Los Mayores FRAUDES de la Historia - LimaClara Ediciones

________ * Raúl Silverio López Ortego * ________
dor gobernante, ahorró moneda sobre moneda y así llenó
alcancía 5 tras alcancía y, al final de su mandato, pudo
adquirir y adicionar a su patrimonio tres estancias más y
decenas de miles de hectáreas más, las que hoy, por
supuesto, gozan sus esforzados descendientes, quienes,
discernimos a la distancia muy distante, no deben tener
sobresaltos económicos, pues dos de las innumerables
posesiones que disfrutan (una, un banco trasnacional, y
otra, el hotel más lujoso de la Argentina y el número 16
del mundo, muy pronto, ampliarán resultados. Luego
vinieron los políticos y se cobijaron bajo las alas de los terratenientes
y los banqueros, y se tornaron en testaferros
y en socios menores. ¡Y tampoco hicimos nada! Y los
políticos engañaron una y otra vez a la ciudadanía, robando
ilusiones, esperanzas, dineros públicos y patrimonios
nacionales y continentales con sus patrones los banqueros.
–—Padre Eterno —dije mientras acariciaba el mango del
látigo que dormita –incómodo- ya por miles de años—, ahí
siguen los mercaderes de la vida y de la muerte; aquellos
de los atropellos inextinguibles y de las prisiones varias.
Dime, ¿hasta cuándo seguiremos sin hacer justicia?
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4 Un descendiente suyo, José Alfredo, ex presidiario, acusado de
delincuencia, sólo guardó cárcel VIP por 77 días; quizá su inmensa
cantidad de dinero influyó para que Carlos Saúl Menem lo indultara en
1990 (en 2006, se anuló tal indulto). Aquellos que hurtaron trinchas de
pan o gallinas, al no disponer de los recursos monetarios del ex ministro
de Economía, no se deleitarán con suerte similar. Por ende, deberán
cumplimentar sus 20 años de condena establecidos.
5 De dichas alcancías, aquellas que nunca pudieron ser vistas, se intuye
que el tamaño no era lo fundamental, si no, no hubiese sido posible
ubicarlas ni transportarlas. El ingenio radicaba en la capacidad
ilimitada de ellas, ya que al finalizar su empleo de gobernante, Roca pudo
acumular tal cantidad de monedas que pudo comprar TRES estancias
más, con sus miles de hectáreas cada una. (aparte de la estancia “La
más larga”, en Guaminí, de 50.000 hectáreas, anteriormente dada a él
por el Estado en concepto de pago por “Servicios a la Patria”: asesinar a
dueños y robar tierra ajenas).
–—¡Eso es ahorrar! ¡Eso es comprimir monedas! —decía un gaucho bravío
que en sus horas libres oficiaba de faquir, aprovechando su rutinario
estado de escasas carnes.
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