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El legalismo y el mensaje del evangelio Prioridades Evangelio ...

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Nota aclaratoria: Para efectos de este artículo, cuando hablemos de un evang<strong>el</strong>ismo multifacético,<br />

nos estaremos refiriendo a estrategias de evang<strong>el</strong>ismo diferentes o diversas.<br />

28 M e n s a j e r o A l a B l a n c a e n e r o / f e b r e r o d e 2 0 0 9<br />

ayudan a comunicar un <strong>mensaje</strong> más efectivamente.<br />

Esto es algo que yo mismo, a<br />

pesar de hablar español, tengo que considerar<br />

al usar ciertas expresiones y prácticas<br />

culturales que no se entenderían o podrían<br />

ser malinterpretadas por hispanohablantes<br />

de otros países iberoamericanos.<br />

En los evang<strong>el</strong>ios mismos y las epís tolas<br />

podemos apreciar cómo <strong>el</strong> estilo y <strong>el</strong> énfasis<br />

de los diferentes escritos bíblicos responde<br />

a la cultura de la audiencia original<br />

para la que fue escrita. Por ejemplo, <strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io<br />

de Mateo es más fácil de seguir por<br />

personas de las culturas d<strong>el</strong> Oriente Medio,<br />

mientras que <strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io de Lucas es más<br />

fácil de seguir por personas de culturas occidentales.<br />

Ambos presentan a Jesucristo<br />

como <strong>el</strong> Mesías y <strong>el</strong> Salvador; <strong>el</strong> <strong>mensaje</strong><br />

no es diferente, sin embargo, la forma de<br />

presentarlo y hacer que tenga sentido para<br />

su audiencia objeto es diferente. No hay<br />

duda que Pablo conocía un poco acerca de<br />

las tradiciones orales de los griegos cuando<br />

le habló a los atenienses sobre <strong>el</strong> “Dios no<br />

conocido” a quien según Diogenes Laertius,<br />

<strong>el</strong>los habían invocado en una ocasión<br />

para que los librara de una plaga y fueron<br />

librados. Su conocimiento de este r<strong>el</strong>ato le<br />

permitió establecer un puente cultural para<br />

presentarle <strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io a los griegos.<br />

Cuando hablamos de evang<strong>el</strong>ismo<br />

multifacético nos estamos refiriendo a un<br />

mod<strong>el</strong>o de evang<strong>el</strong>ismo que se pregunta:<br />

¿Cómo podemos comunicar <strong>el</strong> <strong>mensaje</strong> d<strong>el</strong><br />

evang<strong>el</strong>io en una forma que tenga sentido<br />

para…los niños, adultos, jóvenes, ancianos,<br />

hombres, mujeres, personas de otro grupo étnico,<br />

clase socioeconómica diferente, cultura,<br />

zona urbana, zona rural, de un barrio, de<br />

Por: José García, Supervisor de California Hispana<br />

Evang<strong>el</strong>io multifacético<br />

E<br />

<strong>El</strong> Señor nos ha conferido la responsabilidad<br />

de llevarle <strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io a toda<br />

etnia, “por tanto, id, y haced discípulos a<br />

todas las naciones” (Mateo 28:19). Este es<br />

un mandamiento claro y que no tenemos<br />

problema para entender en ningún idioma.<br />

Sin embargo, para llevarlo a cabo<br />

Dios no nos dio estrategias evang<strong>el</strong>ísticas<br />

con pasos específicos a seguir. Esto es así<br />

porque Él sabe que no se puede aplicar <strong>el</strong><br />

mismo mod<strong>el</strong>o de evang<strong>el</strong>ismo en todas las<br />

diferentes culturas y naciones, y esperar los<br />

mismos resultados. Es necesario contextualizar<br />

<strong>el</strong> <strong>mensaje</strong>. <strong>El</strong> apóstol Pablo entendió<br />

esto y por eso dijo: “Por lo cual, siendo libre<br />

de todos, me he hecho siervo de todos para<br />

ganar a mayor número. Me he hecho a los<br />

judíos como judío, para ganar a los judíos; a<br />

los que están sujetos a la ley (aunque yo no<br />

esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para<br />

ganar a los que están sujetos a la ley; a los<br />

que están sin ley, como si yo estuviera sin ley<br />

(no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley<br />

de Cristo), para ganar a los que están sin ley.<br />

Me he hecho débil a los débiles, para ganar a<br />

los débiles; a todos me he hecho de todo, para<br />

que de todos modos salve a algunos. Y esto<br />

hago por causa d<strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io, para hacerme<br />

copartícipe de él” (1 Corintios 9:19­23).<br />

En la cita anterior podemos apreciar<br />

cómo <strong>el</strong> apóstol Pablo identificó <strong>el</strong> perfil<br />

cultural, social y económico de aquéllos a<br />

quienes les haría la exposición de la Palabra<br />

y contextualizó <strong>el</strong> <strong>mensaje</strong> para que fuera<br />

r<strong>el</strong>evante y tuviera sentido para su audiencia<br />

(judíos, griegos libres, esclavos, etc.). Eso<br />

es así porque cada grupo étnico, o subcul tura<br />

dentro una cultura, tiene su voca bulario,<br />

peculiaridades, gestos y expresiones que<br />

un arrabal, de una zona exclusiva, un profesional,<br />

un jornalero, enfermo físicamente,<br />

en la cárc<strong>el</strong>, en un asilo de ancianos, un inmigrante<br />

indocumentado o con documentos,<br />

un estudiante, etc., etc.?<br />

Al examinar <strong>el</strong> ministerio terrenal de<br />

nuestro Señor, podemos apreciar que Él no<br />

se limitó a una sola manera de hacer evang<strong>el</strong>ismo.<br />

A veces en nuestras iglesias entramos<br />

en debates sobre “la mejor manera de<br />

ganar almas”. Algunos prefieren campañas<br />

evang<strong>el</strong>ísticas, otros evang<strong>el</strong>ismo personal,<br />

otros grupos c<strong>el</strong>ulares, conciertos, dramas,<br />

etc., y aun existen otros que prefieren<br />

programas de acción social. Si <strong>el</strong> espacio<br />

lo permitiera podríamos alistar un catálogo<br />

de estrategias. Como mencionara al<br />

principio, no hay un método que produzca<br />

los mismos resultados en todas las culturas,<br />

grupos socioeconómicos, diferentes géneros,<br />

etc. Sin embargo, sí podemos aprender<br />

d<strong>el</strong> Señor que si nuestro corazón tiene<br />

un verdadero pesar por la salvación de las<br />

almas y no para hacer números en la iglesia,<br />

hacer alarde o llamar la atención hacia nosotros,<br />

Dios nos dará discernimiento para<br />

usar la estrategia evang<strong>el</strong>ística apropiada.<br />

Examinemos algunos de los ejemplos que<br />

nos dio <strong>el</strong> Señor.<br />

Primero, Él se salió de Su zona de comodidad<br />

y fue a donde estaba la necesidad.<br />

La Escritura nos dice que “le era necesario<br />

pasar por Samaria” (Juan 4:4). A pesar de<br />

que los samaritanos y los judíos se aborrecían<br />

mutuamente, Él reconoció que los<br />

conflictos étnico­raciales no podían ser un<br />

obstáculo para <strong>el</strong> avance d<strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io. Allí<br />

Él comenzó con una estrategia de evang<strong>el</strong>ismo<br />

r<strong>el</strong>acional de persona a persona, al

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