El legalismo y el mensaje del evangelio Prioridades Evangelio ...

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Introducción
Fue nada menos que A.J. Tomlinson
(1865­1943), el primer Supervisor Gene ral
de la Iglesia de Dios, quien habló acerca de
las reglas de la Asamblea General:
Las Minutas de la Asamblea nunca
habían sido consideradas como la ley a
seguir hasta hace poco. Antes eran consideradas
como el registro de lo que se había
sacado del Libro, y el Libro todavía era
nuestro Libro de la Ley. Y gracias a Dios
que todavía en nuestros días ese Libro es
bueno. No, las Minutas de nuestras asambleas
no serán consideradas ley, sino sólo el
registro de nuestros descubrimientos.¹
Al hablar sobre los “Consejos a los
Miembros” y la dura manera en que
algunos los aplicaban e imponían, el
segundo Supervisor General, M.A. Tomlinson
(1906­1995), dijo:
“Cada cierto tiempo escuchamos de
aquéllos que asumen una actitud legalista
con relación a los Consejos a los Miembros
como si fueran a crear mandamientos de
las cosas mencionadas en su consejo. Por
lo general, la manifestación de tal actitud
hace más daño que bien. Mantener un espíritu
tierno al enseñar sería mucho más
efectivo que cualquier intento en imponer
por leyes aquellas cosas que son dadas como
consejo...Mientras manifestemos un espíritu
manso y humilde al enseñarle a nuestra
gente, no reproduciremos el resentimiento
en nuestras enseñanzas. Los Consejos a los
Miembros no deben ser usados como una
clase de club para mantener a nuestra gente
‘en línea’. Éstos son sólo lo que su título implica
—un consejo”.²
Vale la pena repetir estas amonestaciones
hechas a la iglesia por estos dos
hombres piadosos en diferentes momentos
en nuestra historia porque, en ocasiones,
pareciera que se nos olvidara cuál debe ser
el acercamiento y la actitud apropiada al
dirigir y pastorear al pueblo de Dios. Los
comentarios de precaución expresados por
Por: Adrián L. Varlack, padre
Historiador de la Iglesia/Miembro de la Facultad
del Centro para el Liderazgo Bíblico
El legalismo y el mensaje
del evangelio
No debemos comprometer los principios de gracia del evangelio de Jesucristo al
predicar, enseñar, aplicar y practicar las doctrinas, exhortaciones y administración
de la iglesia en una forma que sea legalista.
A.J. Tomlinson en 1922, fueron hechos en
un momento cuando la iglesia tuvo que
hacer estas correcciones para alinearse a la
autoridad legítima de la Palabra de Dios y
el Espíritu, y colocarse bajo el gobierno de
un cuerpo legal y autoritativo compuesto
de 83 hombres con quienes se formó la
Asamblea Oficial. 3 Si este concepto hubiese
prevalecido, hubiera sido un tipo
de legalismo institucional —una concentración
de poder a través de reglas y regulaciones
impuestas por un grupo reducido
de hombres. Una vez más les recuerdo que
esto ocurrió en el año 1922.
Cincuenta y siete años más tarde
(1979), M.A. Tomlinson, sucesor de su
padre como Supervisor General pensó
necesario emitir una amonestación en los
Consejos a los Miembros (citado arriba) a
los pastores de la iglesia de entre quienes
había un grupo que rudamente aplicaba sus
provisiones como leyes impuestas. Por implicación,
tales líderes también enseñaban
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