Los Mayores FRAUDES de la Historia - LimaClara Ediciones
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____________ * Gorrión color té * ____________<br />
el olmo. Dicha vivienda quedó abandonada, y por tales<br />
nidos vacíos disputan jilgueros, gorriones y tordos pardos.<br />
En éste se hospedó una parejita <strong>de</strong> gorriones, ruidosos<br />
como ellos solos.<br />
En el reparto <strong>de</strong> dones exteriores, el pobre gorrión sudamericano<br />
no tuvo mucha suerte (en comparación con el<br />
europeo, que disfruta <strong>de</strong> luminosos tintes y pigmentos). La<br />
naturaleza fue esquiva con el nuestro… o él llegó tar<strong>de</strong> al<br />
reparto <strong>de</strong> gracias y talentos visibles: los vestidos <strong>de</strong> ruti<strong>la</strong>ntes<br />
colores y el bello canto, aquellos que únicamente<br />
miramos cuando pecamos <strong>de</strong> apresurados, pues <strong>la</strong><br />
Sabiduría no mira <strong>la</strong>s apariencias, sino el corazón, que es<br />
lo que cuenta; y el gorrioncito lo tiene en extremo <strong>de</strong><br />
gran<strong>de</strong>. Muy dichosos fueron los días en los que <strong>la</strong> feliz<br />
pareja, llena <strong>de</strong> arrumacos y amor, ocupó <strong>la</strong> sólida<br />
vivienda. ¡Cuánto esmero en cada palito o brizna que<br />
portaban sus picos, tratando <strong>de</strong> hacer mullida y agradable<br />
<strong>la</strong> habitación! Todo fue felicidad, hasta que llegó el<br />
momento aquel. Una centel<strong>la</strong> iluminó <strong>la</strong> noche, y fue ahí<br />
cuando percibieron a <strong>la</strong> terrorífica serpiente esca<strong>la</strong>r el<br />
eucalipto. Luego todo fue oscuridad. El formidable viento<br />
que azotaba ventanas y techos, y el vendaval <strong>de</strong> aguas, no<br />
permitieron distinguir ningún ruido en especial. A <strong>la</strong><br />
mañana siguiente, al salir, <strong>la</strong> familia evaluó el <strong>de</strong>sastre<br />
reinante. Observaron el nido <strong>de</strong> horneros, <strong>de</strong>strozado a los<br />
pies <strong>de</strong>l eucalipto; se arrimaron a él y percibieron plumas<br />
pequeñas y rastros <strong>de</strong> sangre entre los pedazos <strong>de</strong> barro<br />
dispersos. Comprendieron al instante <strong>la</strong> tragedia, y<br />
tuvieron gran pena. La serpiente yarará subió al nido, se<br />
comió a <strong>la</strong> hembrita y en <strong>la</strong> lucha <strong>de</strong>rribó el nido; y allí,<br />
sobre los pastos húmedos, alguna comadreja o una rata<br />
<strong>de</strong>voró a los golpeados pichones Estaban compungidos; sin<br />
embargo, ése era sólo el comienzo <strong>de</strong> un gran dolor. En<br />
aquel instante, mientras el sol iniciaba su andar hacia el<br />
cenit, apareció el gorrión macho con comida en el pico y se<br />
posó sobre <strong>la</strong> rama que había sostenido el nido.<br />
Miró todo sin compren<strong>de</strong>r; y allí estuvo, horas y horas,<br />
______ <strong>Los</strong> <strong>Mayores</strong> Frau<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>Historia</strong> _______<br />
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