Los Mayores FRAUDES de la Historia - LimaClara Ediciones

_____________ * María Bonita * _______________
–—ÉL no pudo hacer nada para impedir tanta tragedia,
¿verdad?
El Anciano desvió los ojos de la ávida y cristalina
mirada y no respondió. María, sorprendida ante la falta de
respuesta, pensó que no la había escuchado o no había
entendido la pregunta, y recomenzó a preguntar. No
obstante, el anciano la cortó cortésmente, respondiéndole
que hay otro reino aún más grande, con un señor que no
tiene tres mil hijos, sino que sus hijos se cuentan por
billones y que padece, o disfruta, situación similar.
–—¿Tampoco se puede hacer nada antes de que este señor
muera también de dolor? —sugirió prestamente la niña-
flor.
–—Bueno, este gobernante es más fuerte de ánimo, de
espíritu y cuerpo, y soporta mejor la situación.
–—Mas ¿podrá hacerlo así indefinidamente?
–—Mira, niña, nuestro consejo, desde lejano tiempo, piensa
en cómo resolver la situación, y hemos llegado a la conclusión
preliminar de que para vencer y erradicar en un
futuro no muy lejano el error, el odio, el dolor y la muerte,
la única solución sería introducir, subrepticiamente, un
virus que fuera letal para el insaciable monstruo.
–—Ojalá encuentren pronto la solución, antes de que tanto
dolor los lleve a ustedes también, porque es evidente que
avanza a pasos agigantados en el universo.
Se sobresaltó el anciano de largos días; tal sabiduría
en un ser de aparente rango inferior lo sorprendió. Un
respingo interior lo llevó a presentir que algo inexplicable,
aun para él, aceleraba los tiempos, y una extraña agitación
que no acostumbra a sobrellevar lo tomó, y se sumió
en inexpugnable silencio, mientras su mente parecía
conectarse con el Más Allá (o con sus pares del consejo).
María se acercó, respetuosa, y tendió su mano en clara
señal de despedida, a la vez que dulcemente le expresaba:
–—Siempre recordaré su hospitalidad y su afecto; si en
algo a vuestra causa puedo ayudar, estoy a vuestra dispo-
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