12:2 tenía dos
partes: 1) Dios bendeciría al pueblo de
Israel; y 2) El pueblo de Israel debía bendecir
a las naciones.
El pueblo hebreo fue el pueblo escogido
por Dios para cumplir a través
de él su propósito, pero los israelitas no
entendieron su llamado. Ellos se animaron
y quisieron para sí las bendiciones,
pero no fueron de bendición para las
naciones.
Entonces, Dios decide llamar a todos
los que comparten la fe de Abraham, para
bendecir a través de ellos las naciones
(Romanos 9:6­8; Gálatas 3:7­9); o sea,
a los que formamos parte de la iglesia
de Jesucristo, la cual ha sido escogida
por Dios para anunciar el mensaje de
salvación (1 Pedro 2:9).
Así entendemos que como linaje
espiritual de Abraham (Gálatas 3:29),
somos sus hijos a través de su simiente,
de acuerdo con la promesa que recibieran
Abraham, Isaac y Jacob (Génesis 22:18;
M e n s a j e r o A l a B l a n c a e n e r o / f e b r e r o d e 2 0 0 9
26:4; 28:14) donde Dios les dijo que en su
simiente serían benditas las familias de la
tierra (Hechos 3:25b) y esto a través de
Jesucristo.
Ubicándonos en la historia
La historia bíblica y secular nos
habla de seis potencias mundiales que
dominaron el mundo precristiano. Estos
imperios desempeñaron un papel
importante en la historia del pueblo de
Israel. Cada potencia tuvo la oportunidad
de ver al único y verdadero Dios
obrando poderosamente en relación con
Su pueblo; y en su momento, Dios las
utilizó para castigar la desobediencia de
los israelitas o para restaurarlos. Estos
imperios fueron: 1) Egipcio; 2) Asirio;
3) Babilónico; 4) Persa; 5) Griego; y 6)
Romano.
I. El imperio egipcio (1600-1200 a.C.)
duró 400 años:
Aunque la historia bíblica se inicia en
Babilonia, pronto pasa a Egipto, país que
desempeña un papel importante en la
historia del Antiguo Testamento.
Egipto fue fundada después del diluvio
por Mizraim, hijo de Cam (Génesis
10:6), fue llamada “Tierra de Cam” (Salmo
105:23), y sus habitantes tuvieron el
gentilicio de camitas.
Hacia el año 250 a.C., el sacerdote e
historiador egipcio Manetón, escribió en
griego una historia de Egipto desde Menes
su primer rey (Mizraim) hasta la conquista
de Alejandro Magno en el año 332 a.C., enmarcando
la historia antigua de Egipto en
31 dinastías, comprendidas en tres grandes
épocas: 1) El reino antiguo; 2) El reino
medio; y 3) El período del imperio.
A. El reino antiguo (4000-2000 a.C.):
En este período se encuentran las primeras
seis dinastías, bajo las cuales gobernaron
45 reyes. Menes, unificó las tribus
del norte y del sur, y unió el alto Egipto
con el bajo Egipto (Sudán) en uno solo.
Adicionalmente, conquistó el Sinaí y explotó
sus minas de turquesa.
Para la 3ª dinastía, sus reyes construyeron
barcos hasta de 50 metros para
desarrollar el comercio en el Mar Mediterráneo.
En la 4ª dinastía, cerca del 2600­
2550 a.C., se construyeron en Guiza las
grandes pirámides: Kheops, Kefrén y
Micerino (Cheops, Khafre y Menkure),
cuyos nombres corresponden a los reyes
que gobernaron en el momento de su
construcción. En este período se construyó
igualmente la esfinge de Menfis.
Las 5ª y 6ª dinastías continuaron con
la explotación minera en el Sinaí.
Las dinastías 7ª a 10ª tuvieron 20
reyes; pero éste fue un período de desintegración,
donde muchos reinos divididos
contendieron entre sí.