Los Mayores FRAUDES de la Historia - LimaClara Ediciones
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__________* Raúl Silverio López Ortego *________<br />
días y días, gritando y piando, bajando y subiendo,<br />
recorriendo y revisando los escombros con los restos <strong>de</strong><br />
plumas <strong>de</strong> su querida compañera. Fueron días plenos <strong>de</strong><br />
angustias.<br />
Estaba <strong>de</strong>sconso<strong>la</strong>do; nada lo calmaba y no paraba <strong>de</strong><br />
piar. Al estar él frente al dormitorio <strong>de</strong> Juan Cruz y <strong>de</strong><br />
Marisol, éstos escuchaban todo el tiempo los <strong>la</strong>mentos; y<br />
tanto pió, que llegó un momento en el que ellos no podían<br />
dormir. Él iba camino a <strong>la</strong> locura; a su vez, e inexorablemente,<br />
¡Marisol y Juan Cruz también! Ya no sabían qué<br />
hacer; <strong>de</strong>masiado tiempo llevaba en ese estado.<br />
Daba tristeza verlo dolorido, moribundo, seguramente estaba<br />
al límite <strong>de</strong> sus fuerzas. Trataban <strong>de</strong> ayudarle <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
poca manera que era posible; mas allá en lo alto, parecía<br />
totalmente obnubi<strong>la</strong>do. Nada escuchaba, nada veía; su<br />
apocado canto era un solo <strong>la</strong>mento. En aquellos tiempos<br />
tristes aparecía, muy temprano, con lombrices en su pico y<br />
a <strong>la</strong> espera <strong>de</strong> que todo fuera un sueño; no obstante,<br />
pasaban <strong>la</strong>s horas y seguía en el mismo lugar, sin darse<br />
cuenta <strong>de</strong> que su hogar ya no existía ni <strong>de</strong> que nadie<br />
saldría a recibir el alimento que cada mañana traía con<br />
tanto afán. La última tar<strong>de</strong> cantó su canto fúnebre hasta<br />
que oscureció. Y allí varió su trino; con inusitada fuerza<br />
redobló los <strong>la</strong>mentos; parecía gritar al mundo su dolor<br />
interminable, su angustia in<strong>de</strong>cible. Luego el canto fue<br />
menguando, lentamente, y se perdió en <strong>la</strong>s altas horas <strong>de</strong><br />
<strong>la</strong> noche.<br />
Al <strong>de</strong>spertar, en <strong>la</strong> luminosa mañana primaveral, no percibieron<br />
su <strong>la</strong>stimero canto. Tal vez había remontado su<br />
anhe<strong>la</strong>do vuelo final hacia <strong>la</strong> morada eterna. ¡Nunca más<br />
lo vieron! <strong>Los</strong> po<strong>de</strong>res supremos, en su misericordia, se<br />
habían apiadado <strong>de</strong> él.<br />
_____ <strong>Los</strong> <strong>Mayores</strong> Frau<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>Historia</strong> ________<br />
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