Los Mayores FRAUDES de la Historia - LimaClara Ediciones

VARIAS DE LAS TANTAS MENTIRAS QUE PODEMOS ANALIZAR
de ese burdo cuento del Edén y demás son las siguientes:
1-Observamos asombrados que los seres humanos somos
condenados a muerte antes de nacer ¡y antes de ‘pecar’!
Yo, por ejemplo, fui un bebecito muy bueno… a menos es lo
que dice mi mamá… algo muy similar a lo que vuestras
mamás afirman también de ustedes, ¿verdad? Claro, no son
constancias muy objetivas por causa del amor que ellas nos
dispensan… mas, ¿qué bebé puede tener maldad?
2-Proseguimos mirando, y aún más espantados que nunca,
que esos seres infinitamente superiores al hombre y a los
cuales llaman ángeles y, a pesar de haber ‘caído’…, ¡ellos
no mueren y ni saben lo que es eso! Es más, conversan
cuando quieren con Dios, charlan de bueyes perdidos y de
otros menesteres:
—¿Andas recorriendo el mundo?
—Sí, Padre Eterno.
—¿Y que tal te ha parecido nuestro buen Job...? (Job 1:1).
Como vemos, y a pesar de tales maldades de las que se los
acusa, tienen el privilegio de ver a Dios y de conversar con
él. Y si les sumáramos a la maldad de rebelión que les
achacan, que nos hicieron ‘caer’ a los terráqueos mediante
la zancadilla edénica del “no morirás”…, sería escabrosamente
terrible la suerte de ellos, ¿verdad? Sin embargo, ahí
siguen tranquilos y recorriendo el mundo. ¡No quiero pensar
lo que nos hubiera pasado si tales trapisondas las hubiéramos
cometido nosotros, con el ‘entrecejo’ que se nos tiene y
con la ‘mala suerte’ con que hemos nacido!
3-Cuando Satanás dijo: “No morirás”…, ¿mentía? En realidad,
transmitía experiencias de él y de su gente; ellos
habían ‘pecado’ ¡y ninguno había muerto!… (Y después aseguran
que no hay acepción de personas).
Por ende, él no sabía lo que era la muerte, pues no
la conocía; además, decía una verdad muy sui géneris y que
ellos mismos pretenden certificar: “¿Acaso no vivimos y
viviremos en Cristo?”. En todo caso, lo que le pasó a Luz Bel
fue que erró el pronóstico… algo similar a lo que le pasó a
aquel buen Dios cuando, sentado a una amplia mesa con su
hijo dilecto, diseñó TODO y luego éste, algo inquieto, le
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