El legalismo y el mensaje del evangelio Prioridades Evangelio ...
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y aplicaban las doctrinas de la iglesia de la<br />
misma manera que controlaban y exigían.<br />
Estos dos obispos (A.J. y M.A. Tomlinson)<br />
buscaron dirigir la iglesia y a sus<br />
líderes hacia la manera pastoral de Dios<br />
para proteger y alimentar a Su rebaño. Este<br />
<strong>mensaje</strong> fue un intento más de alertarnos<br />
sobre <strong>el</strong> problema persistente d<strong>el</strong> <strong>legalismo</strong><br />
y las actitudes legalistas como un<br />
acercamiento al ministerio. La tentación<br />
de caer en <strong>el</strong> <strong>legalismo</strong> es muy poderosa, y<br />
silenciosamente se puede incorporar entre<br />
nosotros si fallamos en mantenernos vigilantes<br />
para resistir sus asediantes tentáculos.<br />
Debemos v<strong>el</strong>ar contra las actitudes,<br />
tendencias y prácticas controladoras que<br />
contribuyen a un ambiente amenazante y<br />
legalista, un ambiente inapropiado para <strong>el</strong><br />
evang<strong>el</strong>io.<br />
En este sentido, <strong>el</strong> <strong>legalismo</strong> como es<br />
usado aquí:<br />
“...es un término peyorativo que hace<br />
referencia a un arreglo inapropiado en<br />
la ley o códigos de conducta, o ideas<br />
legales, que usualmente implican la<br />
alegación de un rigor, orgullo o superficialidad<br />
mal usados. También incluye<br />
la negligencia de la misericordia<br />
e ignorancia de la gracia de Dios o <strong>el</strong><br />
empleo de la ley sobre <strong>el</strong> espíritu”. 4<br />
Obviamente, este concepto se extien de a<br />
nuestra presentación d<strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io, a nuestro<br />
uso y representación de las Escrituras, y a las<br />
prácticas de las iglesias. En ocasiones nosotros<br />
tratamos esto como si fuera un juego<br />
de reglas impuestas que deben ser aplicadas<br />
por aquéllos sobre nosotros en <strong>el</strong> Señor. Casi<br />
pareciera que una vez somos nombrados<br />
pastores desa rrollamos rápidamente una<br />
mentalidad de imponer la ley; mientras que,<br />
opuesto a esto, la Biblia nos enseña clara<br />
24 M e n s a j e r o A l a B l a n c a e n e r o / f e b r e r o d e 2 0 0 9<br />
mente que los líderes cristianos deben ser<br />
pacientes, amables y desinteresados; y que<br />
debemos servir con humildad y gracia al<br />
pueblo de Dios. 5<br />
La manera en que Jesús se acercaba a los<br />
legalistas<br />
“Se acercaban a Jesús todos los publicanos<br />
y pecadores para oírle, y los fariseos y los escribas<br />
murmuraban, diciendo: Este a los pecadores<br />
recibe, y con <strong>el</strong>los come” (Lucas 15:1, 2).<br />
Desde una perspectiva cristiana, pode<br />
mos observar en estos versículos tomados<br />
de Lucas a un grupo de líderes r<strong>el</strong>igiosos<br />
que eran en gran parte los legalistas de<br />
sus días. <strong>El</strong> Señor estaba en la “cosecha”<br />
y la queja acusatoria de los fariseos y escribas<br />
era que no sólo Él se asociaba con<br />
la gente despreciable, sino que hasta comía<br />
con <strong>el</strong>lo s. Para esta cultura, compartir<br />
una cena juntos representaba aceptación,<br />
res peto, y hasta cierta igualdad. Ningún<br />
líder r<strong>el</strong>igioso que se respetara a sí mismo<br />
mancharía su reputación asociándose con<br />
esos marginados. La respuesta de Jesús en<br />
<strong>el</strong> resto de este capítulo es tanto fascinante<br />
como instructiva. Él escogió compartir<br />
tres parábolas —la oveja perdida (que envu<strong>el</strong>ve<br />
a un pastor); la moneda perdida<br />
(que envu<strong>el</strong>ve a una mujer); y los hijos<br />
perdidos (que envu<strong>el</strong>ve a un padre amoroso)—<br />
para ilustrar cómo realmente es<br />
Dios, en oposición al concepto que <strong>el</strong>los<br />
tenían de sí mismos al compararse a Dios<br />
en su indiferencia, crítica y actitudes demandantes<br />
hacia <strong>el</strong> pecador, <strong>el</strong> necesitado<br />
y <strong>el</strong> sospechoso moral. En la parábola de<br />
la oveja perdida Dios se presenta como <strong>el</strong><br />
pastor que anda buscando diligentemente<br />
una oveja perdida, entre cien que tenía.<br />
Una vez encontrada, <strong>el</strong> pastor la pone<br />
sobre sus hombros (literalmente alrededor<br />
de su cu<strong>el</strong>lo, con todo y su olor) y regresa<br />
a su casa para festejar la recuperación de<br />
lo perdido. De igual manera, Dios es como<br />
<strong>el</strong> pastor de esta parábola, a pesar de que<br />
en aqu<strong>el</strong>los días, pastorear ovejas era considerada<br />
una ocupación de clase baja. En<br />
la parábola de la moneda perdida Dios es<br />
como la mujer que diligentemente busca<br />
hasta que encuentra la moneda (una de<br />
diez monedas), y entonces tiene una c<strong>el</strong>ebración<br />
de gozo. En los días de Jesús, las<br />
mujeres también eran tenidas en poco en<br />
la sociedad d<strong>el</strong> Oriente Medio. Finalmente,<br />
los hijos perdidos son parte de la parábola<br />
que superara las otras al presentar a un padre<br />
amoroso y cuidadoso, que sobrepasa<br />
los límites de su generosidad y gracia con<br />
sus hijos. Este padre es como Dios: de gran<br />
corazón, perdonador y dispuesto a aceptar.<br />
Su amor es tan profundo que puede dejar<br />
ir al joven reb<strong>el</strong>de que escogió irse, y<br />
también le ruega al reb<strong>el</strong>de mayor que se<br />
había quedado en la casa furioso con ira y<br />
resentimiento. <strong>El</strong> hijo mayor trabajaba arduamente<br />
y estaba entregado al deber y la<br />
lealtad, más en su interior estaba amargado.<br />
Él era <strong>el</strong> legalista sumamente consciente de<br />
que su hermano había roto todas las reglas.<br />
Es por eso que no pudo unirse al gran gozo<br />
de su padre al regresar su hermano menor.<br />
Dejando a un lado al hermano mayor<br />
un padre como éste hubiera sido algo insólito<br />
dentro de la cultura d<strong>el</strong> Oriente Medio.<br />
Los oyentes de Jesús tuvieron que haberse<br />
maravillado al escuchar las acciones d<strong>el</strong><br />
padre. Igualmente, Dios representa a este<br />
padre, quien se humilló a Sí Mismo frente<br />
a Sus invitados con tal de redimir a sus dos<br />
hijos. Este hogar había perdido de la casa al<br />
hijo menor, mientras que <strong>el</strong> hijo mayor se<br />
perdió en la casa. Esto nos hace reflexionar<br />
en nuestras propias actitudes. La respuesta<br />
de Jesús para Sus críticos legalistas tuvo que<br />
haber atravesado sus consciencias duras y<br />
altaneras, pero probablemente no las cambió.<br />
Los líderes cristianos en todos los niv<strong>el</strong>es<br />
(sean ministros, pastores, supervisores,<br />
obreros translocales o presbíteros) que